Duelo de cuchillos traperos (o la búsqueda desesperada de una casilla electoral)
Erick Aguirre
Poeta, narrador y ensayista. Periodista, editor y columnista en periódicos de Nicaragua y Centroamérica. Miembro de número de la Academia Nicaragüense de la Lengua y miembro correspondiente de la Real Academia Española.
«Después de casi dos años de la revolución cívica de abril, la situación de todas estas organizaciones aglutinadas en la UNAB se reduce a buscar el refugio de las casillas electorales de los pútridos partidos que han compartido «huesos» en los fraudes electorales orquestados por los Ortega Murillo»
Tengo dos años de recibir constantemente regaños y reconvenciones por mis críticas al movimiento Azul y Blanco.
Aunque básicamente el argumento es promovido por los generadores de «propaganda» o diseñadores de imagen de la Alianza Cívica, no quiero referirme por ahora a esa organización sustancialmente empresarial, cuyo origen, composición y orientación política nunca ha gozado de suficiente confianza entre la mayoría de nicaragüenses.
Quiero hablar especialmente de la Articulación de Movimientos Sociales y del MRS. Quiero hablar de cómo los miles de autoconvocados que originalmente nutrieron la UNAB, han asumido pasivamente los erráticos designios de los líderes de dichas organizaciones, que mangonean con una retórica falsamente democrática tanto a la UNAB como a sus propias agrupaciones.
Usando un falso y malintencionado silogismo, se suman a la estrategia de propaganda de la Alianza y critican a quienes no creemos en su estrategia de involucrarse en un proceso electoral para derrotar a la dictadura, y dan por hecho que, al oponernos a ello, nuestra opción es necesariamente la violencia o la guerra. O bien, promueven perversamente la sospecha de que nuestra crítica obedece a una presunta complicidad con el régimen.
Perversidad y falsedad. Reitero esas dos palabras que resumen la esencia de tales regaños, de su tonta propaganda.
Pero miren el punto al que estos «nuevos» políticos han llevado a una población que se levantó arriesgándolo todo y perdiendo en ese trance a centenares de hijos, hijas, padres y hermanos valiosos. Fíjense bien y piénsenlo detenidamente.
Como yo lo veo es así:
Después de casi dos años de la revolución cívica de abril, la situación de todas estas organizaciones aglutinadas en la UNAB se reduce a buscar el refugio de las casillas electorales de los pútridos partidos que han compartido «huesos» en los fraudes electorales orquestados por los Ortega Murillo.
Esos partidos son el PLC, que no requiere de presentación, y el PRD, un espurio grupo de siglas que Saturnino Cerrato, uno de los tantos estafadores que se llaman pastores evangélicos y andan por Nicaragua asolando rebaños, inventó con Ortega para hacerle comparsa en sus últimos fraudes a cambio de prebendas.
¿Quién tuvo la genial idea de integrar a este agente operador de Ortega en la UNAB? No lo sé, pero igual que al mismo pastor yo lo consideraría sospechoso.
En pocas palabras, el MRS, la Articulación de Movimientos Sociales y todos esos viejos zorros que agazapados en la UNAB deciden por encima de unos legítimos pero pasivos y obedientes autoconvocados, están enfrascados en la búsqueda de una casilla que siempre les negó Ortega y que ahora el movimiento autoconvocado de abril les ha puesto en bandeja.
Es el mismo objetivo de la Alianza Cívica, que sin mucho problema puede contar siempre con la casilla del también oneroso partido CxL. Ellos solo observarán desde palco a los sucios politiqueros del PLC y PRD, quedarse con los espacios que legítimamente pertenecen a los autoconvocados en una ideal Coalición Nacional Opositora, dejando solo algunos huesos para esos zorros agazapados en la UNAB que ya he mencionado.
A eso se reduce la «exitosa» estrategia política que los ha llevado al duelo de cuchillos traperos que es en este momento la Coalición Nacional Opositora.
¿Y Daniel Ortega? Muy bien gracias. Viendo cómo se preparan para tirársele encima, ya todos ellos, igual que él, también heridos de muerte.
Sobre los restos de esa trifulca tendrán que construir otras manos la Nicaragua que queremos.