Carta abierta a la juventud de la Coalición Nacional, Alianza Cívica y UNAB
Jandir Rodríguez
Cantautor nicaragüense, exilado.
Carta leída durante el Concierto Virtual Azul y Blanco, transmitido en Facebook Live por la Coalición Nacional, el 19 de julio de 2020.
Muchachos y muchachas de la Coalición Nacional, Alianza Cívica, Unidad Nacional Azul y Blanco y todos los movimientos que las conforman.
Cuando me invitaron a hacer este concierto especial en este espacio, debo decir que me lo pensé mucho, que tuve choques conmigo mismo y que acepté sólo después de convencerme de que no podría verme mañana al espejo si no escribía para ustedes estas palabras que ahora les leo, desde este espacio que han abierto para mí, como ciudadano, como exiliado y dejando a un lado al artista para sacar al ser humano que soy.
Nicaragua es un país que está harto de las palabras bonitas y de las promesas vacías, son cosas que se sabe de memoria y en las cuales ya no cree, ya no cae. El nuestro es un pueblo mancillado, exiliado, asesinado, preso y desaparecido por criminales sin escrúpulos, que no se lo piensan dos veces para reprimir y asesinar.
Quiero, por favor, que se den, de una vez por todas, cuenta de esa situación que es real y que está pasando frente a las narices del mundo entero.
¿Han visto ustedes el dolor de esas madres? ¿Se han fijado en cómo se les apagan los ojitos cundo hablan de sus hijos asesinados, presos o exiliados? ¿Han visto de qué manera luchan todos los días por obtener justicia por sus hijos o en cómo se aferran a la vida en un país en el que ser disidente es sinónimo de criminalidad y persecución diaria?
Ya no es momento para tratos entre cúpulas, porque aquí todos somos iguales, ni para pactos por debajo de la mesa, estamos hartos de eso, hartos de que se ningunee la lucha de un pueblo que está sufriendo hasta lo más profundo, que está hondamente fragmentado y herido desde hace muchos años, porque nunca ha tenido líderes verdaderos, que velen por los intereses de la población en general más que por los intereses particulares. Es momento de dejar de pensar en economías que no valen más que los derechos universales ni la dignidad de todo un país, que son personas, que son humanos, que sienten, comen y tienen derecho a una opinión y a que se tome en cuenta esa opinión.
Si ustedes verdaderamente quieren credibilidad y representatividad delante de ese pueblo que, más que cualquier cosa es inteligente y valiente, es necesario que se bajen de sus tronos de comodidad y prepotencia y le pongan oídos a las demandas de esa gente que todos los días se levanta a trabajar para comer y a luchar para ser libre. Gánense el cariño y el derecho de representar esta lucha, escuchando e incluyendo a todos, sumando gente joven, con nuevas ideas, pero ya nunca más como carne de cañón ni como monedas de cambio, sino como seres pensantes y capaces de cambiar la realidad y el futuro de nuestro país. Y cuando les digo que se lo ganen no es para aprovecharse de ese cariño y ese derecho que un pueblo que verdaderamente sabe querer puede dar, sino para trabajar según las necesidades de ese pueblo y corresponder a esa confianza que ustedes deben ganarse.
No se olviden que el principal motivo de esta lucha es que no es una lucha por poder, sino por libertad, justicia y democracia, en donde el pueblo tenga derecho a elegir y quitar representantes, en donde el pueblo pueda, con su voto y su derecho a opinar, cambiar la cultura política de este país que está hastiado del caudillismo y del bipartidismo nocivo y autoritario. Les recuerdo también que son más de 100 personas presas en este momento en el que ustedes y yo gozamos de una libertad en la que podemos hacer todo lo posible para que salgan libres; que son más de 500 asesinados que claman por justicia y más de 150 mil exiliados que no pueden regresar a su país por la persecución y que además de haber iniciado sus vidas de cero en otros países, viven ahora con la bota de una pandemia sobre sus cabezas.
¿Ustedes creen que para todas esas personas es justo que se nos vaya el tiempo en comunicados inútiles, en acciones endebles y en peleas absurdas, si cada día de sus vidas es más miserable, sabiendo que el monstruo que hoy impera en Nicaragua sigue siendo el mismo y que no tiene una oposición seria, formal, unida y, sobre todo, apegada a las demandas de ellos, a su dolor y a su impotencia? Creo que es momento de ser autocríticos, humildes y despojados de las ansias de poder para dar respuestas a esas necesidades. Iniciando cuanto antes con acciones contundentes que fuercen al régimen a liberar a los presos políticos, a garantizar el retorno seguro de los exiliados y sanear completamente el sistema electoral actual. Porque estoy seguro de que ese poder lo tienen. Lo tienen y espero que lo ejerzan.
Es momento de que empecemos a darnos cuenta que, como decía Mario Benedetti, libertad no es solo una palabra aguda, muerte es tan solo grave y cárceles, no es solo una palabra esdrújula, para comenzar a poner el acento en la mujer y en el hombre, los de a pie, los que sufren, los que esperan, los que sienten, los que están hartos de esta situación.
Pónganse ya de acuerdo o ustedes también van a demostrar ser de esos líderes que nunca supieron manejar un país tan rico como el nuestro y con tanto potencial para ser mucho más de lo que otros han querido que seamos.
Pónganse de acuerdo o ese mismo pueblo los va a odiar por su soberbia, su ineptitud, su incapacidad, su indolencia y su falta de carácter.
Así que manos a la obra, ustedes y el pueblo. Tiempo no hay mucho y las ganas sobran porque pueblo hay suficiente, ¿ustedes también son lo suficiente? Planteénselo.