¿Es posible la libertad incondicional de los presos políticos bajo la dictadura?

<<La dictadura no tiene derecho a usar a las personas presas políticas como moneda de cambio para resucitar, siempre a su favor, un diálogo imposible, una negociación imposible, inmoral, antidemocrática e impráctica.>>

“Alguien”, un alguien, que lleva comillas, ha lanzado el rumor de que a los presos políticos van a liberarlos bajo la figura legal de “amnistía”. ¿Es esto posible? ¿Qué ocurrirá con los “amnistiados”? ¿Habrá condiciones dizque-legales para que los liberen? ¿Tendrán que comprometerse a algo con el régimen a cambio de que acabe la tortura y el sufrimiento moral y material de sus familias? ¿Es capaz la dictadura de “conceder” (también entre comillas, porque lo que debe cualquier régimen es apenas aceptar) la libertad incondicional de todas las personas presas políticas, sin restricciones de movimiento y acción política?

Esto último, la libertad sin restricciones, la libertad incondicional, es imposible. La dictadura chayorteguista, en minoría minúscula, en estado de descomposición avanzada, con gente desertando del aparato político, enfrentada al 90% de la población que quiere su fin, no puede darse el lujo de permitir que reconocidos enemigos políticos, entre los cuales figuran varios que aspiran a ser Presidente, recorran libremente las calles, den discursos, se reúnan para dar fuerza a una organización opositora, MUCHO MENOS para organizar ningún tipo de movilización popular, que prontamente acabaría sepultando al régimen. ¿Ustedes se imaginan una situación en la cual todas las personas presas políticas salgan de la cárcel y empiecen a actuar como ciudadanos libres, sin que la dictadura los acose, les impida actuar, movilizarse dentro del país, convocar a gente a asambleas sin represión, entrar y salir de Nicaragua libremente? Si así ocurriera, habría que tomarse las calles y todos los espacios, movilizarnos hasta paralizar el país y obligar la salida del régimen. Ellos saben que es así: ¿creen ustedes que están dispuestos a permitirlo?

Por lo tanto, el “alguien” que ha lanzado el rumor tiene otra cosa en mente o entre manos. Si es la dictadura, quiere quitarle oxígeno al fuego que desde el exterior avanza en su dirección, anunciando la “libertad” de presos políticos, pero buscando cómo no perder el control. Es decir, en cualquier caso, una excarcelación condicionada, como ya lo ha hecho antes, acompañada de medidas para inducir el silencio, la sumisión, o el exilio de los excarcelados. Y si ese “alguien” no es parte de la dictadura, se trata de personas o grupos dispuestos a aceptar un trato así, en el cual la excarcelación de las personas presas políticas, que es un reclamo universal, una exigencia justa y elemental, se paga reconociendo la legitimidad del régimen genocida, sentándose a una mesa de negociaciones en la cual no habría, de eso estamos claros, ninguna representación legítima del pueblo, ni habría ––porque no hay–– nada que negociar. Una farsa más, otra movida cruel de parte de la dictadura chayorteguista, otra manifestación más de la manipulación del dolor de los presos políticos, y sobre todo, del sufrimiento inhumano e injusto al que se somete a sus familias. 

La cruda realidad es esta: no habrá libertad incondicional de las personas presas políticas mientras exista la dictadura. Queremos que los excarcelen, por supuesto. Lo exigimos. Es derecho humano de nuestros presos políticos. Lo que no hay es un derecho de la dictadura, ni de nadie, de usar a las personas presas políticas como moneda de cambio para resucitar, siempre a favor de Ortega y Murillo, un diálogo imposible, una negociación imposible, inmoral, antidemocrática e impráctica. 

Francisco Larios
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El autor es Doctor en Economía, escritor, y editor de revistaabril.org.

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El autor es Doctor en Economía, escritor, y editor de revistaabril.org. Artículos de Francisco Larios