El reto de Biden
[cómo reducir la brecha entre la pobreza en las áreas “rojas” y el avance tecnológico-económico en las áreas “azules”]

Leonel Arana
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El autor es ciudadano estadounidense y miembro de la iniciativa Nicas por Biden.

…a pesar de que Biden ganó en solamente 477 de los 3,141 condados que hay en los Estados Unidos, dichos condados, mayormente centros urbanos, representan el 70 % de la economía del país. Los condados rojos suman solamente el 29 %. La brecha, entonces, se da entre los condados urbanos y los rurales.

Uno de los eslóganes de los Republicanos, y de Trump en particular, ha sido que ellos [y él] son mejores para dirigir  la economía del país que los Demócratas, y que la gente está mejor si ellos gobiernan. Los datos, sin embargo, indican lo contrario: los estados, los condados y los distritos electorales en los que ganó Biden crecen más, y en ellos el ingreso promedio de las familias es mayor que en aquellos en los que ganó Trump. 

Es interesante ver en el mapa de los Estados Unidos cuáles son los estados y los condados en los que ganó Biden, llamados azules, y los rojos en los que ganó Trump y descubrir que los estados azules son por lo general más prósperos, tienen universidades y centros de investigación que van a la cabeza del avance científico y tecnológico, lo que a su vez causa que sus empresas crezcan y surjan nuevas de gran futuro, lo que aumenta la demanda de personal calificado. Es el caso de  California, Minnesota, Michigan, New York, Massachusetts, Maryland, Connecticut y New Jersey y, recientemente, Arizona y Georgia. 

Lo estados rojos, por su parte, tienden a basar sus economías en las industrias extractivas, petróleo, gas, carbón, y en la agricultura, industrias que por lo general no requieren personal con altas calificaciones. 

Y sucede otro fenómeno sumamente interesante: dentro de los estados rojos hay condados que tienen más en común con los estados azules que con el estado en que se encuentran, ya que también poseen instituciones y empresas de avanzada; condados y ciudades como Austin, Houston, San Antonio y Dallas en Texas, las ciudades del Triángulo Tecnológico en Carolina del Norte, Charlotte, Greensboro y Raleigh, Indianápolis en Indiana, Birmingham y Montgomery en Alabama, Cincinnati, Akron, Columbus y Cleveland en Ohio, Lexington y Louisville en Kentucky. En todos esos condados, relativamente más prósperos, y dentro de estados rojos, ganó Biden.

Por eso, a pesar de que Biden ganó en solamente 477 de los 3,141 condados que hay en los Estados Unidos, dichos condados, mayormente centros urbanos, representan el 70 % de la economía del país. Los condados rojos suman solamente el 29 %. La brecha, entonces, se da entre los condados urbanos y los rurales.

De acuerdo con un informe del Metropolitan Policy Program del Brookings Institute la tendencia se observa desde el año 2000, cuando los condados que ganó Al Gore representaban un 54 % de la economía; pero ya para el 2016 los condados que ganó Hillary Clinton alcanzaban  un 64 %, y en el 2020 los condados que ganó Biden suman ya el 70 %. Lo más significativo es que esta brecha es evidente en la situación financiera de los individuos y las familias, ya que en los estados y condados azules el ingreso familiar sube, mientras que en los rojos se contrae. Según un estudio conjunto del Brookings Institute con el Wall Street Journal, en el año 2008 el ingreso promedio para una familia en los distritos electorales azules era de $54,000 y en los rojos $55,000, pero diez años más tarde el ingreso promedio en los distritos azules subió a $61,000 y en los rojos bajó a $53,000. Igual tendencia se observa en la productividad durante el mismo período: en los distritos azules subió de $118,000 a $139,000 y en los rojos permaneció fija en $110,000.

Las razones están a la vista. De las 30 empresas tecnológicas más grandes en los Estados Unidos, como Apple, Google, Microsoft, etc. 26 se encuentran en estados azules y solamente 4 en estados rojos. De estas hay dos en Texas (ATT y Texas Instruments) ubicadas, sin embargo en la azul Dallas. Solo dos de las 30 están en municipios rojos de estados rojos: MicroTechnologies, en Boise, Idaho y MasterCard, en Saint Charles Missouri. Las nuevas empresas con tecnología de futuro, como Tesla, Rivian, Nvidia se han creado también en estados azules

Lo mismo aplica a los grandes laboratorios de medicina, ubicados todos en estados y condados azules. Los tres que están desarrollando vacunas para el coronavirus, por ejemplo. Johnson & Johnson, Pfizer y Moderna en New Jersey, New York y Massachusetts. Merck y Bristol Myers en New Jersey. AmGen y Gilead en California. BioGen en Massachusetts. Solamente Eli Lilli se encuentra en un estado rojo, Indiana, pero en Indianápolis, que es azul.

Todo lo anterior refleja la evolución de la economía de los Estados Unidos que cada vez depende más de la aplicación de la ciencia y de la tecnología a la producción, lo que ocurre en los grandes centros urbanos y cada vez menos de la agricultura y de la explotación de recursos naturales. Políticamente, el Partido Demócrata se ha hecho mayoritario en las grandes ciudades donde se concentra la población con estudios universitarios, un 36 %, muchos de ellos inmigrantes, mientras el Partido Republicano ha hecho lo mismo en las comunidades rurales, donde un 25% tienen estudios universitarios y solamente un 15 % no son blancos.

El gran reto de Joe Biden, del nuevo gobierno y de la sociedad en general debe ser entonces integrar a esos estados y municipios rojos a la economía moderna, creando una especie de Plan Marshall interno a fin de abrir las puertas a nuevas oportunidades y hacer subir el ingreso familiar de los condados rojos para disminuir la brecha económica y cultural. De no hacerlo, aquellos ciudadanos que se ven marginados del progreso seguirán cayendo en las garras de los que no ofrecen nada positivo, sino odio y envidia contra los profesionales y contra los inmigrantes que prosperan mientras ellos se empobrecen.

Leonel Arana

El autor es ciudadano estadounidense y miembro de la iniciativa Nicas por Biden.