¿Hay Censura en el PEN?
Francisco Larios
El autor es Doctor en Economía, escritor, y editor de revistaabril.org.
Estimada Gioconda,
y resto de miembros de la directiva del PEN Internacional/Nicaragua:
Ojalá no hubiera necesidad de invertir valioso tiempo—valioso por escaso– en el tema de la institucionalidad y la libertad de expresión dentro del PEN Internacional/Nicaragua.
Desafortunadamente, no es así. Ha quedado atrás el caso—vergonzoso en mi opinión—de la fácil aceptación de la censura ejercida por el Sr. Mario Arana contra Revista Abril.
Ahora se presenta una situación que podría ser aún más grave, porque tiene que ver, como sugiero arriba, con el respeto a la libertad de expresión dentro de nuestra organización. Explico: el 27 de julio de 2019 escribí en la página de Facebook de PEN Internacional/Nicaragua una solicitud de apoyo a los estudiantes de la Universidad Americana (UAM) que decía esto (aunque quizás haya habido cambios menores de edición cuando lo reproduje en mi página personal):
“Quisiera solicitar a mis colegas del PEN Internacional Nicaragua que protestemos formalmente contra la decisión de la Universidad Americana de impedir que los estudiantes expresaran su sentir y sus puntos de vista durante la ceremonia de graduación oficial, llegando al extremo de cancelarla.
Para quienes no están al tanto, los estudiantes pensaban dedicar la graduación a Raynéia Gabrielle Da Costa Lima Rocha, estudiante brasileña asesinada por la dictadura orteguista el año pasado; el paramilitar que fue condenado por el crimen ya está en libertad, «amnnistiado» por el propio gobierno. Una nieta de Ortega está entre los graduandos.
No se puede retroceder ante la censura en ningún frente. Cada agresión autoritaria de la dictadura es una oportunidad para desarrollar la tradición de tolerancia que queremos. El PEN Internacional/Nicaragua tiene una responsabilidad especial en este proceso.”
La entrada, que hice como miembro del PEN Internacional/ Nicaragua, requería aprobación del administrador, la cual aparentemente no fue otorgada hasta hoy agosto 9 de 2019. De hecho, el 30 de julio solicité por segunda vez, a través de mi cuenta personal de Facebook, etiquetando a los directivos que tienen páginas en la red, y conversando directamente con otros, que se publicara mi solicitud, que creo relevante y que fue presentada con el respeto y la claridad debida.
Pero ha sido inútil. No ha habido ni siquiera un formal acuso de recibo, tampoco una explicación de por qué mi entrada no fue publicada. Un silencio total. Y no es que la página esté inactiva: desde el 27 de julio han sido añadidas alrededor de 45 entradas, 40 de ellas después de mi segunda solicitud.
Yo quisiera creer que se trata de un error. Sería preocupante, porque estamos en tiempos durísimos para la libertad, y el PEN debería, no solo reaccionar con sensibilidad y rapidez, sino aceptar que sus miembros se involucren con entusiasmo, como yo he tratado de hacer.
De no tratarse de un error, estaríamos entonces ante una situación más deplorable, grave, porque se trataría de un acto de censura de la libertad de expresión en contra de un ciudadano que además es miembro de la organización en Nicaragua y en Estados Unidos.
Yo les hago un llamado a los miembros del PEN Internacional/ Nicaragua para que resuelvan esta situación. Demos un ejemplo de institucionalidad y respeto a la libre expresión. Que no sea nuestra organización una víctima más de los hábitos que nos han impedido tener una democracia que se sostenga y funcione.
Abrazos a todos,
Fran