GÉNESIS DE LOS TÉRMINOS IZQUIERDA Y DERECHA Y SU APLICACIÓN COMO TENDENCIA POLÍTICA
II. Del término Socialismo El término socialismo se usa desde la antigüedad para referirse a grupos de la sociedad humana en cualquier área: social, política, económica, comercial, jurídica, etc. Como tendencia política es importante conocer la definición del término socialismo y la necesidad de usar el adjetivo complementario para expresar su contenido sociológico. En la obra «Manifiesto Comunista» escrita en 1848 por Carlos Marx y Federico Engels, exponen sus concepciones materialistas de la historia, la lucha de clases y los conflictos del modo de producción capitalista y reseñan los diferentes socialismos de la época. En este documento se incluyen otros socialismos surgidos en el Siglo XX y Siglo XXI.
- EL SOCIALISMO REACCIONARIO. Es considerado reaccionario el socialismo que no comprende la marcha de la historia; que pretende encajar los medios de producción modernos en el marco de las antiguas relaciones de producción. Desconocer la lucha de clases, el origen de las desigualdades económicas y sociales; y considerar que los burgueses son burgueses en interés de la clase obrera.
- a) EL SOCIALISMO FEUDAL: La aristocracia feudal fue derrumbada por la burguesía. En Francia e Inglaterra la aristocracia feudal escribían libelos contra la burguesía ocultando sus intereses de clase y planteaban que su lucha era en defensa de la clase obrera explotada por la burguesía. El socialismo feudal nació con su absoluta incapacidad para comprender la marcha de la historia.
- b) EL SOCIALISMO PEQUEÑOBURGUÉS: La pequeña burguesía que vegeta al lado de la burguesía sin poder protestar las reglas del juego que esta impone se extingue en la medida que esta se desarrolla. Oscila entre el proletariado y la burguesía. En el capitalismo los medianos productores y los medianos comerciantes aparecen un día con ansias de crecer y convertirse en gran capital y pronto se precipitan a las filas del proletariado porque no soportan los embates del sistema. La concentración de capital y la gran industria que por la productividad creciente abarata los costos lleva a la inevitable ruina a los artesanos al no poder competir. Este socialismo analizó a profundidad las contradicciones propias a las modernas relaciones de producción y la escandalosa desigualdad en la distribución de las riquezas. Quiere encajar por la fuerza los medios modernos de producción en las viejas relaciones de producción. Este socialismo es reaccionario y utópico.
- c) EL SOCIALISMO CONSERVADOR O BURGUÉS: Una parte de la burguesía desea remediar los males sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa. A esta categoría pertenecen los economistas, los filántropos, los humanitarios, los organizadores de beneficencia, los fundadores de las sociedades de templanza, los reformadores domésticos de toda laya que pretenden mejorar la suerte de las clases trabajadoras. Los burgueses socialistas quieren la sociedad actual sin los elementos que la revolucionan y descomponen. Quieren la burguesía sin el proletariado. Induce al proletariado a continuar en la sociedad actual pero despojándose de la concepción odiosa que se ha formado de ella. También intenta apartar a los obreros de todo movimiento revolucionario demostrándoles que no es tal o cual cambio político el que podrá beneficiarles sino solamente una transformación de las condiciones materiales de vida de las relaciones económicas. Pero por transformación de las condiciones materiales de vida este socialismo no entiende en modo alguno la abolición de las relaciones de producción burguesas —lo que no es posible más que por vía revolucionaria— sino únicamente reformas administrativas realizadas sobre la base de las mismas relaciones de producción burguesas y que por tanto no afectan a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado sirviendo únicamente en el mejor de los casos para reducirle a la burguesía los gastos que requiere su dominio y para simplificarle la administración de su Estado. El socialismo burgués se resume precisamente en esta afirmación: los burgueses son burgueses en interés de la clase obrera.
- d) EL SOCIALISMO Y EL COMUNISMO CRÍTICO-UTÓPICOS: El proletariado en lucha por sus intereses de clase en el período del derrumbamiento de la sociedad feudal fracasó necesariamente tanto por el débil desarrollo del mismo proletariado como por la ausencia de las condiciones materiales de su emancipación condiciones que surgen sólo como producto de la época burguesa. La literatura de estos primeros movimientos del proletariado es forzosamente por su contenido reaccionaria porque preconiza un ascetismo general y un burdo igualitarismo. La importancia del socialismo y del comunismo crítico-utópico está en razón inversa al desarrollo histórico. A medida que la lucha de clases se acentúa y toma formas más definidas el afán de ponerse por encima de ella pierde toda justificación teórica. Buscan como embotar la lucha de clases y conciliar los antagonismos. Se oponen encarnizadamente a todo movimiento político de la clase obrera. Sus representantes principales son: Santo Tomás Moro y Robert Owen en Gran Bretaña; Henry Saint-Simon, Flora Tristán, Charles Fourier y Étienne Cabet en Francia. Los socialistas utópicos no desarrollaron la teoría sobre la lucha de clases y creían que las personas pueden adoptar voluntariamente su plan social si se presenta de manera convincente sin necesidad de una revolución social. Los críticos del socialismo utópico consideran que este socialismo no se basa en las condiciones objetivas.
- e) EL SOCIALISMO ALEMÁN O SOCIALISMO “VERDADERO”: Este socialismo nació bajo el yugo de una burguesía francesa y su literatura fue introducida en Alemania en el momento en que la burguesía acababa de comenzar su lucha contra el absolutismo feudal. Filósofos, semifilósofos e ingenios de salón alemanes se lanzaron ávidamente sobre esta literatura olvidando que las condiciones sociales de Francia eran diferentes a Alemania. Los filósofos alemanes del siglo XVIII no supieron establecer las diferencias. Toda la labor de los literatos alemanes se redujo exclusivamente a unir las nuevas ideas francesas con su vieja conciencia partiendo de sus propias opiniones filosóficas. Le dieron el nombre de “filosofía de la acción”, “socialismo verdadero”, “ciencia alemana del socialismo”, “fundamentación filosófica del socialismo”, etc. castrando la literatura socialista-comunista francesa. En manos de los alemanes dejó de ser la expresión de la lucha de una clase contra otra. Los alemanes se imaginaron estar muy por encima de la “estrechez francesa” y haber defendido en lugar de las verdaderas necesidades la necesidad de la verdad en lugar de los intereses del proletariado los intereses de la esencia humana del hombre en general del hombre que no pertenece a ninguna clase ni a ninguna realidad y que no existe más que en el cielo brumoso de la fantasía filosófica. Este socialismo alemán fue perdiendo poco a poco su inocencia pedantesca. La lucha de la burguesía alemana y principalmente de la burguesía prusiana contra los feudales y la monarquía absoluta en una palabra el movimiento liberal adquiría un carácter más serio. De esta suerte se le ofreció al “verdadero” socialismo contraponer al movimiento político las reivindicaciones socialistas de fulminar los anatemas tradicionales contra el liberalismo, contra el Estado representativo, contra la concurrencia burguesa, contra la libertad burguesa de prensa, contra el derecho burgués, contra la libertad y la igualdad burguesas y de predicar a las masas populares que ellas no tenían nada que ganar y que más bien perderían todo en este movimiento burgués. El socialismo alemán olvidó que la crítica francesa presuponía la sociedad burguesa moderna con las correspondientes condiciones materiales de vida y una constitución política adecuada es decir precisamente las premisas que todavía se trataba de conquistar en Alemania. Para los gobiernos absolutos de Alemania con su séquito de clérigos, de mentores, de hidalgos rústicos y de burócratas este socialismo se convirtió en un espantajo propicio contra la burguesía que se levantaba amenazadora. Esos mismos gobiernos que respondían a los alzamientos de los obreros alemanes con latigazos y tiros. El “verdadero” socialismo se convirtió de este modo en un arma en manos de los gobiernos contra la burguesía alemana que representaba además directamente un interés reaccionario el interés del pequeñoburgués alemán. La pequeña burguesía legada por el siglo XVI y desde entonces renacida sin cesar bajo diversas formas constituye para Alemania la verdadera base social del orden establecido. La supremacía industrial y política de la burguesía le amenaza con una muerte cierta: de una parte por la concentración de los capitales y de otra por el desarrollo de un proletariado revolucionario. A la pequeña burguesía le pareció que el “verdadero” socialismo podía matar los dos pájaros de un tiro. Y éste se propagó como una epidemia. Tejido con los hilos de araña de la especulación, bordado de flores retóricas y bañado por un rocío sentimental ese ropaje fantástico en que los socialistas alemanes envolvieron sus tres o cuatro descarnadas “verdades eternas” hizo aumentar la demanda de su mercancía entre semejante público. Por su parte el socialismo alemán consideró que estaba llamado a ser el representante de la pequeña burguesía. Proclamó que la nación alemana debía ser la “nación modelo” y el hombre alemán de la clase media el “hombre modelo”. A todas las infamias de este hombre modelo les dio un sentido oculto, un sentido superior y socialista contrario a la realidad. Fue consecuente hasta el fin manifestándose de un modo abierto contra la tendencia “brutalmente destructiva” del comunismo y declarando su imparcial elevación por encima de todas las luchas de clases. Todas las obras llamadas socialistas que circulan en Alemania pertenecen a esta inmunda y enervante literatura. El Nacionalsocialismo y el Socialismo del Siglo XXI tiene los rasgos principales del “Socialismo Alemán o Socialismo Verdadero”. La humanidad que anhela el desarrollo de la sociedad humana tiene el reto de luchar contra esta semilla holocaustica para que no germine.
- f) NACIONALSOCIALISMO: En la Segunda guerra mundial (1939-1945) en medio de la crisis económica y política en Alemania, el nacional socialismo o nazismo (en alemán Nationalsozialismus) fue un movimiento político e ideológico llamado de “extrema derecha” proponía la idea de una “revolución social” pero solo para los arios. Impulsado por el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) también llamado Partido Nazi y por su líder Adolf Hitler fue la variante alemana del fascismo surgido en Italia en 1919. La ideología del nazismo combinaba un proyecto de crecimiento económico con valores reaccionarios, una política nacionalista y totalitaria y un racismo extremo que se dirigió especialmente contra los judíos. El nazismo llegó al poder en 1933 y se propuso instaurar un tercer imperio alemán (el llamado Tercer Reich) lo que desencadenó la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Con el nazismo en el poder, Alemania pasó rápidamente a ser una dictadura y a militarizar la sociedad. Se construyó un régimen de partido único que depositó la totalidad del poder político en Adolf Hitler quien fue llamado Führer (“guía” o “líder”). Mediante un elaborado aparato de propaganda se presentaba a Hitler como el líder destinado a recuperar la antigua gloria perdida en Alemania. El racismo de la ideología nazi sostenía la existencia de razas superiores (la “raza aria”) e inferiores o Untermenschen (como judíos, gitanos o eslavos). Esto llevó a justificar la violencia desplegada contra los judíos y otros sectores sociales acusados de ser responsables de las dificultades económicas que atravesaba Alemania en la década del treinta. El nazismo alemán y el fascismo italiano estaban en contra del marxismo-leninismo y de la victoriosa revolución rusa de octubre de 1917. Eran intolerante con el capitalismo liberal que existía en la época. El nazismo alemán procuraba mostrarse como un tercer camino pretendían hacer una “revolución social para los alemanes” con un socialismo nacionalista. Profundamente anti-marxista, no reconocía la lucha de clases y sí reconocían una lucha a favor de los límites lingüísticos y raciales. Prometían una mayor intervención del Estado en la economía para beneficio de los ciudadanos; pero empresas privadas fueron las mayores beneficiadas con la máquina de exterminio y la guerra nazi. El movimiento decía defender a los trabajadores pero los sindicatos laborales se extinguieron así como el derecho de huelga. Las escuelas nacional socialistas que se extendieron por Alemania enseñaban a los jóvenes que los judíos eran los creadores del marxismo por lo que les enseñaban ser antimarxistas y antisemitas. También perseguían a los judíos porque representaban tanto el socialismo como el capitalismo liberal. A los judíos los asociaban al capitalismo financiero porque los judíos que vivían en Europa tenían una tradición de préstamos de dinero y de negocios. El régimen nazi también persiguió a demócratas, liberales, socialistas, gitanos, testigos de Jehová y homosexuales. Han tomado la bandera nazi grupos que predican contra la comunidad LGBT, contra inmigrantes y contra musulmanes por ejemplo. Según la historiadora alemana Denise Rollemberg el proyecto del régimen nazi aumenta la confusión cuando plantea igualdad social y distribución de ingresos pero excluye a inmigrantes, judíos, opositores políticos e incluso hijos «no talentosos» de alemanes por ser «menos puros». Recurriendo a argumentos reaccionarios, algunos politólogos relacionan al nazi fascismo con los términos “izquierda” o “socialismo”; y otros con “extrema derecha”. Los partidos de la época que se consideraban de “derecha” venían de una cultura política del siglo XIX que excluían a las masas.
- g) El socialismo del siglo xxi: Heinz Dieterich Steffan, sociólogo y analista político alemán y profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, es el creador de la tesis aún no concluida de El Socialismo XXI. Aparece en la escena mundial en 1996. El término adquirió difusión mundial desde que fue mencionado en un discurso por el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez el 30 de enero de 2005 desde el V Foro Social Mundial. Dieterich argumenta que tanto el capitalismo industrial de libre mercado como el socialismo del Siglo XX no han logrado resolver problemas humanitarios urgentes como la pobreza, el hambre, la explotación del trabajo, la opresión económica, el sexismo, el racismo, la destrucción de los recursos naturales y la ausencia de una democracia verdaderamente participativa. Hace propuestas concretas tanto en economía política como en la participación democrática de la ciudadanía para construir una sociedad libre de explotación. Afirma que la estatización de los medios de producción no implica socialismo y que dadas las condiciones de mercado de la economía el socialismo debe desarrollarse bajo una economía mixta. Para Dieterich el socialismo del Siglo XXI es la ampliación y profundización de la democracia participativa donde las dimensiones de lo cotidiano, lo estético y lo racional-crítico deben estar incorporadas al cambio social. Esta tesis reaccionaria está inspirada en el Socialismo Utópico y la Socialdemocracia. En América Latina el socialismo del Siglo XXI ha sido “adoptado” en Venezuela por los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro y en Ecuador por los gobiernos de Rafael Correa y Lenín Moreno. En Nicaragua por la dictadura Ortega Murillo. En Bolivia por Evo Morales. En Brasil por Lula Da Silva. En Cuba por los hermanos Castros y Díaz Canelo. El socialismo del Siglo XXI del señor Dieterich Steffan deja al arbitrio de algunos “ideólogos” la interpretación de una tesis inconclusa sin una perspectiva basada en un estudio sociológico. Como es el caso de los países gobernados por las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua y otros países con gobernantes que quieren perpetuarse en el poder a través de elecciones fraudulentas; como el caso de Ecuador con Rafael Correa y en su momento con Lenin Moreno; Evo Morales en Bolivia; Brasil, Paraguay, Argentina con los Kirchner. Todos estos mandatarios involucrados en el crimen organizado, corrupción administrativa, tráfico de estupefaciente, saqueo de los recursos naturales con sus mentiras populistas flamean la bandera del “Socialismo XXI” desatando el oportunismo más delincuencial y manteniéndose en pandilla para su defensa ante los reclamos contra ellos en los foros internacionales.
- a) EL SOCIALISMO FEUDAL: La aristocracia feudal fue derrumbada por la burguesía. En Francia e Inglaterra la aristocracia feudal escribían libelos contra la burguesía ocultando sus intereses de clase y planteaban que su lucha era en defensa de la clase obrera explotada por la burguesía. El socialismo feudal nació con su absoluta incapacidad para comprender la marcha de la historia.
- SOCIALISMO CIENTÍFICO A continuación transcripción parcial de la obra «Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico» escrita por Federico Engels entre 1876 y 1878. (Pág. 47 a la Pág. 50). (La transcripción evita toda posibilidad de sesgo y llega al lector la argumentación fiel del autor de esta gran obra“…En 1831 estalla en Lyon la primera insurrección obrera y de 1838 a 1842 alcanza su apogeo el primer movimiento obrero nacional: el de los cartistas ingleses. La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía pasó a ocupar el primer plano de la historia de los países europeos más avanzados al mismo ritmo con que se desarrollaba en ellos por una parte la gran industria y por otra la dominación política recién conquistada de la burguesía. Los hechos venían a dar un mentís cada vez más rotundo a las doctrinas económicas burguesas de la identidad de intereses entre el capital y el trabajo y de la armonía universal y el bienestar general de las naciones como fruto de la libre concurrencia. No había manera de pasar por alto estos hechos ni era tampoco posible ignorar el socialismo francés e inglés expresión teórica suya por muy imperfecta que fuese. Pero la vieja concepción idealista de la historia que aún no había sido desplazada no conocía luchas de clases basadas en intereses materiales ni conocía intereses materiales de ningún género; para ella la producción al igual que todas las relaciones económicas sólo existía accesoriamente como un elemento secundario dentro de la <<historia cultural>>. Los nuevos hechos obligaron a someter toda la historia anterior a nuevas investigaciones entonces se vio que con excepción del estado primitivo toda la historia anterior había sido la historia de las luchas de clases y que estas clases sociales pugnantes entre sí eran en todas las épocas fruto de las relaciones de producción y de cambio es decir de las relaciones económicas de su época: que la estructura económica de la sociedad en cada época de la historia constituye por tanto la base real cuyas propiedades explican en última instancia toda la superestructura integrada por las instituciones jurídicas y políticas así como por la ideología religiosa filosófica etc. de cada período histórico. Hegel había liberado a la concepción de la historia de la metafísica, la había hecho dialéctica; pero su interpretación de la historia era esencialmente idealista. Ahora el idealismo quedaba desahuciado de su último reducto de la concepción de la historia sustituyendo una concepción materialista de la historia con lo que se abría el camino para explicar la conciencia del hombre por su experiencia y no ésta por su conciencia que hasta entonces era lo tradicional. De este modo el socialismo no aparecía ya como el descubrimiento casual de tal o cual intelecto de genio sino como el producto necesario de la lucha entre dos clases formadas históricamente: el proletariado y la burguesía. Su misión ya no era elaborar un sistema lo más perfecto posible de sociedad sino investigar el proceso histórico económico del que forzosamente tenían que brotar estas clases y su conflicto descubriendo los medios para la solución de éste en la situación económica así creada. Pero el socialismo tradicional era incompatible con esta nueva concepción materialista de la historia ni más ni menos que la concepción de la naturaleza del materialismo francés no podía avenirse con la dialéctica y las nuevas ciencias naturales. En efecto el socialismo anterior criticaba el modo capitalista de producción existente y sus consecuencias pero no acertaba a explicarlo ni podía por tanto destruirlo ideológicamente no se le alcanzaba más que repudiarlo lisa y llanamente como malo. Cuánto más violentamente clamaba contra la explotación de la clase obrera inseparable de este modo de producción menos estaba en condiciones de indicar claramente en qué consistía y cómo nacía esta explotación. Más de lo que se trataba era por una parte exponer se modo capitalista de producción en sus conexiones históricas y como necesario para una determinada época de la historia demostrando con ello también la necesidad de su caída y por otra parte poner al desnudo su carácter interno oculto todavía. Este se puso de manifiesto con el descubrimiento de la plusvalía. Descubrimiento que vino a revelar que el régimen capitalista aun cuando compra la fuerza de trabajo de su obrero por todo su valor por todo su valor que representa como mercancía en el mercado saca siempre de ella más valor que lo que le paga y que esta plusvalía es en última instancia la suma de valor de donde proviene la masa cada vez mayor del capital acumulado en manos de las clases poseedoras. El proceso de la producción capitalista y el de la producción de capital quedaban explicados. Estos dos grandes descubrimientos: la concepción materialista de la historia y la revelación del secreto de la producción capitalista mediante la plusvalía se lo debemos a Marx. Gracias a ellos el socialismo se convierte en una ciencia que sólo nos queda por desarrollar en todos sus detalles y concatenaciones.” “… La concepción materialista de la historia parte de la tesis de que la producción y tras ella el cambio de sus productos es la base de todo orden social; de que en todas las sociedades que desfilan por la historia la distribución de los productos y junto a ella la división social de los hombres en clases o estamentos es determinada por lo que la sociedad produce y cómo lo produce y por el modo de cambiar sus productos. Según eso las últimas causas de todos los cambios sociales y de todas las revoluciones políticas no deben buscarse en las cabezas de los hombres ni en la idea que ellos se forjen de la verdad eterna ni de la eterna justicia sino en las transformaciones operadas en el modo de producción y de cambio; han de buscarse no en la filosofía sino en la economía de la época de que se trata. Cuando nace en los hombres la conciencia de que las instituciones sociales vigentes son irracionales e injustas de que la razón se ha tornado en sin razón y la bendición en plaga esto no es más que el indicio de que en los métodos de producción y en las formas de cambio se han producido calladamente transformaciones con las que ya no concuerda el orden social cortado por el patrón de condiciones económicas anteriores. Con ello queda claro que en las nuevas relaciones de producción han de contenerse ya –más o menos desarrollados- los medios necesarios para poner término a los males descubiertos. Y esos medios no sacarse de la cabeza de nadie sino que es la cabeza la que tiene que descubrirlos en los hechos materiales de la producción tal y como los ofrece la realidad.”
NOTAS:
- Junkers: nobles propietarios agrarios prusianos.
- La tormenta revolucionaria de 1848 barrió esta miserable escuela y ha quitado a sus partidarios todo deseo de seguir especulando con el socialismo. El principal representante y el tipo clásico de esta escuela es el señor Karl Grün. (Nota de F. Engels a la edición alemana de 1890).
- Grün Karl (1817-1887): Publicista pequeñoburgués alemán.
- Goethe. «Fausto» parte I escena IV (“Despacho de Fausto”). (N. de la Edit.)