[Carta de Rodolfo Häsler a Ángela García]
Te escribo después de leer tu poesía toda, ese espléndido libro que la reúne, Pasos que van, pasos que vienen, y estoy muy contento de haber descubierto una poesía espléndida, llena de luz, de saltos del alma, de pasos sobre la cuerda floja que quitan la respiración para llegar siempre sano del otro lado.
Primero me ha impactado e interesado una cosa, y es que a pesar del tiempo entre el primer libro y los inéditos, hay una unidad, una línea que los recorre todos, que varía y se gira, se dirige toda hacia el mismo punto, una misma intensidad y unidad en todos los aspectos, y creo que eso es muy positivo, pues se reconoce enseguida.
Es tu mirada y tu forma de interpretar lo que se ha vivido, sentido, asimilado, una manera de acercarse a lo que nos rodea muy identificable y que no se parece a nada. Y una profundidad que es honda y fuerte, y que bulle detrás de cierto juego, ironía, desprendimiento, hay mucha sensualidad, en los acercamientos a la naturaleza, las relaciones humanas, la alegría vital que lo baña todo, un barniz que mancha e invita a vivir con absoluta intensidad.
He disfrutado mucho leyéndote, descubriendo tu recorrido.
selección de poemas
Vida y muerte ríen juntas
i
Abres los ojos otra vez
el corazón de lo eterno destella en tu mirada
y sigue siendo el cuerpo copa
sangre pulso vísceras
músculo fuego
el crúor del instante crepita y huele
savia de crisantemo en el cuerpo
fragancia
paso, proximidad, inminencia
siguen los días de siega, pero hierves
sin facilidades o ventajas
vivir escancia aguas y azúcares
fabrica mineral
este inunda de exudaciones.
ii
(Respiras una fragancia
de savia en el aire esparcida
por la Segadora
que siembra todas las noches
todas las mañanas).
iii
Deseas morir, pero la sangre porfíala enerva el roce del filo
la cercanía del fuego
el hambre y la sed
mientras somos brasa
vida y muerte
juntas beben
del mutuo alambique
plasma de sangre
fermentado en miedo.
iv
A tu lado cada vez
zumo de muerte
vida desbordada
rocío de la piel y sed.
v
¿Qué vierte de lejos palpitaciones
y perturba el aire?
Este querer morir, pero pujamiento
secreta secoya encendida
latido ascendiendo como riego,
vía que ejecuta el suceso.
Deseo y espanto
reverberan en los ojos
como caldo de alquitrán
suena la mirada.
¿Cuál es la diferencia entre pasión y pánico?
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El oído del árbol
La oscuridad custodia al día
sugiere el secreto
Como una boca arroja un grito
o sostiene un acorde profundo
Perfecta curva de labios
suavizados por la escarcha de luz
Si los dedos la acarician percibirán
lo por otros labios confiado
buscando en la sombra
el mejor oído
y aunque el viento lo taña
no traicionará al silencio
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Lo propio y lo ajeno
El idioma me rebota.
La lengua quiere pensarme.
No tengo la palabra vernácula para vacío.
El diccionario a la mano como un llavero,
como un diario,
como un lapicero, como un bocado urgente,
como abrigo.
La vida me envuelve como el día.
Allá y acá me acompañan y me asedian
el íntimo y el forastero.
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he aquí una criatura de cuatro piernas,
cuatro brazos, dos cabezas, cuatro ojos.
Navega en el río que nace de ambos
hacia un lugar donde desovar la escritura.
El golpe de los remos contra el agua
hace un sonido feroz como de embestida.
Una vez sembrado el rayo,
brazos y piernas son como algas
en el agua aún más cristalina.
Las ondas de luz hacen frisos
en el terciopelo de arena.
Las frentes son una sola llanura,
los ojos abiertos son el fondo mismo
convertido en cumbre.
Lo que ve ya lo había soñado.
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tomarte o contemplarte ¡qué duda!
que pases como un río,
su fondo translúcido
sin dolor no beberte entero
aunque para mi sed estás
y pasas
Contemplarte
desnudarme a tu orilla
sumergirme en el esplendor de tu cauce
cuyo abrazo me toma
y es mi albergue
mientras pasa a la sed de otros
transparente río fiel
Juan Pablo Roa Delgado
juan pablo roa delgado (Bogotá, Colombia, 1967). Tras un viaje por Portugal e Italia (1993-1997), se estableció en Barcelona (España) en el año 2000, donde trabaja como editor. Ha publicado los libros de poesía Ícaro, (Bogotá, 1989), Canción para la espera (Bogotá, 1993), El basilisco (México, 2007) Existe algún lugar en donde nadie (Palma de Mallorca, 2011; Zaragoza, 2017) por el que obtuvo en 2010 el XXXV premio de poesía Vila de Martorell, Cuaderno del Sur, (Madrid, El Sastre de Apollinaire), Renga (Barcelona, Animal Sospechoso, en colaboración con Alberto Silva y Misael Ruiz Albarracín) y Este día, este momento (Zaragoza, Pregunta Ediciones, 2022). Ha traducido obras de las poetas italianas Amelia Rosselli (Poesías, Montblanc, 2004), Ana Maria Giancarli (Arqueología del presente, Madrid, 2013) y Antonella Anedda (Desde el balcón del cuerpo, Madrid, 2014). Es fundador y director de Animal Sospechoso (librería y editorial especializadas en poesía) y de la de la revista anual de poesía Animal Sospechoso de Barcelona. Asimismo, trabajó con Nicanor Vélez Ortiz en la Colección de Poesía y en la de Obras Completas del sello Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg de Barcelona entre 2000 y 2010.