Elecciones en democracia, lecciones de democracia: Holanda, 2021
Pío Martínez
Hoy, 17 de marzo 2021, hubo elecciones a la Cámara de Representantes de Holanda (nombre oficial: Países Bajos), y si usted andaba hoy por aquí como turista ni siquiera se habrá dado cuenta de que hoy se realiza una elección de la que saldrá un nuevo gobierno. Es que las elecciones se producen sin mucha bulla. No hay grandes concentraciones con candidatos que prometen puentes y ríos, no hay pintas en los muros, no hay pancartas. No hay música partidaria sonando a todo volumen desde enormes parlantes. No hay nacatamal, no hay guaro, no hay buses y camiones arrastrando votantes. A quienes viven en países con procesos electorales de pasiones encendidas, en las que corre el alcohol y con frecuencia también la sangre, estas elecciones les parecerán de lo más aburridas. Pero es que quizás el aburrimiento es una cosa deseable cuando de escoger a nuestros representantes se trata. Déjeme ilustrar lo que digo con algunas fotos que hice hoy y en los días pasados.
El pase de votación
Las alcaldías llevan el registro de los ciudadanos que tienen la edad reglamentaria para votar y no menos de dos semanas antes de las elecciones, cada votante recibe de la alcaldía en la que se encuentra registrado un «pase para votar» que le llega por correo. En esta foto el nombre, la dirección y otros datos del pase han sido cubiertos por aquello de la privacidad. Este documento, junto con una identificación, deberá ser presentado en el local de votación el día de la elección. Cuando tu identidad ha sido rápidamente comprobada, a cambio de este pase recibirás la boleta de votación que luego marcarás y depositarás en una “urna”, que es en realidad uno de esos contenedores de basura que hay en cada casa, solo que este es muy limpio y nunca ha sido usado para basura. No sé como será en ciudades más grandes, pero en la ciudad donde vivo el ciudadano puede ir con su pase y votar en cualquiera de los locales de votación de la ciudad y no necesariamente en uno especialmente designado.
La lista de candidatos
Unos días antes de la elección recibís, también por correo, la lista de candidatos. Como verás aquí abajo, es una lista enorme pues este año participan en la elección 37 partidos o agrupaciones electorales que compiten por las 150 sillas de la Cámara de Representantes. En el distrito electoral en que yo vivo se presentan 30 de esos partidos.
Para que te hagas una idea del tamaño he puesto un lapicero a un lado de la lista. Este es solo el anverso, al reverso hay más nombres. La boleta de votación contendrá en una sola cara todos estos nombres ordenados en la columna correspondiente a cada partido y a la par de cada nombre habrá un circulito que el votante deberá llenar para el candidato de su elección con un lápiz rojo que encontrará en el local de votación. Solo podrás votar por un candidato y llenar entonces un circulito nada más. No tiene que ser necesariamente por el primero que aparece en cada lista (o «lijstrekker», que se traduciría como «el que jala la lista») y que es el líder de cada partido o agrupación participante. De esta manera, los votantes tienen la posibilidad de reordenar a su antojo la lista de su partido.
La propaganda electoral
Ya les dije que no hay pintas ni pancartas, eso que ven ahí es lo que más se le parece. En una de las entradas de la ciudad en la que vivo, por la que paso cada día al ir a mi trabajo, levantado a la par de un parque, se podía ver en los días previos a la elección ese mural (no sé como llamarlo) conteniendo posters de algunos de los partidos en la contienda. Los interesados se detienen y miran. No sé si en alguna otra de las entradas a la ciudad habrá otro esperpento como este y como ustedes no me pagan para andar de aquí para allá no voy a ir a averiguarlo. Esta imagen se repite por pueblos y ciudades.
En una parada de buses, muy cercana a este mural vi también el poster que les muestro acá abajo. Usualmente lo que ocupa ese espacio son anuncios de compañías telefónicas, o de vacaciones maravillosas, o champús que dejan el pelo suave como la seda, pero hoy estaba la foto de Mark Rutte, actual Primer Ministro y candidato principal del VVD, Partido por la Libertad y la Democracia que es un partido conservador-liberal (no me pidan que se los explique, búsquenlo en Wikipedia) y que probablemente ganará la mayoría de los escaños en esta elección al igual que la vez pasada. No, no hablo de que ganará más de 75 escaños, eso no ocurre en Holanda, hablo de que obtendrá quizás un poco más de los 34 escaños que obtuvo en las elecciones del 2017, más escaños que cualquier otro partido. En este país, el gobierno se forma por una coalición de partidos, presidida por el partido mayoritario y usualmente formada con los partidos que le siguen en número de escaños.
La radio, la televisión, los diarios, websites, las redes sociales, son entre otras las vías por las que viaja la propaganda. Los numerosos debates que tienen lugar son oportunidades excelentes para los partidos de hablar sobre sus programas. Voluntarios recorren sus ciudades y pueblos depositando periódicos o volantes de sus partidos en los buzones de las viviendas. En los días que hay mercado, los partidos ponen sus caramancheles con su propaganda y sus banderas y los voluntarios se acercan a conversar con aquellos dispuestos a escucharles.
El día de la elección
Las elecciones a la Cámara de representantes se producen por ley cada cuatro años, o antes, si el gobierno cayera por alguna razón. Se hacen usualmente en un miércoles, en marzo o en mayo. La última elección fue en marzo de 2017. La vida sigue su curso normal el día de la elección. No es un día libre. Los locales de votación se abren desde las siete y media de la mañana hasta las nueve de la noche para que la gente que trabaja pueda votar antes o después de su trabajo. Si por alguna razón fuese difícil para el votante votar antes o después de su trabajo, tiene derecho a pedir libre hasta un máximo de dos horas para ir a votar.
Como le he dicho antes, si el día de la elección usted anda de paso por el país puede ser que no se dé cuenta de que hay elecciones. Quizás pasará frente a un edificio público que ese día funciona como local de votación y no se dará cuenta de que allá se puede votar. Un sencillo rótulo muy fácil de ignorar, como este en la foto de arriba, será lo único que lo indique.
Esta foto acá abajo, de la elección de 2017 y tomada con permiso de las personas en ella, muestra el personal típico de un local de votación. Son voluntarios, no son miembros de ningún partido, o si lo son no están ahí representándolo, están en su carácter particular. Son usualmente personas jubiladas, o jóvenes con tiempo libre.
En el local de votación no hay nadie vigilando a nadie. No hay fiscales de los partidos, no hay desconfianza. Se trata de un ejercicio ciudadano que los ciudadanos mismos hacen posible. El ambiente es muy relajado y los encargados del local amablemente ayudan a los votantes en cuanto les es posible, a ejercer su derecho al voto.
Este año, por causa del Covid-19 hubo cambios apreciables en la manera en que transcurre el día de la elección. La fila de votantes ocupaba este año más espacio gracias al metro y medio que las personas deben guardar entre sí. Los locales de votación fueron este año espacios más grandes y bien ventilados. Además, el período de votación, que normalmente es un solo día se extendió a tres días, desde el lunes 15 hasta el miércoles 17. Los primeros dos días fueron para que acudieran las personas más vulnerables, el último día para todos los votantes. También se implementó la votación por correo. Por otro lado, normalmente es siempre posible que si por alguna razón que no necesitás explicar no podés acudir al centro de votación, podés autorizar a una persona de tu confianza a votar en tu representación. En el reverso del pase escribís entonces el nombre de quien te representará y esta persona, presentando el pase con tu autorización junto con una copia de tu identificación, podrá votar en tu lugar por quien vos le has indicado. Por lo que pude averiguar, esta posibilidad parece haber sido utilizada este año más que otros años. En la foto de abajo puede apreciarse cómo se veía esta tarde un centro de votación instalado en un gimnasio. Esta vez todos tenían una mascarilla y los encargados eran gente joven, menos vulnerables al virus.
A quienes tienen interés sobre este asunto les recomiendo seguir este enlace a una página de wikipedia con información sobre estas elecciones.
¿Cómo se forma el gobierno?
Para decirlo a grosso modo, una vez que se conoce el resultado de la elección, normalmente al día siguiente, el partido que ha obtenido la mayoría de los votos entrará en plática con los partidos que obtuvieron más votos para formar un gobierno en coalición con ellos pues para poder llevar adelante sus planes necesitará contar con mayoría en el parlamento. Los planes y programas de cada partido se ajustan entonces los unos con los otros hasta llegar a un acuerdo de gobierno que será el norte de la coalición, su biblia. Del partido con más votos saldrá el Primer Ministro o Ministro Presidente. De su partido y de los otros partidos en la coalición saldrán los miembros del gabinete. Cada partido en la coalición tendrá un viceprimer ministro. El proceso a seguir para la formación del nuevo gobierno está regulado por la ley y la costumbre y puede durar desde unas cuantas semanas hasta varios meses. No es un proceso sencillo y requiere de largas discusiones. El promedio de duración es de 94 días. Después de la segunda guerra mundial la formación más corta fue en 1948 y duró 31 días. La más larga duró 7 meses, luego de las elecciones de marzo del 2017.
(Mi explicación del proceso de formación del gobierno es una simplificación, si quiere saber más vaya y busque pues hay mucha información sobre el tema).
Un par de reflexiones finales
Las elecciones son parte importante de la democracia, pero no son toda la democracia. La gente en este país está muy clara de eso, a diferencia de países en los que las élites han tenido éxito en convencer a los pueblos que elecciones es igual a democracia, que la democracia es eso nada más, una elección, y que tenés que estar contento y conforme con haber depositado tu voto. Pero la democracia es más, mucho más que una elección, es poder de la ciudadanía que se manifiesta en la sociedad en mil diferentes formas en la vida diaria. La democracia es entonces más que un sistema de gobierno, es una forma de vida.
La democracia no termina con las elecciones. En países en los que se confunde democracia con elecciones y nada más, una vez que las elecciones terminan termina también el poder del ciudadano. Quienes han sido electos hacen a partir de ese momento lo que se les viene en gana, con poco o ningún control de los votantes. La elección es vista como carta blanca para los electos. En países de democracia madura como los Países Bajos, la elección no es el final del camino sino su inicio, o más bien, es una estación del viaje, nada más. Los electores han votado por un programa, por unos planes y exigirán a partir de entonces su cumplimiento y lo vigilarán constantemente.