CARTA ABIERTA A LOS SANDINISTAS DENTRO Y FUERA DE NICARAGUA

Adrián Meza Soza.

Compañeros y Hermanos:

Escribo esta carta sin ninguna pretensión política que trascienda del deseo de motivar  y compartir con ustedes algunas reflexiones inevitables frente a la imposición de una Constitución Política concebida  a la medida de la familia gobernante.

Mas allá de las consideraciones jurídicas sobre las aberraciones de este modelo político que la naciente dinastía  le receta a la sociedad nicaraguense,  vale la pena  para nosotros, detenernos en  en las invocaciones que en el preámbulo de la misma se hace de la causa sandinista.

Se habla de Sandino, pero se arrebata de sus manos, la bandera que cobijó a sus hombres y se le convierte en un trapo de cocina con la que se limpian olímpicamente, los que han usurpado su ejemplo exigiendo para ellos, no “un puñado de tierra para su tumba “, sino el poder eterno de una banda presidencial heredable a sus mujeres y a sus hijos. Y para terminar de herir los sentimientos del pueblo, con sorna y cinismo,  se pretende que esa bandera  ahora convertida en un emblema de desvergüenza y crimen, se eleve al pedestal de símbolo patrio.

Se habla de soberanía nacional y anti imperialismo, mientras a fuerza de bayonetas y fusiles se pone de rodillas al país y a sus ciudadanos frente a los intereses de potencias que como China, o Rusia, tienen la misma ambición y los mismos intereses hegemónicos que han caracterizado  al imperialismo norteamericano en América Latina, ofendiendo de esa manera nuestra inteligencia y burlándose de los genuinos sentimientos de autodeterminación y decoro nacional que llenó de gloria y heroísmo, la historia de nuestro país. 

Quienes ahora desde la traición al sandinismo, invocan el sagrado nombre de los niños héroes que ofrendaron su vida en la lucha contra la dictadura somocista, tienen en sus manos, la sangre de nuevos niños héroes que con el mismo valor pusieron en riesgo y ofrendaron también su vida tratando de mitigar la sed de otros jóvenes en las nuevas trincheras del 2018, levantadas contra el oprobio, el crimen, y el latrocinio contra la Patria. 

Quienes evocan al EJERCITO DEFENSOR DE LA SOBERANIA NACIONAL, y declaran que el ejército actual es su heredero,  convirtieron al mismo en su guardia pretoriana al mejor estilo de los Césares romanos, corrompieron a sus generales y a sus  jefes, los convirtieron en criminales y cómplices, y mandaron a la cloaca de la historia  cualquier vestigio de su honor y de su dignidad ,celebrando e imponiendo su actuación como un ejército de ocupación que no solo opera al servicio de nuevas potencias extranjeras,  sino lo que es peor, también al servicio de una familia que ha heredado la ambición tiránica de la otra familia a la que en su momento, contribuimos a destronar. 

Por todo eso, ha llegado la hora de nuestra rendición de cuentas frente a la historia. No podemos seguir ocultándonos en el silencio, o en la invocación al estado de necesidad y sobrevivencia familiar para validar el crimen contra la Patria que en nombre de la causa en la que creímos, ahora están perpetrando aquellos que la traicionaron. Los verdaderos golpistas contra la Nación, su frágil democracia, y su incipiente Estado de Derecho, surgieron de nuestras filas. Se cobijan con nuestras banderas ahora prostituidas y cantan con vos desaliñada, nuestras consignas y nuestras canciones en un rictus de ridiculez y falacia, propias de una comedia mediocre y mal interpretada.

Si seguimos callando. Si seguimos asumiendo la complicidad con el poder de turno y no hacemos nada, entonces se demostrará que era cierto que jamás merecimos existir como fuerza política que alguna vez, representó una causa digna por la cual vivir y por la cual morir.

Nuestros hijos, merecen más que eso. 

Adrián Meza Soza
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