El referéndum chileno: 11 lecciones vitales para Nicaragua
Fidel Ernesto Narváez
- Pidieron Constituyente, no elecciones; ni diálogo uno, ni diálogo dos, ni diálogo tres. «El Apolo 2 costó más que el Apolo 1, el Apolo 1 costó bastante«.
- Pidieron votar ellos mismos, decidir ellos, plebiscito que viene del prefijo latino -plebs, de plebe que vota, como en Roma; tantos siglos y la injusticia se mantiene sempiterna. Por eso el mundo clásico sorprende, porque una misma palabra condensa los años y milenios que nos separan de aquellas plebes pero nos acerca a las nuestras que se sublevan contra césares, triunviratos o cónsules sin necesidad de un Espartaco. Autoconvocados.
- No pidieron que cuatro o cinco los representaran en un diálogo. No esperaron a que la OEA, Almagro, la Unión Europea o Estados Unidos hicieran lo que los «líderes» nicas dijeron al pueblo que esas organizaciones harían por nosotros.
- Conocieron las politicas económicas de Allende, las de Pinochet, el neoliberalismo de Friedman, Hayek o la escuela de Viena, la economía de la colonia y la lanza del conquistador atravesando indios en la Araucania o el plomo de colonos entrando en carnes y tierras mapuches, las políticas de las multinacionales mineras, la película «Actas de Marusia» que retrataba todo aquello, y conocieron no menos las AFP (Administradoras de los fondos de pensiones), que se lleva las pensiones a un banco para luego vender créditos con ese mismo dinero y con un interés superior. Conocieron de todo o casi todo, por eso el cambio no podría ni puede venir de los mismos políticos de siempre.
- ¿Que la represión fue y es más fuerte en Nicaragua? Pues por esa misma razón es que no se podía dialogar ni esperar nada de los represores, menos elecciones «libres». Escucharon a Jara, a Parra, a Tijoux y supieron que hay un derecho a vivir en paz más allá de quienes revientan «las flores con genocidio y napalm».
- La protesta empezó por el alza en el metro o transporte público, pero sabían que la raíz del problema estaba en una Constitución y en la funesta legalidad hecha para las élites que desde la dictadura gobernaban para los apellidos de siempre con los tanques en la calle. Nada diferente del Modelo de Alianza, Diálogo y Consenso hecho por los que algunos llaman «comunistas o socialistas» pero que gobernaron para los apellidos de siempre pactando en el INCAE, centro de estudios fundado por Harvard y dirigido por un patronato de élites y de mafia que potenció el modelo Ortega-Cosep.
- No dijeron que sacarían los tractores, ni dejaron que unos empresarios hablaran por ellos, salieron a las calles los cabros de la primera línea, acompañados del siempre querido matapaco, chavalos y chavalas a los que todo el país está agradecido.
<<Sin Constituyente libre y soberana, sin voto nica en el exterior, sin suscripción popular y candidaturas de libre postulación, y sin tantas cosas materiales y políticas reales más allá de los que viven sus días pensando en ser presidenciables, estaremos siempre viendo pasar la bola que se tiran unos políticos a otros en un juego de nunca acabar.>>
- Saben que falta mucho por cambiar; saben que hay gente que desde fuera quiere condenar un proceso por el que votaron casi 80% de los chilenos aprobando la Convención Constituyente, y decidirán su futuro y su Constitución, cuando no lo hacían desde 1883.
- Los chilenos en el exterior pudieron votar, el voto en el exterior no era una promesa de politiqueros, era ya un derecho que sirvió para hacer cambiar el rumbo de la historia. ¿Bien o mal?, sólo el futuro lo dirá, pero creo que su presente es de alegría y de ilusión, como la que teníamos los nicaragüenses antes que las mafias dinamitaran desde dentro y por fuera el futuro soberano de poder decidir por primera vez en nuestra historia el modelo de Estado, la Constitución y los valores de una República devenida en finca, hacienda y coto de la mafia local que garantiza los negocios de las mafias trasnacionales de Washington o Moscú, de Miami o La Habana, da igual la que sea, de izquierda o derecha: cuando un pueblo no decide, otros deciden por él y le hacen pensar que el mundo todavía se divide como la guerra fría.
- Y cuando el pueblo no decide, como se dice en buen nica: «solo la estamos viendo pasar», como si fuese un hípico en Granada poetizado por Carlos Martínez Rivas y que nos hace preguntarnos a la luz de aquellos nuevos colonos subidos a caballo «si en este país alguna vez hubo revolución«, como si fuese procesión o como si fuese bola de béisbol.
- Sin Constituyente libre y soberana, sin voto nica en el exterior, sin suscripción popular y candidaturas de libre postulación, y sin tantas cosas materiales y políticas reales más allá de los que viven sus días pensando en ser presidenciables, estaremos siempre viendo pasar la bola que se tiran unos políticos a otros en un juego de nunca acabar, como un águila que no sacia su apetito con el hígado de Prometeo, como una roca que siempre carga Sísifo, como un eterno retorno teorizado por Eliade o Nietzsche pero que en Nicaragua dejó de ser mito, y se convirtió en algo tan real y cotidiano como el nacatamal de los domingos, los muertos por IRC o francotiradores y el olor a la cosa de horno.