Dos falsedades: “después de Somoza, cualquier cosa” y “aquí el único problema es Ortega”.
<<La suerte de la dictadura está unida a la suerte de otras familias, y forman un solo cuerpo, o, mejor dicho, un solo cuerpo con dos cabezas. Dictadura bicéfala, y mientras una mira dónde pone la bala, la otra cuenta el dinero. Y su apetito es voraz.>>
Salir de Somoza en 79, y de Ortega en 1990, no garantizó una democracia a medio plazo ¿Por qué? Porque mientras sigan existiendo las relaciones de explotación, mientras sigan vivas las estructuras de mafias y élites, nada garantiza una democracia después de Ortega.
Porque esas mismas estructuras no tardarán en promover que aparezca el nuevo Ortega, el nuevo Somoza. Por eso ya piensan en la sucesión, y por eso piensan en Laureano, pero antes que eso nunca apoyarán las propuestas de refundación porque sería adentrarse en la inseguridad.
Todo lo que signifique atacar esas estructuras fue rechazado desde el inicio de la Insurrección, y muchas veces por los mismos que pensaron que esas élites y mafias eran necesarias para salir de Ortega, pensado que apoyarían la causa gratuitamente o por los derechos humanos.
Por eso se sacó de la agenda todo lo relativo a la refundación del Estado, y se integró la de aterrizaje suave, pensando ingenuamente que esa política de apaciguamiento apaciguaría el apetito de las mafias, las élites y la dictadura.
La política de apaciguamiento fue creada con el contubernio de medios de comunicación que cayeron víctimas de esa propaganda, hoy están perseguidos y cerrados. Después de 4 años está claro que la política de apaciguamiento sólo beneficia a las élites, mafias y dictadura.
Mientras esas estructuras no se sientan amenazadas realmente por el poder popular, mientras las personas y cualquier gobierno no tenga el poder de frenar a las mafias y a esas élites, nada garantiza salir del ciclo de dictaduras.
La familia Ortega Murillo desde hace tiempo ya aceptó su papel de mano que empuña el arma, pero lo aceptó sabiendo que era después de la Insurrección de Abril la única que aseguraba que esa estructura de mafias y élites siguiese intacta, y eso las bañaría de la misma suerte.
Por eso la suerte de la dictadura está unida a la suerte de otras familias, y forman un solo cuerpo, o, mejor dicho, un solo cuerpo con dos cabezas. Dictadura bicéfala, y mientras una mira dónde pone la bala, la otra cuenta el dinero. Y su apetito es voraz.