El Becerro de Oro de Ortega y Arturo Cruz, miseria de los trabajadores
Francisco Samper Blanco
Algunos panegiristas del régimen–entre ellos recuerdo al “populista responsable”, Arturo Cruz Sequeira–expresaban que antes de abril de 2018, «la economía iba muy bien», que «la macroeconomía se desenvolvía de forma excelente», y que tal comportamiento se reflejaba en las tasas de crecimientos económicos.
En verdad, a quienes les iba muy bien era a los empresarios Orteguistas y a los empresarios vinculados al régimen. Estos últimos decidieron, conjuntamente con el gobierno del señor Ortega, establecer constitucionalmente la denominada Alianza Pública-Privada. Era el tiempo de las “vacas gordas”, la época del flujo o el aguacero de la cooperación venezolana. Más de 5 mil millones de dólares, calculan los expertos.
Al resto del pueblo, trabajadores asalariados, trabajadores subempleados o informales, micros, pequeños y medianos empresarios les fue muy mal. El aguacero ni siguiera pringó a estos sectores.
Para muestra un botón. Analicemos el salario real de los trabajadores con los datos oficiales que publicó recientemente el Banco Central de Nicaragua (BCN) a noviembre de 2020.
Pero antes, ¿qué es el salario real?
Mide la capacidad adquisitiva de los asalariados y se calcula en córdobas constantes, o sea, se aísla o se excluye el efecto inflacionario. En otras palabras, si el salario real aumenta se considera que el trabajador puede comprar más cosas, si baja significa que tiene menos poder adquisitivo.
El salario real promedio de 2006 se desagrega de la forma siguiente: Para los trabajadores asegurados del INSS fue de C$ 4,204.7; para los trabajadores del gobierno central se situó en C$5,101.2 y para los trabajadores de empleo formal se ubicó en C$4,823.9. Recordemos que el 2006 corresponde todavía al período de gobierno del “capitalismo salvaje” o “neoliberal” de Don Enrique Bolaños.
Trabajadores “en el poder”: 77 años (o más) para salir (tal vez) de la miseria
¿Y qué ha pasado con el salario real de los trabajadores en el gobierno “socialista” “cristiano” y “solidario” del “comandante” y de la “compañera”? El propio BCN nos da la respuesta. En el 2017 (tomo este año porque se considera un año normal, la economía no estaba en crisis), el salario real promedio se desagrega de la forma siguiente:
- Para los trabajadores asegurados del INSS fue de C$4,618.7, para un incremento de 9.87%; o sea que la capacidad adquisitiva de ese sector de los trabajadores apenas se incrementó en menos de un 10% durante 11 años, lo que muestra una reducida tasa de crecimiento promedio anual de 0.90%. Esto significa que los trabajadores de este sector necesitarían aproximadamente 77 largos años para poder duplicar su salario real, es decir, para duplicar su poder adquisitivo.
- Para los trabajadores del gobierno central se situó en C$5,105.4, o sea un crecimiento de cero por ciento. En los once años salieron “tablas” como se dice en la jerga ajedrecística. No hay esperanza de comprar más cosas y para el 2019, el salario real de estos trabajadores disminuyó en 5.3% con respecto al 2006.
- A los trabajadores del empleo formal, les fue peor: su salario real en 2017 se ubicó en C$4,777.8, para una declinación de 0.96%, o sea tienen una menor capacidad adquisitiva; y les sigue yendo mal, ya que en 2019 el decrecimiento fue de 7.1% con respecto a 2006.
El gran capital: en busca de una ruta de regreso a su paraíso “socialista”
Este breve esbozo de los datos comparativos del salario real de los trabajadores desmitifican la supuesta “pujanza” de la “economía orteguista” antes del 2018. Los datos desmienten el mito. Los únicos sectores pujantes en ese período fueron el capital orteguista y el gran capital, que sellaron su triunfo con una “Santa Alianza”. El resto del pueblo, en la sobrevivencia.
Así que no debe sorprender que el gran capital, o al menos un sector del mismo, quiera en el 2021 regresar por su fuero, mediante un nuevo pacto con el régimen de cara a las elecciones de noviembre de este año.