De dólares a córdobas: ¿quién gana con menor «deslizamiento» cambiario? [Primera Parte]

Enrique Sáenz
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El Banco Central anunció que a partir del primero de diciembre se reducirá el ritmo del deslizamiento cambiario del 3% al 2%. Recordemos que el año pasado se anunció una medida semejante. En esa oportunidad el ritmo del deslizamiento cambiario se redujo del 5% al 3%. Es decir que, si juntamos las dos medidas, el deslizamiento cambiario se está reduciendo del 5% al 2%.

¿Qué significa esta medida?

¿Qué repercusiones podemos esperar para empresas, asalariados y consumidores?

¿Quiénes ganan y quiénes pierden?

Y, por supuesto, la pregunta del millón que al fin y al cabo es la que más interesa: ¿Cómo afecta esta medida a las familias nicaragüenses?

Es un poco complicada la cuestión, haremos un esfuerzo por explicarla porque es de interés de todos saber por qué y dónde nos apretará el zapato.

Comencemos por la tasa de cambio.

¿Qué es la tasa de cambio?

Es el valor, en moneda nacional, de una moneda extranjera. Así como las potencias tienen zonas de influencia política o militar, también tienen zonas de influencia económica. En Europa, por ejemplo, y los países situados bajo la órbita económica de Europa, la moneda de referencia es el Euro. Los que han viajado a Europa saben que cuesta que le cambien un dólar. En buena parte de Asia prevalecen el yen japonés y el yuan de china. Nicaragua, obviamente, es zona dólar. Es con Estados Unidos que tenemos nuestras más extensas e intensas relaciones económicas.

Por consiguiente, en Nicaragua la tasa de cambio es el precio del dólar medido en córdobas, o sea, cuántos córdobas cuesta un dólar. ¿De qué depende el precio del dólar? En principio, depende de la oferta y la demanda de dólares. Esto es, si hay abundancia de dólares, el precio del dólar tiende a ser barato. Y si hay escasez de dólares, la moneda local se debilita y el precio del dólar tiende a ser caro.

En general, hay tres grandes sistemas para fijar la tasa de cambio. Uno se conoce como paridad fija. Es la que existió en Nicaragua durante buena parte del somocismo. Siete córdobas por un dólar, se mantuvo fija, por años.

La tasa de cambio de flotante, es otro sistema. Aquí el valor del dólar varía, literalmente, cada día, en dependencia de la escasez o abundancia de dólares y de las expectativas de la gente sobre la situación y perspectivas futuras del país. Varios países de América Latina tienen este sistema.

El tercer sistema se conoce como deslizamiento cambiario. Ni es fija, ni es flotante. Hay una devaluación, por así decirlo, gota a gota. Es la que se ha aplicado en Nicaragua durante los últimos 25 años. El precio del dólar va subiendo cada día, pero de manera programada. Otra manera de decirlo es que el córdoba se devalúa con relación al dólar, día a día. Durante décadas se mantuvo la política de devaluación del córdoba, del 5% anual.

Mantener una tasa de cambio estable no es resultado de un decreto. Depende de factores económicos, tales como el dinamismo de las exportaciones, la competitividad del aparato productivo, la deuda externa e interna, el nivel de reservas internacionales, entre otros.

Al contrario, si la economía registra déficits en sus cuentas externas y fiscales, si la deuda externa o interna son crecientes, si las exportaciones son desfallecientes, si las cuentas fiscales son frágiles, la moneda pierde respaldo y más tarde o más temprano tendrá que devaluarse.

¿Cómo influye la tasa de cambio en la vida de la gente?

Aunque no lo parezca la tasa de cambio genera efectos directos en beneficio de unos y en perjuicio de otros. Veamos algunos ejemplos:

En junio del 2017, la tasa de cambio oficial era de 30 córdobas por un dólar. Si una persona recibía 200 dólares mensuales en remesas, en junio de ese año cambió sus 200 dólares y le dieron 6000 córdobas. Pero en junio del 2019, como resultado del deslizamiento cambiario, el valor del dólar ya no era 30 córdobas sino 33. Esto significa que, por los mismos 200 dólares, recibió 6600 córdobas.

Si ahora la tasa de devaluación del córdoba pasó del 5% al 2%, significa que, de mes en mes, los receptores de remesas, cada vez que cambien los 200 dólares que les envían van a recibir menos córdobas que antes.

En contraste, vamos a suponer que un pantalón valía 30 dólares en junio del 2017. Esto significa que usted tenía que sacarse 900 córdobas para comprar ese pantalón. Si en junio del 2019 usted quería comprar el mismo pantalón, que seguía costando 30 dólares, tenía que conseguirse 990 córdobas para comprar el mismo pantalón. En dólares seguía costando lo mismo, pero en córdobas costaba 90 córdobas más porque en ese tiempo el córdoba se había devaluado a razón del 5% cada año.

Con esta breve explicación estamos en condiciones de analizar quiénes son los perjudicados y quiénes los posibles beneficiados como resultado de esta medida económica. Una explicación que completaremos en nuestro próximo artículo.