De Ortega a Trump: El mismo guión, diferente bandera
Cuando arrestan a un senador por preguntar, todos somos sospechosos
Por Douglas R. Lee
“Esto no es simplemente un ataque contra el senador Padilla. No es un ataque contra los senadores demócratas. Es un ataque contra el estado de derecho. Es un ataque contra nuestra democracia.”
—Senador Chris Murphy
Cuando el poder no tolera preguntas, no estamos ante un gobierno. Estamos ante un régimen.
1. ¿Qué pasó?
El 12 de junio de 2025, en pleno centro de Los Ángeles, ocurrió un hecho que no solo vulnera la dignidad de un representante electo, sino que socava directamente la estructura constitucional de Estados Unidos.
Durante una conferencia de prensa del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), presidida por la secretaria Kristi Noem, el senador Alex Padilla —hijo de inmigrantes, ingeniero, y uno de los rostros más representativos de la diversidad estadounidense— fue expulsado del local violentamente, tirado al suelo y esposado por agentes federales.
¿Su “crimen”? Preguntar.
Con voz firme y credenciales visibles, Padilla intentó cuestionar la legalidad de las redadas migratorias que estaban en curso.
Los videos captados por periodistas de AP, La Opinión y The Daily Beast muestran que se identificó como senador antes de ser agredido.
La excusa oficial del DHS —que “no se identificó adecuadamente”— quedó desmentida por la evidencia audiovisual.
Este hecho, por sí solo, ya sería indignante en cualquier democracia, pero en el contexto actual de Estados Unidos —marcado por una creciente represión institucional y un culto al poder fuerte—, es una señal de alerta existencial.
2. ¿Por qué es tan alarmante?
▪️ Rompe la separación de poderes
La Constitución prohíbe que el Ejecutivo use la fuerza contra el Legislativo. Cuando un senador es arrestado por ejercer su función de supervisión, estamos ante una ruptura del orden republicano.
▪️ Criminaliza la función democrática
Padilla no interrumpía. No provocaba violencia. Hacía su trabajo: representar al pueblo, exigir respuestas, cuestionar al poder.
Si a un senador latino se le impide ejercer su deber, ¿qué se puede esperar para un periodista, un joven indocumentado o un obrero inmigrante?
▪️ Normaliza el uso militar del Estado
Este episodio ocurre en medio de una política migratoria militarizada: drones, redadas con armas largas, Guardia Nacional en las calles, detenciones sin orden judicial. Y ahora, la misma maquinaria se activa contra un senador.
▪️ Impone el miedo como doctrina de Estado
No es un error aislado. Es un patrón: Trump II gobierna a través del miedo y la humillación.
Hoy fue Padilla.
Mañana será un juez.
Después, un maestro.
Y si no alzamos la voz, seremos todos.
3. El momento histórico: ¿Qué está en juego?
Este no es un incidente más. Es un punto de quiebre institucional.
Cuando un gobierno trata a sus propios senadores como enemigos internos, ha cruzado una línea que transforma una democracia debilitada en una autocracia en construcción.
Sabemos cómo empieza esto, porque ya lo hemos visto antes:
▪️ En Venezuela, cuando las preguntas del Congreso se respondieron con represión.
▪️ En Cuba, cuando criticar al gobierno se volvió delito.
▪️ En Nicaragua, cuando la fiscalización fue calificada como “golpismo” y la Asamblea Nacional se volvió servil.
Hoy, en Estados Unidos, vemos el mismo guion: desacreditar al opositor, aplastar la crítica, usar la fuerza para imponer “orden”. Solo ha cambiado la bandera.
4. Un llamado a los exiliados confundidos: ¡Despierten!
A vos MAGANica, que huyó del sandinismo, del chavismo o del castrismo:
¿No reconocés el patrón?
¿No ves que lo que viviste allá lo estás justificando aquí?
¿Creés que tu apellido en inglés y tu SUV en Kendall te protegerán del abuso cuando llegue?
Si a un senador electo lo tiran al suelo por preguntar, ¿qué te espera a vos si alzás la voz por tus derechos laborales o migratorios?
Esto no es ideología. Es autoritarismo puro.
Este no es un ataque a los demócratas. Es un ataque al contrato constitucional que sostiene esta nación.
5. Conclusión: De pie, antes de que sea tarde
Hoy no se trata solo de defender a Alex Padilla. Se trata de defender el derecho de todo ciudadano a cuestionar al poder sin ser tratado como sospechoso.
Se trata de no repetir la historia que nos obligó a exiliarnos.
De no convertirnos en cómplices del mismo abuso que denunciamos.
De no aplaudir con otra bandera lo que condenamos en la nuestra.
Porque si hoy callamos, mañana ya no será posible hablar.
Y cuando eso ocurra, ya no importará si fuiste sandinista, trumpista o liberal.
Serás súbdito. No ciudadano.
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✊🏽 Revista Abril
Porque la verdad también se organiza.
Y la conciencia también se defiende.