Cambiar todo sin cambiar nada
Mientras en la oposición se habla de una Coalición electoral entre Unidad y Alianza (¿no era eso la Unidad Nacional Azul y Blanco?), vemos cómo las demandas de un cambio de sistema y las voces incómodas van siendo dejadas cada vez más en el olvido.
La estrategia de shock que utilizó el empresariado, los políticos tradicionales y algunos en la diáspora va cosechando sus frutos en la sociedad y los colectivos organizados: “o nos unimos o nos hundimos”, repetían desde COSEP y desde la convergencia, pasando por los ex ALN.
El miedo de que necesitábamos de los empresarios, de que no había que presionarlos demasiado porque se podían ir (¡qué descaro!) hace que tengamos una dirigencia de la oposición pusilánime y contra las cuerdas, a la que Estados Unidos ha pedido unirse bajo un solo camino. Si es la Alianza y CxL mejor; claro que hay que tragarse a la Unidad para lavarse la cara.
Las demandas de una Seguridad Social digna, en el olvido. La demanda de justicia, monótona y sin profundidad. La demanda de democratización se reduce a las elecciones transparentes (si el voto sirviera para algo ya estaría prohibido), olvidándose del brazo económico de la dictadura desde el sistema de Alianzas, Diálogo y Consensos.
Algunos empresarios, quienes a la vez que congelan el salario mínimo –otro año más- intentan imponer candidatos y derogar la reforma fiscal, siguen sin asumir un mínimo de culpa en la pérdida de institucionalidad, en la explotación y contaminación ilícita de recursos naturales y en la corrupción a todos los niveles del Estado.
Ortega nos reprime y nos mata, mientras el empresariado cónyuge nos pide aguantar bajo la promesa de elecciones transparentes, pero sin tocar el sistema corporativo que le dio a Ortega el poder que tiene. Cambiar todo para no cambiar nada.
Los movimientos sociales y políticos que nacieron a raíz de abril 2018 debemos tener una agenda amplia, el doble que la de la Alianza Cívica. Debemos unirnos bajo mínimos para sacar a Ortega del poder, pero con una agenda de profundas transformaciones sociales a aplicar en la transición democrática, exigiendo que nuestras demandas se defiendan con nuestros representantes en posiciones de toma de decisión. Y si la Alianza, el COSEP, CxL, MRS o quien sea, se oponen a dar espacio a las ideas de cambio, los traidores serán ellos.
Unidad sí, pero en la diversidad, y nuestra diversidad implica una transformación profunda al Estado feudal /corporativo /extractivista del modelo de Alianzas, Diálogo y Consensos.