Guillermo Incer, miembro del Consejo Político de la UNAB: «Es inaceptable que Ortega corra como candidato»
Revista Abril entrevistó a Guillermo Incer Medina, presidente de la Federación de Organismos No Gubernamentales de Nicaragua (FONG) y miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).
—Quisiéramos empezar por hablar de vos y de tu biografía personal y política. Cómo llegaste a la lucha, cómo llegaste a la UNAB, cómo llegaste al Consejo Político.
«Mi vida política realmente es bien reciente. Yo tomé la decisión de participar de manera directa y activa en la política a partir de abril de 2018. Yo tengo 34 años, soy politólogo y tengo una maestría en Políticas Públicas. Trabajé toda mi vida en ONG. Yo fui director de una ONG durante diez años. Y como tal fui presidente de la Comisión de ONG por muchos años. Ahí estaba cuando comenzó todo este proceso, siendo parte de la Federación de ONG. Participé en la fundación de la Articulación de Movimientos Sociales.
Cuando comenzó toda la reorganización de la sociedad y se comenzaron a crear nuevas agrupaciones políticas, desde la Articulación promovimos la conformación de la Unidad. Y cuando la Unidad decidió conformar un consejo político, la Articulación decidió postularme a mí como candidato de la Articulación. Y así fui electo miembro del Consejo Político. Yo represento a la Articulación de Movimientos Sociales en el Consejo Político de la UNAB».
—¿Estabas en alguna organización particular dentro de las que conforman la Articulación?
«Sí, en la Federación de ONG de Nicaragua, de la cual yo soy presidente».
—Okey. Vamos entonces a otros temas. Uno de los que a nosotros en la revista nos ha preocupado, y que también ha preocupado a mucha gente, es la aparente voluntad de la Alianza Cívica, que parecía hasta hace poco estar arrastrando a la UNAB, de aceptar elecciones con Ortega, bajo el Gobierno de Ortega y a pesar del genocidio practicado por Ortega. Hay gente de la UNAB que públicamente se ha pronunciado y ha dicho que sería profundamente inmoral ir a elecciones con Ortega. Pero desde la Alianza no parecen estar dispuestos a abandonar totalmente la idea de ir a elecciones con Ortega. ¿Puede el pueblo nicaragüense contar con que las otras organizaciones no les van a hacer el juego? ¿Debemos entender que un día de estos, si el régimen se siente bajo suficiente presión y dice «acepto elecciones», ustedes van a dar a Ortega esa tabla de salvación?
«Mirá, la Unidad es clara con respecto al tema de la reelección. Nosotros, en nuestros veinte puntos, hay uno específicamente —y que fue prácticamente unánime durante nuestras asambleas— que dice que nosotros no admitimos reelección. Y si no admitimos reelección, tampoco admitimos que Ortega corra como candidato. En otro de los puntos, dentro de nuestros veinte puntos, nosotros decimos que en temas de justicia es imprescindible que haya un proceso de investigación imparcial y de sometimiento a la justicia de todas las personas que han estado involucradas en temas de crímenes de lesa humanidad. Y seguramente, ahí, él va a salir involucrado. Entonces, desde nuestro punto de vista, es inaceptable que Ortega corra como candidato.
Ahora bien, la posibilidad o no de que el pueblo de Nicaragua tenga fuerza para lograr ese objetivo, eso ya no depende estrictamente de nosotros. En ese sentido, lo que la Unidad ha estado cerrada en promover es que en este país se pueda ir a elecciones sin una profunda reforma al sistema electoral y sin existir un ambiente propicio para ir a elecciones. Si esas condiciones no se dan, entonces no es posible ir a una elección verdaderamente creíble.
Entonces, para llegar a ese punto en que se logren esas condiciones, es necesario que haya un cambio de correlación de fuerzas. Y la única forma de que haya un cambio de correlación de fuerzas en este país es que haya la máxima presión interna y la máxima presión internacional. Cuando hablamos de máxima presión interna nos referimos a recuperar las calles y a ejercer la máxima presión económica. Y en la máxima presión económica el sector privado tiene que poner de su parte».
—Correcto, de eso vamos a hablar. Una de las razones por las que traigo a colación este tema, que ya parece haber sido martillado bastante, es porque de buenas fuentes se nos ha dicho que, a pesar de estas declaraciones de la UNAB y de que la Alianza ha estado un poquito más callada sobre esto, las pláticas entre la Alianza y la UNAB avanzan en el tema electoral. Y nosotros nos preguntamos: ¿en qué sentido avanzan?, ¿qué es lo que están discutiendo?
«Avanzan en el sentido de que tampoco es lógico comenzar a hablar de preparar una opción electoral hasta el momento en que haya elecciones. Eso no es lógico. Preparar una opción electoral requiere tiempo. Requiere de entendimiento. Requiere una preparación, organización, consenso. Es cierto, nosotros hemos estado discutiendo —y eso es público— las bases para la construcción de una coalición nacional opositora donde el núcleo fundacional sean la Unidad y la Alianza. Y a partir de los consensos que se lleguen entre estos dos actores, invitar a otros actores. Claramente, ahí tenemos algunas diferencias. Por ejemplo, la participación de partidos políticos: sí o no. Y si sí, cuáles. Y en qué condiciones. Y en qué términos…»
—Disculpanos la interrupción, pero a nosotros nos parece que eso que están hablando ustedes es dejarse una puerta de salida para ir a elecciones con Ortega o con quien Ortega designe. Porque, francamente, sin Ortega en el poder, sin el FSLN en el poder, no tiene ningún sentido estar pensando en alianzas electorales de ese tipo. Porque, fuera del régimen, evidentemente habrá diferentes agrupaciones que representen diferentes partidos, diferentes intereses. No puede estarse pensando que todo mundo va a votar por una coalición. Eso de la coalición solamente tiene sentido si ustedes están pensando en dejarse la posibilidad de ir a elecciones contra Ortega. Nos parece a nosotros que es dejarse una puerta de salida, y deberían ser un poco más claros en eso.
«Pero no necesariamente. Mirá, la coalición no es solamente electoral. La coalición es para este momento de resistencia, para lograr un cambio de correlación de fuerzas que nos lleve a unas elecciones competitivas. Ganar esas elecciones…»
—Disculpanos, es que estamos volviendo a las elecciones. Si me dijeras «la coalición no es electoral, es de lucha contra Ortega», eso es una cosa. Pero si me decís «no es solamente electoral», quiere decir que es también electoral, y quiere decir que están pensando en elecciones contra ortega.
«No necesariamente».
—¿Y elecciones contra quién?
«Mirá, una cosa es lo que uno quiera y otra cosa es lo que uno logra alcanzar…»
—Lo que uno logra alcanzar, sí, depende de lo que uno quiere. Pero si ustedes se plantean, desde el inicio, la aceptación de Ortega o su designado, no puede haber otro resultado que ese.
«Repito: la Unidad Nacional ha hecho público que no admite reelección. Y si no admite reelección, no admite a Daniel Ortega. Ahora bien, que él corra o no corra no depende solamente de la Unidad Nacional; depende de toda la capacidad del pueblo de Nicaragua de lograr un cambio en la correlación de fuerzas en el que lo dejemos a él sin ninguna salida. Eso no es…»
—¿O sea, que si Ortega mañana dice «voy de candidato», ustedes dicen «ni modo», porque él ya lo dijo?
«No. La Unidad lo dijo hace dos semanas: vamos a hacer una estrategia de desobediencia civil que cambie las correlaciones de fuerzas para ir a una negociación en otras condiciones. Y ojo, que una negociación no es para sacar nuevos acuerdos, es para que se cumplan los acuerdos que ya se firmaron, y que se…»
—Lo que nos preguntamos nosotros es por qué ustedes no tienen la voluntad de decir, sencillamente, «no, nosotros no vamos a ir a elecciones con Ortega».
«Pero si eso es lo que estoy diciendo. Eso es lo que yo dije. Yo fui claro. La Unidad Nacional, y lo hizo público, no admite reelección. Y si no admite reelección, no admite a Daniel Ortega. Yo soy claro. Ahí no hay interpretaciones de mi respuesta».
—Pero es que esa es otra puerta de salida, porque entonces admiten al designado de Ortega. Porque ese no sería reelecto…
«¿Entonces la pregunta de fondo es si nosotros no admitimos al FSLN como una opción electoral?»
—Nosotros no queremos que nos des una respuesta particular. Nosotros queremos que nos des una respuesta clara de hasta dónde están ustedes dispuestos a aceptar. Porque decir «depende de la correlación de fuerzas» o «no depende de nosotros» no es decir nada. Queremos saber dónde está la línea roja de ustedes. Eso es lo que nosotros queremos saber.
«¿En cuanto a qué? Porque hay un montón de líneas rojas».
—En cuanto a si van a ir o contra quién aceptan ir a elecciones mientras esté el régimen de Ortega.
«Mirá, en primer lugar, hablar de elecciones ahorita está a destiempo. En primer lugar, ni siquiera sabemos en este momento si van a salir los presos; no sabemos si va a haber reformas electorales.
Yo te diría otra cosa: si no hay reformas electorales profundas, entonces no vale la pena ir a elecciones. Si no hay aquí una transformación a fondo del sistema electoral, no vale la pena ir a elecciones. Si aquí no hay una posibilidad de que haya nuevas fuerzas políticas, nuevas casillas, no vale la pena ir a elecciones. Encasillar la respuesta de unas elecciones a «vas o no vas con Ortega» realmente es minimizar la complejidad del asunto. Aquí no son respuestas blanco y negro. Es más importante que haya reformas electorales profundas, que permitan una verdadera elección y un ambiente, que contra quién te vas a enfrentar».
—Tenemos que presentarte este reto: si todo es relativo, si el genocidio es relativo, no es blanco y negro el genocidio; y si me estás diciendo que la respuesta de si un genocida o sus cómplices pueden o no ser…
«Esa pregunta ya la contesté. La Unidad Nacional no admite reelección, no admite a Daniel Ortega. Punto. Ahí está mi respuesta. No, no aceptamos. Esa es la respuesta. No lo aceptamos».
—Okey. Comprenderás que algunas de estas preguntas van desde una perspectiva particular. Obviamente, es un llamado a una discusión honesta y abierta. Y en ese espíritu te hacemos la siguiente pregunta: ¿ustedes están claros de que la Alianza Cívica obedece fundamentalmente a grupos de influencia que no tienen como prioridad el derrocamiento de la dictadura?
«Mirá, tengo más de un año de estar tratando con la Alianza Cívica. Y es cierto: hay una influencia enorme del sector privado. Sin embargo, no reconocer que dentro de la Alianza Cívica está, por ejemplo, Sandra Ramos; está la Coordinadora Universitaria; está, por ejemplo, doña Daysi George, don Ernesto Medina, es ignorar que dentro de la Alianza Cívica hay otras voces, hay diferentes voces. No es un pensamiento unánime ni homogéneo. Las discusiones que nosotros hemos tenido en privado con respecto a cómo vemos la salida de esta crisis realmente evidencian que dentro de la misma Alianza Cívica hay diferentes puntos de vista.
Yo invito a que se vea con mayor detenimiento y mayor objetividad las corrientes de pensamiento que hay dentro de las organizaciones. Dentro de la misma Unidad Nacional hay diferentes puntos de vista. Hay quienes pensamos que aquí tiene que haber un cambio de correlación que nos lleve a cambios profundos. Hay quienes estarían dispuestos a que haya cambios superficiales, o los mínimos, los cambios mínimos para ir a un proceso, y que después que se den las elecciones se hagan esos cambios. Esos dos pensamientos están en ambas organizaciones presentes. Son procesos de construcción de consensos. Desafortunadamente, así es. La realidad política del país es así. Nosotros tenemos que construir consensos dentro de la Unidad y luego construir consensos dentro de la Alianza Cívica. Y la Alianza Cívica está construyendo sus propios consensos, también».
Esta y otras interesantes declaraciones de Guillermo Incer en esta entrevista exclusiva con Revista Abril.