Democracia y Estado laico
Fidel Ernesto Narváez
Sé perfectamente que lo último que alguien hablaría un 8 de diciembre en Nicaragua, en plena celebración de la Purísima, con todo un pueblo desbordado en las calles, sería hablar de laicidad y de Nietzsche.
Pero como sé también que Nicaragua es un país que ha alimentado a unas élites populistas y de discurso fácil e incendiario por encima del discurso del pensamiento crítico, el discurso incómodo y argumentado, pues el trabajo de cualquier persona que se dedique o se haya dedicado a la educación, es la de prever y hacer el ejercicio filosófico de la prognosis, es decir, tratar de prever lo que el futuro puede depararnos teniendo los datos en la mano.
Por eso es que quiero decir lo siguiente, no para caer bien sino para caer mal, porque para caer bien ya hay cientos que se apuntan a esta y a cualquier festividad mediática para subir el perfil político, y es lo siguiente: pase lo que pase con la crisis política del país, Nicaragua no debe perder ni soberanía ni laicidad.
No podemos pretender un Estado nuevo cometiendo los mismos errores que nos han llevado hasta donde estamos, con una iglesia y unos empresarios rendidos totalmente ante el poder si no fuese por la Insurrección de Abril que hizo cambiar de rumbo al país.
Las celebraciones religiosas tienen que estar siempre dentro del ámbito de la religión, y deben ser respetadas, pero nunca dentro del ámbito de lo estatal o político, porque así como hay que reconocer la lucha y la entrega de los líderes religiosos y comunidades de base, también hay que reconocer que fue gracias a ese apoyo que Ortega logró consolidar un maridaje siempre bendecido con el obispo Obando y flanqueado por Pellas y sus empresarios satélites.
De modo que a pesar que muchos políticos y políticas anden hoy ganándose al pueblo con su feligresía, los invito a mantener separadas las cosas y a no permitir, como ya nos pasó en el pasado, que la política utilice e instrumentalice los sentimientos religiosos para de nuevo meternos en el mismo pozo de donde queremos salir.
Debemos hacer lo posible por salir del #ElCicloNicaragua que nos tiene donde nos tiene. Y esto no es un argumento antirreligioso, al contrario, son los mismos documentos bíblicos los que invitan a separar unas cosas de otras, a sacar el mercado de la política, el oportunismo y el populismo del templo.