¿A quién dirigió su mensaje Ortega?
Byron Henri Avilés
¿Quién le teme más a la «debacle económica»? ¿Quién se debilita más con ella? ¿Quién está dispuesto a ceder lo que sea a cambio de evitarla? ¿La dictadura o grupos importantes de empresarios?
Recientemente, Mario Arana, miembro de la Alianza Cívica, se opuso abiertamente a que el gobierno de Nicaragua sea suspendido en la Organización de Estados Americanos, mediante la aplicación de la Carta Democrática.
En declaraciones a la Voz de América afirmó: «creo que tenemos que preocuparnos del riesgo más sensible que es que se pudiera dar una suspensión de Nicaragua dentro de la OEA, que afecte los flujos de recursos que están para financiar al país».
Hace algunos meses, un grupo importante de grandes empresarios argumentó que, para evitar el colapso de la economía y el hundimiento del país, era necesario abandonar el idealismo de la búsqueda de la justicia y buscar cómo negociar a toda costa con Ortega, aún al margen de la Alianza Cívica, aceptando elecciones hasta 2021, a cambio de algunas reformas electorales.
Al final, aceptaron a la AC como vehículo de negociación, siempre que se aislara a los sectores radicales del diálogo (como el obispo Báez) y los empresarios tuvieran la voz cantante dentro de la AC, además que se hicieran gestiones para evitar sanciones que empeorarán la situación económica.
Ahora que la estrategia de la AC parece no llevar a ningún lado, porque en la OEA el tema de Nicaragua parece haberse diluido (a solo días de la famosa resolución, ni siquiera hay convocatoria para nombrar a la denominada Comisión de Alto Nivel), Ortega ofrece dialogar con «aquellos sectores interesados en aportar a la paz y la economía» , y realizar elecciones en 2021 con reformas electorales.
¿A quiénes les estará dirigiendo esta oferta, sabiendo el pánico que estos «quienes» le tienen al denominado colapso de la economía?