La democracia es posible, desmantelar al FSLN y sus sicarios es posible, la Constituyente Democrática y una nueva Constitución aprobada en referéndum son ESENCIALES.
La democracia es posible, es mentira que estamos condenados hasta el fin de los tiempos a pactos de cúpulas que prolonguen el sistema que propicia ciclos de dictaduras, y de partidocracias que las blanqueen. Sí, se pueden fundar las bases de una democracia, como ya lo han hecho otras naciones; pero hay que querer hacerlo y dejar de engañarnos con falsas salidas…
En el fondo, todos sabemos que para democratizar Nicaragua es indispensable quitarle el monopolio de las armas a quienes orquestan crímenes de lesa humanidad, abolir su Ejército y devolverle la dignidad a los militares que no han participado en crímenes, conformando nuevos cuerpos armados que no estén subordinados a generales corruptos. Por ejemplo, una guardia de recursos naturales, una guardia costera, una guardia civil al servicio de los nicaragüenses, no de un comandante endiosado. SÍ, es posible. Ya lo hizo Costa Rica. ¿Por qué nosotros no?
Arrancar de raíz este viciado sistema político se puede, se pueden cambiar las reglas de juego y poner las bases de una democracia en una nueva Constitución, que SÍ sea legítima en origen, forma y fondo, a través de la consulta democrática que es la única fuente de legitimidad para fundar una democracia. Una consulta que elija una ASAMBLEA CONSTITUYENTE con el único mandato de ofrecerle a Nicaragua un proyecto de verdadera Constitución, para que en su conjunto el pueblo la apruebe o la rechace en referéndum. Así se fundan las verdaderas democracias, no con pactos de cúpulas que nunca nos llevaran a construir una república democrática.
Y, ¡SÍ, sí, se puede! recuperar la dignidad colectiva hipotecada.
Prohibir a los sicarios, a las organizaciones criminales que trabajan para impedir la convivencia democrática no es un capricho, es una necesidad vital si queremos poner las bases de una verdadera república.
No se trata de prohibir el pensamiento a nadie, sino prohibir las organizaciones que han probado destruirían otra vez cualquier intento de democratizar Nicaragua…
Quien quiera participar en política que lo haga, sin banderas manchadas de sangre con crímenes de lesa humanidad.