Ángeles y demonios en Nicaragua
<<La evaluación de la respuesta del gobierno a la iglesia católica es murmullo que se expande, algunos temiendo que los escuchen y otros levantando la voz>>
Estuve a menos de cuarenta metros de la Casa Episcopal donde el obispo y once de sus discípulos están sitiados, y a unos diez metros del oficial al mando de las tropas especiales de la policía cuyos integrantes visten de negro.
Ese día fue viernes 12 de agosto, en la mañana salí a las calles de Matagalpa.
Observé conmoción entre las personas que transitan por el centro financiero de la ciudad; unas a favor y otras rechazando el cautiverio de los católicos que cumplían ocho días de rehenes.
- Ay don Sergio, qué sabe del obispo.
- Lo que publican en las redes -le respondo a la católica joven profesional.
- Cómo estarán haciendo para comer, las medicinas, cómo podemos ayudarles -me pregunta afligida pero serena en voz baja, para que no la escuchen.
- Seguro ellos están fortalecidos -le respondo- el claustro impregna vitalidad, es la comunión con uno, hablar con tu interior, tu espíritu, tu conciencia, y ellos son varios oficiantes que generan emanaciones nutritivas y firmes con el buen propósito. Sigue orando.
Se despidió. No había más tiempo para conversar, ella trabajaba en ese momento. Me hizo pensar en la fe de Rolando, el obispo amigo, me condujo a su dogma porque lo he escuchado predicar tantas veces y en varias ocasiones conversamos en la curia cuando él invitaba a comunicadores sociales.
Cada plática ha sido intercambio de ponencias profesionales y respetuosas, el tema social fue inevitable, la responsabilidad y ética del periodismo, el establecimiento de superior lenguaje y actitud personal, por el bien de la sociedad, de la comunidad. Rolando José Álvarez y Lagos, entre otros saberes y haceres apostólicos, es quien atiende los medios de comunicación de la iglesia nicaragüense.
Su figura es mediática, un sacerdote interactuando con la feligresía y utilizando la tecnología para difundir el evangelio y las ceremonias religiosas en todo el país, quien cada jueves se encuentra en las redes sociales, radioemisoras, y televisores, recibiendo mensajes, respondiendo, y bendiciendo.
En eso cavilaba, en la acera frente al banco, donde las personas se enfilan, cuando de pronto siento una leve palmada en el hombro:
- Idiay, que es lo que pasa con el cura -me pregunta amistoso un trabajador del estado y militante del FSLN.
- El mismo cuento de siempre -le respondo, y me interrumpe diciéndome:
- Ya se lo hubieran llevado al Chipote – y siguió su camino hacia la cercana oficina de donde varias veces al día sale a cumplir misión en los alrededores.
Este me hizo pensar en esa concepción y comportamiento de quien se siente con poder, pues su rostro, tono, y gesto fueron de mando, pero como no tiene mando se conforma con repetir la línea partidaria. Una formación arraigada en gran parte de la comunidad nica: la imposición.
Memoré cuánta gente escucha los sermones y le acompaña en peregrinaciones. No se me olvida que una amiga, de la Congregación Mariana, me comentó:
- Dicen que el obispo es un iluminado, ha venido uniendo en oración a todo un pueblo, están que rabean y tiemblan los demonios por la fuerte presencia del Espíritu Santo invocado por monseñor. La oración tiene poder.
La evaluación de la respuesta del gobierno a la iglesia católica es murmullo que se expande, algunos temiendo que los escuchen y otros levantando la voz -según advierten- para erradicar o someter a enemigos malignos.
Recurrente batalla entre el bien y el mal, ángeles y demonios: En el campo del exorcismo.
En los templos y casas, por todos los medios de divulgación se escuchan voces amparadas en las Sagradas Escrituras, la palabra de Dios que advierte y trae esperanzas, en el nombre del Cristo Redentor y la Santísima Virgen María.
¿Se sabe quiénes son ángeles y quiénes demonios?