El terror de la dictadura, el miedo de las élites
Francisco Larios
El autor es Doctor en Economía, escritor, y editor de revistaabril.org.
Una vez más, la represión aparentemente absurda contra nicaragüenses pacíficos demuestra el pánico de la dictadura. Digo “aparentemente absurda” porque no lo es. Es perfectamente racional que no quieran ceder, porque en el momento en que cedan se puede desbordar el descontento y arrasarlos.
Por eso Ortega no tiene intenciones de dejar el poder. No se va a ir por las buenas. Ojalá así fuera, pero el suyo no es un régimen autoritario “normal”.
Se trata de criminales casi convictos, que prefieren morir antes que ir a la cárcel. Ese es el gran problema y la gran tragedia de Nicaragua. Y por eso es un engaño, una trampa cruel, todo el juego de élites que pretenden, dicen ellos, “salir de Ortega a través de elecciones”.
Yo no creo que ignoren que esa alternativa no es viable. Pero se empeñan en ella porque también tienen miedo. Lo han tenido desde el 18 de abril de 2019, cuando cientos de miles de cámaras alumbraron el cuarto donde vivían felices su concubinato con Ortega y Murillo.
Si yo fuera su asesor les diría que aún es tiempo, que la gente sabe lo que han hecho, pero al final el sentido de justicia y la sensatez del pueblo democrático los protege. Les diría que pasen de una vez el trago amargo y apuesten por la democracia: “atrévanse a ser verdaderos empresarios, arriesguen algo, no busquen más el cobijo del poder político corrupto; escojan, o al menos acepten, una sociedad con derechos para todos. Podrán beneficiarse si el país evita los ciclos de guerra, pacto y dictadura que nos regresan siempre a la cola de los más pobres. Dudo que muchos de ustedes sean capaces–son prácticamente siglos de andar en descarrío–de enmendar el rumbo. Pero tampoco pierdo la esperanza. No apelo solamente a su humanidad, sino a su sentido práctico, a su habilidad de sopesar los riesgos: la bestia herida que ustedes creyeron domar no reconoce más autoridad que su propia fuerza; tarde o temprano tendrán ustedes que escoger entre un total sometimiento o enfrentar su furia.”