Fracasaron los del FSLN
Sergio Simpson
Hace cuarenta y un años la mayoría del pueblo derrocó una dictadura. Hoy Nicaragua sigue con asesinatos políticos; secuestran y encarcelan y condenan a opositores; otros huyen temerosos al exilio o contentos buscando mejor vida.
Una parte de la sociedad, sin derechos; la garrotean y balacean si sale a las calles a demandar garantías ciudadanas.
La corrupción es detestable, unos cuantos aumentan sus bienes muy valiosos, otros agarran menos dinero en la pobreza, pero se contentan con sentirse inmunes y con ingresos, dispuestos a difamar, intimidar, matar para mantener ese estatus.
Hay mucha gente cansada de la falta de ética; profesionales íntegros, estudiosos, cuyo propósito es ganarse sus billetes con empeño y capacidad, no por el delito de tráfico de influencia, o sumisión cervical.
Una buena parte de nicas se defiende de un régimen militar encabezado por la persona que es una de las responsables por la guerra civil de los años ochenta del siglo pasado, época sangrienta.
Son menos quienes respaldan a esa persona que ha contribuido a la pobreza extrema del país, y se mantiene como jefe de una organización político militar, gobernando con la concepción de izquierda dictatorial estalinista.
Esa persona, Daniel Ortega, posiblemente sea acusada internacionalmente por crímenes financieros y de lesa humanidad, poniendo en peligro a sus socios y admiradores.
El FSLN no logró responder a las expectativas de la mayoría de la sociedad que aborrece a las dictaduras, tampoco superó su guerra de guerrillas. Es obsoleto.