Defendamos al periodismo independiente del acoso orteguista
Néstor Cedeño
Néstor Cedeño es autor de Entre rebelión y dictadura y Entre lucha y esperanza,
dos obras de relatos, poemas y escritos sobre la rebelión cívica de 2018 en Nicaragua.
A través de los 3 años que ha durado la crisis sociopolítica en nuestro país he tenido la oportunidad de conocer a numerosos periodistas independientes que ejercen su labor de formas muy distintas en comparación con los que trabajan para el régimen. Muchos no tienen los beneficios (y los fondos) de un núcleo familiar que dispone de millones en sus arcas para asegurar que las “noticias” a favor del dizque gobierno sean dadas con eficacia para quienes son fieles a los intereses de una minoría en el poder.
Hay que ser claro… los “periodistas” del régimen no les llegan a los talones de quienes ejercen su labor bajo las condiciones más extremas y en un país sin seguridad para personas como ellos. Reporteros que no se preocupan por cubrir TODOS los hechos no están haciendo su labor adecuadamente, mucho menos profesionalmente.
La vida en Nicaragua no es de color de rosa, pero los que trabajan para los medios afines al régimen te lo quieren pintar de esa manera. Es más, las noticias presentadas por estos medios se preocupan nomás por presentar propaganda y (se puede decir) hasta farándula que ayuda a omitir la verdad. Se han ocupado de manipular los hechos a favor del partido en el poder, con el fin de reflejar con luz positiva las obras y logros del supuesto “Buen Gobierno”. Son estrategias sacadas del género distópico que alguien como George Orwell llegaría a relatar.
No señores… así no se hace periodismo.
Hay periodistas poco conocidos que son multifacéticos que se ponen a la par de individuos con más renombre para transmitir cada acontecer. Lo hacen con profesionalismo, entrega y a veces un tono sarcástico, muy a lo nica. He podido conocer algunos como Fabiola Tercero de Galería News e Israel González Espinoza (quien se encuentra en el exilio) que entienden que las condiciones en las cuales se encuentra el gremio no son aptas para opiniones muy abiertas y que las leyes en Nicaragua no están a favor de aquellos que transmiten noticias que incomodan a la dictadura—por muy ciertas que sean. Todos en el medio noticioso dan de su parte para informar al pueblo, poniendo su persona en constante peligro, porque saben que sin reporteros honestos el pueblo pierde algo sumamente valioso.
Y es por eso, quienes consumimos las noticias a través de los medios independientes (impreso o digital) asimismo, los que no somos periodistas, pero hacemos uso de la palabra escrita, debemos alzar nuestras voces en su defensa. Seguro que ya han escuchado o leído algo parecido en alguna parte: si el periodismo independiente muere en Nicaragua, se muere la democracia. ¡Es cierto! Los medios de comunicación han tenido que arriesgar y acomodarse ante los numerosos obstáculos que la dictadura ha lanzado en su contra.
Desde la confiscaciones de Confidencial y 100% Noticias, agresiones, persecuciones o encarcelamientos arbitrarias como las de Miguel Mora y Miguel Mendoza, entrevistas por parte de una fiscalía obediente sobre muchos reporteros como José Adán Silva de Literal y hasta multas injustas como las de Kalua Salazar de La Costeñisima y David Quintana de Boletín Ecológico por supuestas “calumnias”, los periodistas han tenido que luchar, no solo en contra del hostigamiento y la corrupción de un gobierno y sus poderes amenazantes, sino también de obstáculos personales, peligros eminentes, exilio forzado como la de Carlos Fernando Chamorro (por segunda vez), Julio López de Onda Local, y todo el equipo de Nicaragua Actual—solo para dar ejemplos. Incluso, hasta la muerte de compañeros como la de Ángel Gahona.
La cosa no viene fácil para ellos; es más, vendrá peor. La dictadura está buscando como desaparecer al periodismo de verdad para así dejar al país sin un recurso necesario para estar enterado. Ya no están interesados en censurar, sino que prefieren cerrar cualquier medio o encarcelar a personas bajo una ley mal elaborada, inconstitucional y ejecutada por serviles. Se han puesto a elaborar falsedades para así acusarlos y dejarlos visto como cómplices de crímenes inventados por los desquiciados en El Carmen. Quieren tener a un pueblo domado y desinformado, al mismo tiempo quieren que los únicos periodistas en Nicaragua sean aquellos que no hacen periodismo, sino que repiten comunicados con pésima ortografía y notas amarillistas que no informan ni educan con honestidad.
Aunque muchos nicaragüenses se volvieron “reporteros” a raíz del estallido sociopolítico de 2018 al utilizar sus celulares para documentar los hechos que estaban sucediendo a su alrededor, no hay nada que pueda reemplazar a los profesionales. Apoyemos al medio periodístico de verdad. No estoy diciendo que tienen que exponerse ante un fanatismo vengativo, pero si apoyar con suscribir a sus páginas digitales y compartir sus notas, artículos o reportajes. Además, dar mensajes de apoyo o—como este servidor—relatar lo importante que es proteger la prensa independiente.
Ni siquiera me puedo imaginar como debe ser trabajar bajo ese asedio constante. No creo exagerar al llamarle periodismo heroico al que ejercen. Me quito el sombrero ante ellos y espero que mas temprano que tarde ese sacrificio rinda los fritos de la libertad para el tqmbien heroico pueblo d