Contestación a respuesta de Monteverde
Agradecemos a la Coordinación del movimiento político Monteverde su carta del 11 de Julio de 2023, que responde a nuestra misiva del 2 de julio. La reproducimos abajo ––igual que hicimos pública nuestra carta original; igual que hacemos con esta respuesta–– en aras de la transparencia, ya que la conversación entre ambas organizaciones se centra en aspectos públicos de un asunto público, y nuestra filosofía democrática requiere que abandonemos los salones oscuros del secretismo y respetemos el protagonismo de la ciudadanía en el proceso político.
Hemos hecho un gran esfuerzo para buscar, en la respuesta que nos ha enviado Monteverde, aunque fuese una rendija por la cual fuera posible avanzar hacia la colaboración en acciones de oposición real contra el clan Ortega-Murillo y sus allegados, nuestro enemigo común, el obstáculo inmediato en la vía ciudadana hacia los objetivos estratégicos de desarticular el sistema de poder autoritario y construir la República Democrática. Para el pueblo de Nicaragua, como para cualquier demócrata, estos dos objetivos son irrenunciables. Son, por tanto, los objetivos que los Nicaragüenses Libres ambicionamos. Luego de un cuidadoso análisis, nos parece que bajo esta perspectiva de transformación democrática la respuesta de Monteverde es menos ambiciosa. Quizás convenga, para aclarar este asunto, comenzar por las cuatro preguntas que hicimos en nuestra carta, e incluir la respuesta que hemos recibido.
1. ¿Debemos entender por “salida cívica” una salida a través de elecciones antes del fin de la dictadura, es decir, con la dictadura todavía en el poder?
SI, responde Monteverde.
2. ¿Es posible una “salida democrática” si no hay democracia, y los métodos democráticos están vedados a la población, como demuestra el destierro de todos aquellos que intentaron ser candidatos en las elecciones de noviembre de 2021?
SI, responde Monteverde.
3. ¿Creen ustedes, compatriotas de Monteverde, que “la restitución de las libertades y el retorno seguro de todas las personas exiladas” es posible mientras esté en el poder la dictadura de turno?
SI, responde Monteverde.
4. ¿Cuál es la “estrategia conjunta y [el] plan de acción” que han desarrollado?
Monteverde rechaza presentar una estrategia, o plan de acción. Responden, solamente, que “acciones específicas de resistencia interna no se pueden anunciar públicamente.” Esto es, desafortunadamente, una manera de evadir la pregunta. Porque, obviamente, no queremos que se divulgue ninguna información que dé ventaja a la dictadura. De hecho, nuestro documento lo deja en claro, más allá de cualquier duda: “no se pueden divulgar en público detalles operacionales, pero es evidente que la estrategia de un movimiento democrático no puede ser secreta para la ciudadanía. Solo conspiradores violentos necesitan mantener su estrategia en secreto. Ni siquiera quienes se atribuyen un rol de “vanguardia” lo hacen. Como demócratas, creemos que solo el pueblo salva al pueblo; por tanto, el pueblo debe ser protagonista, y estar al tanto de la estrategia que se propone.”
En resumen, la respuesta del movimiento Monteverde es esta: “En el movimiento Monteverde creemos que es posible realizar elecciones libres en Nicaragua, con la dictadura encabezada por el clan Ortega Murillo y sus allegados todavía en el poder; creemos que la dictadura accederá a “la restitución de las libertades y el retorno seguro de todas las personas exiladas”; creemos que, entonces, se dará la “salida
cívica”, en otras palabras, que el clan Ortega-Murillo y sus allegados organizarán y participarán en elecciones libres, las perderán, aceptarán los resultados, y el país entrará a una transición democrática; creemos que lo que hay que hacer en la actual fase del proceso político es “debilitar a la dictadura al punto que se vea obligada a aceptar” la “vía cívica”; y, creemos que no se puede presentar al pueblo una estrategia para este propósito.”
Esta es, ni una letra más, ni una letra menos, la misma postura que la oposición pro-elecciones bajo Ortega ha adoptado desde 2018, y que no solo consideramos fallida por faltar a la lógica, sino por el peso de la evidencia, que incluye, irónicamente, el encarcelamiento y posterior destierro de algunos de sus proponentes de antes, que son los mismos de hoy. Esta postura es, además (lo decimos con ánimo respetuoso de nuestros compatriotas, pero más respetuoso aun, como es debido, de la verdad) contraria a la ética, por al menos tres razones.
Una es que en cualquier acuerdo con la dictadura que permitiese, a los opositores pro-elecciones con Ortega, presentarse como candidatos y competir por la Presidencia y la Asamblea, estos tendrían que hacer alguna concesión a los dictadores de turno. ¿Cuál sería la concesión mínima aceptable para el clan genocida? Pues, por supuesto: su impunidad. ¿Y cómo se garantiza esa impunidad? Pues, por supuesto, dejando que el clan mantenga control de los entes represivos: Ejército, Policía, Paramilitares, junto con las garantías “legales” que ya existen en la Constitución dictatorial: un (presuntamente) derrotado “Presidente Ortega”, pasaría a ser “Diputado Ortega”. Y quien crea que puede haber “reformas constitucionales” que cambien esta realidad, mientras el clan genocida esté en la cúspide del sistema de poder, apenas sueña.
La segunda razón por la cual la postura de Monteverde, que es el movimiento donde los opositores pro elecciones parecen estar convergiendo, es contraria a la ética, es porque el movimiento se llama a sí mismo un “proceso” de orientación democrática, pero actúa de manera autoritaria, al dejar fuera a la ciudadanía, al punto de no querer informar a los nicaragüenses cuál es su propuesta de estrategia. Quienquiera que lea el documento que nos han enviado nuestros compatriotas de Monteverde podrá constatar, de hecho, que no contiene ninguna estrategia de lucha, ni siquiera ideas generales de cómo creen poder “debilitar a la dictadura al punto que se vea obligada a aceptar las condiciones habilitantes que permitan, hasta en ese momento, pensar en un proceso electoral lo suficientemente justo y transparente.”
La tercera razón tiene que ver con esto último: si sabemos que la brutalidad del régimen le ha merecido ser comparado a los nazis y al régimen de Stalin; si sabemos que “debilitar a la dictadura” ha requerido, requiere y requerirá grandes esfuerzos y sacrificios; si sabemos que Nicaragua se desangra cada día que la dictadura encabezada por el clan Ortega-Murillo y sus allegados sigue en el poder; si frente a todos los obstáculos y crueldades, hacemos retroceder, debilitamos al régimen, ¿por qué detener la marcha? ¿Por qué parar y dejar, como ocurrió en abril de 2018, que recuperen el aliento? ¿Por qué darles una oportunidad de sobrevivir? ¿Por qué permitirles que mantengan su poder real? ¿Por qué aceptar la convivencia, la cohabitación con ellos? ¿Por qué, si avanzamos y los debilitamos, no nos aseguramos de que el monstruo no se levante más? ¿Por qué vamos a impedir que los ciudadanos nicaragüenses tengan los derechos que les pertenecen, y no solo aquellos que una negociación de cúpulas les pueda “conceder”? Si se acumula la fuerza para arrinconarlos, con esa misma fuerza puede derrocárseles. No es posible, a menos que se quiera salvar al sistema de poder, entrar en una lucha contra una pandilla genocida que usa la violencia armada contra los ciudadanos con el plan previo de dejarlos en libertad, de permitirles convertirse en actores legítimos de un proceso supuestamente democrático, ¡como si nada hubiese pasado!
De cualquier manera, decíamos al inicio que buscábamos “una rendija por la cual fuera posible avanzar hacia la colaboración en acciones de oposición real contra el enemigo común”, y eso es precisamente lo que hemos hecho, y, en aras de la salvación de la patria, proponemos a continuación.
Monteverde dice estar dispuesto a trabajar, en lo inmediato, por el debilitamiento de la dictadura. Aunque nuestra ambición democrática es derrocar al sistema dictatorial, evidentemente que el proceso requiere debilitar al enemigo inmediato, a la cúspide del sistema, en manos del clan Ortega-Murillo y sus allegados. Esto significa que, en principio, al menos en esta fase de la lucha, podríamos juntar fuerzas en acciones reales, como parte de una estrategia que avance en dirección al fin del sistema.
Por razones expuestas en este documento brevemente, explicadas en gran detalle en otros, y por nuestro análisis de la realidad política y nuestra ética, los Nicaragüenses Libres no consideramos aceptable, en ninguna circunstancia, negociar el poder, o repartirlo a través de elecciones, con criminales de lesa humanidad. Creemos estar, no solo en sintonía con principios éticos y realismo político, sino en sintonía con la gran mayoría del pueblo de Nicaragua. Aunque Monteverde no comparta los mismos principios, si están dispuestos a buscar el debilitamiento inmediato de la dictadura, tenemos ahí la rendija que buscábamos. Tenemos ahí la oportunidad de trabajar en acciones que minen al régimen. ¿Qué tipo de acciones deben ser parte de ese plan? Para empezar, tienen que ser acciones de naturaleza democrática, es decir, que busquen construir el protagonismo ciudadano, particularmente dentro del territorio nacional. No se puede construir la democracia sin el pueblo. No se puede luchar por la democracia sin el pueblo. La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo. La lucha por la democracia necesita ser del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Centrémonos, por lo tanto, en trabajar con el pueblo para construir la serie de acciones que todo pueblo lleva a cabo para debilitar el dominio de cualquier opresor. Esto requiere, dadas las condiciones actuales, el desarrollo de una extensa red clandestina que lleve la propaganda democrática y la organización a todos los rincones de Nicaragua. Es preciso utilizar todos los medios posibles de propaganda, crear una red de casas de seguridad, y dar apoyo financiero y logístico a los luchadores. Para todas estas tareas, la participación ciudadana de los cientos de miles de exilados que quieren la libertad de nuestra patria es vital.
Trabajemos además con un espíritu verdaderamente incluyente, que resuelva el conflicto fundamental de nuestra sociedad, que es, puesto simplemente, entre tiranía y democracia. Parte de ese esfuerzo de inclusión es comunicar con claridad y objetividad la estrategia, llamar sin remilgos a la lucha, dejar de desanimar al pueblo sugiriendo que “no se puede”, que tiene que ser un poder extranjero el que nos libere. Ningún poder extranjero va a liberar a nuestra patria. Debemos buscar el apoyo de pueblos y gobiernos, pero Nicaragua va a ser liberada por los Nicaragüenses. Y mientras más decisivamente impulsemos y potenciemos la resistencia beligerante noviolenta hasta paralizar el país y hacérselo ingobernable al clan genocida, mayor será la probabilidad de que minimicemos la violencia armada, a la que el pueblo, en todo caso, tiene derecho moral y legal. Es hora de poner manos a la obra. Los invitamos, queridos compatriotas, a trabajar un plan de acciones reales para hacer crecer de manera beligerante la resistencia dentro de Nicaragua.
12 de julio de 2023
Anexo I
Carta del movimiento Monteverde al movimiento de los Nicaragüenses Libres, fechada y recibida el martes 11 de julio de 2013
Sr. FRANCISCO LARIOS NICARAGUENSES LIBRES
Estimado Francisco:
Antes que nada recibe en nombre de los que estamos impulsando lo que se ha llamado el proceso de Monteverde nuestro saludo fraterno y respetuoso, extensivo para los hermanos y hermanas que participan en el movimiento de Los Nicaragüenses Libres.
Hemos recibido una comunicación de parte de ustedes en la cual nos solicitan aclarar algunos temas puntuales, los cuales con mucho gusto haremos a continuación.
Primero que nada es importante decir Monteverde nace a raíz del encarcelamiento de los principales liderazgos opositores al régimen en el 2021, incluyendo los excandidatos presidenciales, y de la represión brutal en contra de las organizaciones opositoras que estaban enfrentando en el territorio a la dictadura, con lo cual muchos fueron apresados y muchos salieron al exilio. Era necesario reagruparnos, eliminar prejuicios, recuperar fuerzas y confianza entre los distintos actores de la oposición dispersa.
Monteverde es una iniciativa, integrada por nicaragüenses con incidencia en distintos sectores y grupos, que busca generar un proceso de concertación entre las distintas fuerzas opositoras, democráticas e incluyentes que tienen un mismo objetivo: la liberación de Nicaragua de la dictadura Ortega-Murillo por la vía cívica y el establecimiento de una etapa de transición que permita finalmente sentar las bases de un Estado de Derecho, en el que prevalezcan la libertad, la justicia y el respeto a los derechos humanos y las libertades cívicas.
Una salida cívica significa un NO rotundo a la vía armada. Los nicaragüenses conocemos muy bien que esa no es la manera de encausar un país y su sociedad por la senda del progreso y la libertad. La lucha contra la dictadura que dé paso a una transición democrática es por medio de la no violencia, con el ejercicio de acciones que nos permita debilitar a la dictadura y forzar la salida cívica. Esta no es una lucha electoral, es una lucha de resistencia cívica y ahí tenemos todos que enfocar nuestros esfuerzos en el plano nacional e internacional.
Forzar la salida cívica implica debilitar a la dictadura al punto que se vea obligada a aceptar las condiciones habilitantes que permitan, hasta en ese momento, pensar en un proceso electoral lo suficientemente justo y transparente. Antes no es posible. Por lo tanto, los esfuerzos de concertación deben ser en el marco de la lucha de resistencia y no dentro de un encuadre electoral.
Las condiciones habilitantes incluyen la restitución de los derechos de todos los nicaragüenses, incluyendo los desnacionalizados y el retorno seguro de los exiliados que implique el resguardo internacional. Esa es la lucha de resistencia que debemos librar todos juntos y la única que nos permitirá sentar bases sólidas para una democracia verdadera.
Finalmente, como entenderán, acciones específicas de resistencia interna no se pueden anunciar públicamente. Nos tocará a todos los que compartimos el objetivo final de esta lucha ganarnos el respeto y el reconocimiento de nuestro pueblo con acciones concretas y no con palabras.
Les reiteramos nuestra disposición de trabajar juntos en pro de ese objetivo común, coordinando acciones y encontrando los mecanismos de coordinación que nos permitan esa unidad en la acción, basados en el respeto mutuo.
COORDINACION MONTEVERDE
11 de julio 2023