Carta sobre la tregua política con la dictadura que promueve Félix Maradiaga

María José Zamora Solórzano (Ciudadana Z)
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<<Las palabras de Félix Maradiaga suenan muy bien, porque esa es una de las virtudes de la demagogia, pero si se busca en ellas mensaje y solución, no se encuentra… los ciudadanos no cuentan ni con el «gobierno», ni con la «oposición.» Y, si son Azul y Blanco, tampoco contarán con atención médica. No sé puede dar tregua a una dictadura, si se quiere hacer patria.>>

Estimado Ciudadano X,

Después de leer su artículo respecto a la tregua propuesta, en primera instancia, por el joven político Félix Maradiaga, y ver el video ilustrativo un par de veces, comparto en gran medida su análisis respecto a lo peligroso que resulta para el futuro de Nicaragua siquiera mencionar la palabra «tregua» a la dictadura Murillo-Ortega.

Las palabras de Félix Maradiaga suenan muy bien, porque esa es una de las virtudes de la demagogia, pero si se busca en ellas mensaje y solución, no se encuentra. ¿A qué me refiero? A que contienen muchos vacíos y contradicciones. 

Maradiaga menciona la indolencia del gobierno y sugiere que la comunidad médica tome el liderazgo que el régimen es incapaz de desplegar, pero no explica cómo sería eso posible si la única voz que se escucha desde el «gobierno» es la de Rosario Murillo. Ella es sismóloga, meteoróloga, médico, primera dama, vicepresidente, locutora, ministra, juez, etc. Ella toca todos los instrumentos musicales, dirige la orquesta, y es dueña del teatro. 

Menciona que la crítica al gobierno durante está crisis puede ser utilizada por algunos sectores con fines oportunistas. Pone de ejemplo cuando el FSLN, como oposición, durante la tragedia de Mitch, actuó incorrectamente. En realidad, el FSLN nunca fue oposición, sino una mafia de pandilleros y turberos (¿recuerdan a los Parrales Vallejo, la Juventud Sandinista, la CST, etc.?). 

Aclara que el virus, cuando ataca, no discrimina color político, ni posición económica, etc. Eso es absolutamente cierto. Pero la dictadura Murillo-Ortega, sí discrimina. La dictadura Murillo-Ortega ordenó, en medio de la masacre iniciada en abril del 2018, que no sé atendiera en los hospitales públicos a los Azul y Blanco o autoconvocados. Fue así que dejaron morir a Alvarito Conrado. Por lo tanto, la probabilidad de que en los hospitales públicos se discrimine por razones políticas es prácticamente certidumbre, prácticamente el 100%. 

Aclara que solo el aparato Estatal puede dar respuesta, y que el Estado tiene recursos pero no los quiere usar. Entonces ¿No sería mejor denunciarlos ante la comunidad internacional por el genocidio potencial que ha significado la promoción y propagación de pandemia por parte la dictadura?

Deja claro, Maradiaga, que la oposición no tiene los recursos para ayudar en esta pandemia, y hace un llamado a que la ciudadanía tome las precauciones pertinentes. 

En conclusión, los ciudadanos no cuentan ni con el «gobierno», ni con la «oposición.» Y, si son Azul y Blanco, tampoco contarán con atención médica. 

No sé puede dar tregua a una dictadura, si se quiere hacer patria.

María José Zamora Solórzano (Ciudadana Z)

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