Prosa de prisa (diario de un nicaragüense en el extranjero)
En torno a la lengua, el amor y el artista
- El ego es la enfermedad profesional del artista posmoderno.
- De acuerdo con la tradición judeocristiana, «Dios habla». Así, lo único que verdaderamente compartimos los seres humanos es la lengua, don divino.
- La palabra se ajusta al pensamiento. Al hacerlo, lo ordena, no le ordena. El pensamiento es caótico.
- La palabra retoca y embellece el pensamiento pues éste es naturalmente amorfo.
- La lengua existe para protegernos. El propósito de nuestra existencia es protegerla.
- Utilizar la lengua como instrumento político es rebajarla y reducir sus interminables posibilidades; es llamar a los cuatro jinetes del Apocalipsis y anunciar, trompeta en mano, el fin de la humanidad.
- La verdad tiene prioridad sobre lo «bueno». El amor no debe tener prioridad sobre el conocimiento, pues éste nace de él y por él.