La dimensión del Covid-19 en Nicaragua y el mundo
Alejandro Arauz L.
Contexto Global
Actualmente ningún país conoce el verdadero número de personas infectadas con COVID-19, se sabe el estado de infección de aquellos que han sido probados, infectados y fallecidos. Salvo raras excepciones de algunos gobiernos, se han creado sistemas estadísticos eficientes y fiables que demuestran la extensión y profundidad de la pandemia.
Las pruebas de datos proporcionadas hasta hoy son indicadores de la calidad muy necesarios sobre la cantidad total de personas que han dado positivo (la cantidad de casos confirmados) no es la cantidad total de personas infectadas que aún se desconoce a nivel mundial.
El verdadero número de personas infectadas con COVID-19 es mucho mayor suponen la OMS y Johns Hopkins University. Esta es la razón por la que las métricas no pueden revelar la verdadera situación universal ni por país. En efecto, la falta de “trazabilidad” del virus Covid-19 expone a un tremendo riesgo a las poblaciones desinformadas. Y la magnitud de este efecto es enorme.
De acuerdo al análisis de la Universidad Johns Hopkins University y la OMS, los países informan de forma oficial los datos de las pruebas de diferentes maneras: algunos informan la cantidad de pruebas, otros informan la cantidad de personas evaluadas. Esta distinción es importante: ya que también es posible que las personas se realicen pruebas muchas veces, y la cantidad de pruebas que una persona tiene puede variar de un país a otro. Así mismo, reza el informe de ambas organizaciones que, en los diferentes países, hay “una enorme variedad en la cobertura de pruebas, por ejemplo, en Islandia se han realizado más de 100 pruebas por cada mil personas, mucho más que en cualquier otro país. En Indonesia, la cobertura de las pruebas es muy baja: solo 0.1 pruebas por cada mil personas”. Hay casos como Nicaragua y otros países en que la información es confusa, inexacta y limitada para hacer análisis e insertarla eficientemente en la información mundial.
El razonamiento de la Universidad Hopkins y la OMS gira en la necesidad de que los países desarrollen un mayor grado de pruebas para proporcionar una “muestra” más grande de personas para las cuales se conoce su estado de infección (trazabilidad). Y la valoración sería consistente y se sabría la verdadera cantidad de personas infectadas en el mundo por región y país: https://coronavirus.jhu.edu/news
De acuerdo a los especialistas en epidemiología hay también una complicación adicional con el uso de la cobertura de pruebas como un indicador de confiabilidad y “es que la cantidad de pruebas necesarias para tener una imagen precisa de la propagación del virus varía en el transcurso de un brote”. Según la documentación de la OMS, al comienzo de un brote, donde el número de personas infectadas con el virus es bajo, se necesita un número mucho menor de pruebas para evaluar con precisión la propagación del virus. A medida que el virus infecta a más personas, la cobertura de las pruebas también debe ampliarse para proporcionar una imagen confiable de la verdadera cantidad de personas infectadas. Por esta razón, es útil observar el número de pruebas realizadas para cada caso confirmado. Esto proporciona una indicación de la escala de las pruebas que explican las diferentes etapas que cada país puede estar en su brote.
En efecto, a nivel global el total de test realizados apenas alcanza 29.7 millones de personas de los 7,794,8 millones de personas de pobladores del mundo, de las que 2,362.7 millones (el 30%) son mayores de 40-100+ años . Es decir, el 1.3% de esta cantidad de personas están testeados (trazadas) en relación a las personas mayores de 40 de edad. En otras palabras, hay un conocimiento estadístico muy bajo de personas identificadas con la incidencia de la enfermedad covid-19. Esto conlleva a muchas dificultades para los gobiernos en cuanto a establecer prioridades, presupuestos y medios técnicos para neutralizar y/o reducir la incidencia letal de la pandemia.
En algunos países, el número de pruebas es muchas veces mayor que el número de casos confirmados. Por ejemplo, según la OMS hasta el 11 de abril, en Vietnam se habían realizado más de 400 pruebas para cada caso confirmado. En Taiwán y Rusia se realizaron alrededor de cien pruebas para cada caso confirmado. Pero en otros países las pruebas son muy bajas en relación con el número de casos confirmados. Estados Unidos de América, el Reino Unido y Ecuador habían realizado alrededor de 5 pruebas o menos para cada caso confirmado. En los gráficos siguientes se reflejan los datos descritos antes.
Según la OMS para las cifras de pruebas, existen diferencias sustanciales entre los países en términos de unidades, si se incluyen o no todos los laboratorios, la medida en que se incluyen las pruebas negativas y pendientes y otros aspectos más, por lo consiguiente no son tan exactas.
Interrogantes y desafíos de la OMS y los gobiernos
Con base a la información de la OMS aún falta mucho que aprender sobre el comportamiento en el mediano y largo plazo del Covid-19, por tanto, “la cobertura de pruebas como la cantidad de pruebas por caso confirmado ayudaría a comprender y perfeccionar estrategias de contención y sobre la verdadera propagación del virus a partir de los datos de casos confirmados”.
Según la OMS el grave problema sanitario que enfrenta un país que “realiza muy pocas pruebas” para cada caso que confirma “es que no está examinando lo suficiente como para que el número de casos confirmados arroje una imagen confiable de la verdadera propagación del virus. Si bien las personas con los síntomas más graves pueden haber sido analizadas en dichos países, es probable que haya muchas más personas con síntomas leves o sin síntomas que nunca fueron analizados”.
Las personas en riesgo de contraer el covid-19 es elevada y el 95% de las defunciones corresponden al rango de edad 45-95+ concentrándose en los de mayor edad. Otra característica es la afectación por sexo, para el sexo masculino 61.8% y el sexo femenino el 38.20% respectivamente.
La cantidad de población potencialmente en riesgo de ser afectada por el Covid-19 es para EE. UU el 48% de toda su población, el 36% en LATAM y el 28% en Centroamérica y Nicaragua respectivamente.
Nicaragua y el COVID-19
Hay particularidades llamativas en el caso de Nicaragua, la primera se refiere a la carencia de datos públicos y por consiguiente las organizaciones que llevan un control de datos y monitorean la pandemia mundial no muestran al país entre los países receptivos a ofrecer información oficial validada. La segunda es que el país muestra el más alto ratio de letalidad a nivel regional e incluso mundial.
Los datos “oficiales” del país están fuera del contexto y de la tendencia que ofrece el panorama mundial y regional. Si la situación del país se compara con los demás países de la región, las métricas subrayarían que la tasa de letalidad y la cantidad de test realizados en relación a los casos totales en el país (Nicaragua) tendría cierta normalidad en el ciclo de la pandemia, pero no es así, sencillamente no hay datos.
En Nicaragua la situación del virus es más letal, pero hay una posibilidad de subvaloración de casos, carencia de medios técnicos para hacer pruebas que hace posible que este indicador esté fuera de contexto.
El otro indicador de “test” (trazabilidad) aparece mucho más extendido en Venezuela, Cuba, El Salvador y otros países. Pero la salvedad sobre el dato es que este no está calculado en relación a la población potencialmente susceptible, sino en relación a los casos registrados. No obstante, indica, aunque parcialmente, la manera en que algunos países hacen esfuerzos por hacer intentos de “trazabilidad” y conocer la profundidad del problema Covid-19 y su extensión en el país.
Hay dificultades para obtener información veraz y confiable en Nicaragua, por ende también para modelar la perspectiva biológica del Covid-19. Hay modelos más complejos que el modelo Básico SIR, pero requieren de un amplio espectro de datos validados que permite una mayor precisión de valoración de la enfermedad.
El modelo lleva el nombre de SIR por sus siglas: la «S» de susceptibles están todas las personas que no están vacunadas -que en el caso del covid-19 es toda la población-, y que pueden enfermar. Luego está la «I» de infectados, cuya curva hay que intentar que no suba por encima de la capacidad sanitaria del país, porque son los que pueden requerir de atención hospitalaria. Finalmente está la «R» de recuperados, que son aquellos que ni infectan ni se pueden infectar, donde siempre se contabiliza a los muertos.
La suma de «S» más «I» más «R» es el número total de la población. Pero con el covid-19 se está utilizando un modelo un poco más avanzado que es el SEIR, un modelo matemático para covid-19 que ha permitido tomar las mejores decisiones.
Los modelos matemáticos que están detrás de las estrategias de lucha contra el coronavirus en muchos países, y las facilidades de acceso a información, permiten una aplicación muy efectiva para contribuir a la autoridades públicas a tomar medidas más precisas. En este modelo SEIR la «E» representa a las personas expuestas, que son aquellos que son portadores del coronavirus, que están infectados y pueden infectar, pero son expuestos a contraer la enfermedad.
Así, hemos utilizado el Modelo epidemiológico SEIR para nuestra modelización del caso de Nicaragua, con la salvedad de que los datos y supuestos no son “oficiales” ya que se carece de ellos, debido a las dificultades de acceso y restricciones por el gobierno. Sin embargo, la bondad que tiene este modelo es que se pueden hacer pruebas y maximizar o minimizar las que resulten bien y cumplan con la rigurosidad estadística.
Modelación SEIR para Nicaragua
Este modelo SEIR (es una adaptación del modelo SIR, que fue propuesto por W. O. Kermack y A. G. McKendrick en 1927). En una población de tamaño fijo N en la que se ha desatado una epidemia que se propaga mediante contagio, en un tiempo t los individuos pueden estar en cuatro estados distintos: Susceptibles: S(t), Expuestos: E(t), Infectados: I(t), Recuperados: R(t).
El modelo SEIR se adapta bien al comportamiento de la epidemia del coronavirus dado que, en esta enfermedad, además de las personas susceptibles de ser infectados, a los ya infectados y a los recuperados, conviene también tener en cuenta a los expuestos, esto es, individuos que portan la enfermedad pero que, al hallarse en su periodo de incubación, no muestran síntomas y aún no pueden infectar a otros (hay que ser precisos con lo que estamos denotando: si un individuo no presenta síntomas pero sí puede contagiar a otros lo contabilizamos en I(t), no en E(t)). De ahí la precisión del modelo y la necesaria calibración con datos reales y validados.
El modelo SEIR tiene tres parámetros: β, llamado tasa de transmisión, de manera que 1/β mide la probabilidad de que un susceptible se infecte cuando entra en contacto con un infectado; γ, llamado tasa de recuperación, de manera que el periodo medio de recuperación es 1/γ; y σ, de forma que 1/σ es el tiempo promedio de incubación. Los dos primeros parámetros definen el parámetro R0=β/γ que se llama tasa básica de reproducción y representa el número de nuevos infectados producidos por un infectado si toda la población es susceptible.
Conclusiones
1. La epidemia del Coronavirus es un suceso que se une a la situación pandémica histórica de países pobres e incluso en desarrollo. Y en el caso del COVID-19 no se dispone de información precisa, coherente, oportuna y transparente, excepto en pocos algunos países. Es por consiguiente fundamental para luchar contra la pandemia, así como para reducir la incertidumbre y fomentar la confianza de la recuperación económica y social, en particular en los lugares de trabajo, contar con información oportuna, relevante y clarificadora.
2. La trazabilidad del COVID-19 requiere de un esfuerzo inmediato, recursos y organización. Ningún gobierno o país conoce con exactitud la afección viral de este microrganismo. Tanto la cobertura de pruebas como la cantidad de pruebas por caso confirmado es lo que esta ayudando a comprender como enfrentar la pandemia y sobre la verdadera propagación del virus a partir de los datos de casos confirmados.
3. Hay países que se destacan por la cantidad de pruebas que están realizando frente a la cantidad de casos confirmados. En términos de cobertura de pruebas, el Reino Unido parece estar por delante de Taiwán, con al menos el doble de personas evaluadas por mil, a partir del 15 de abril 2020. Aunque las pruebas relativas al tamaño de la población son más altas en el Reino Unido, las pruebas relativas al tamaño del brote son mucho más altas en Taiwán. A partir del 15 de abril, en
Taiwán se confirmó un caso por cada 120 pruebas. En el Reino Unido, se confirmó un caso en menos de cada cuatro pruebas. Esto significa que de no haberse realizado la trazabilidad del virus la situación de ambos países fuese crítica. Este es un ejemplo de la importancia que merece la trazabilidad, el registro de datos y la transparencia.
4. Un país que realiza muy pocas pruebas para cada caso que confirma no está examinando lo suficiente como para que el número de casos confirmados arroje una imagen confiable de la verdadera propagación del virus. Si bien las personas con los síntomas más graves pueden haber sido analizadas en dichos países, es probable que haya muchas más personas con síntomas leves o sin síntomas que nunca fueron analizados. Este tipo de casos ocurre en países como Nicaragua particularmente.
5. La simulación del modelo SEIR para Nicaragua, con lo escasos datos oficiales que ofrece el gobierno, no deja tampoco sorprender al utilizar datos de “espejo” y dejar que el modelo hago su trabajo en la dirección biológica del virus. En efecto, el modelo en sus dos escenarios crítico y favorable indica una situación tendencial similar a los países de la región centroamericana, donde Nicaragua no puede ser la excepción de saneamiento y contención del Covid-19. Al 30 de abril los resultados del modelo generados indicaban que habría, en el “escenario crítico” 267,368 personas susceptibles, de las cuales 5,532 se han contagiados y 84 fallecidos. Por el lado del “escenario favorable” los resultados a la misma fecha indican: 195,421 personas susceptibles, la cantidad de 1,969 personas infestadas y la cantidad de 8 fallecidos. La situación del país podría estar entre estas dos magnitudes, los resultados podrían ser exactos de contar con una política de comunicación y transparencia del gobierno.
Recomendaciones
La principal es transparentar la información la situación del Covid-19 en el país, de manera objetiva y precisa por parte del gobierno de cómo está la situación de la pandemia en el país. Ocultarla es un enorme riesgo y a la vez desarma a la población y a todos los sectores sociales organizados y los hogares a prepararse y equiparse con las mejores medidas de higienes y protocolos sanitarios estándares para neutralizar la incidencia del virus. En general no todos los nicaragüenses sabemos que el periodo de incubación del virus puede variar entre 2 y 14 días. Por ello, las mejores medidas de protección es el aislamiento de personas contagiadas y portadoras del virus y la higiene personal y por tal razón, la política del gobierno es la de ofrecer información y brindar educación en este nivel.
Que el gobierno desarrolle o elabore los protocolos de sanidad adecuados, de prevención para luchar contra la pandemia, así como para reducir la incertidumbre y fomentar la confianza en recuperación económica y social del país, en particular en los lugares de trabajo y contar con información oportuna, relevante y clarificadora. Los Protocolos de actuación frente al coronavirus (COVID-19) deben ser oficializados y de cumplimiento obligatorio por mandato de Ley, para empresas, explotaciones agropecuarias, comercios, transporte, centros de recreación, etc. que permitan crear las condiciones sanitarias apropiadas sin interrumpir el trabajo y dotar de medios para detectar a persona o trabajadores enfermos que presenta sintomatología respiratoria (tos y estornudos) y contacto directo con secreciones de personas infectas a través de las manos. Este es
un proceso básico para crear las bases de “la trazabilidad del virus” en el país sin interrumpir drásticamente la producción y las actividades económicas.
Recordar al gobierno y a todos los sectores, sea empresas como a los hogares, que la Organización Mundial de la Salud pone como requisito para levantar las restricciones seis condiciones, que, leídas también de manera positiva, significan que se puede combinar el trabajo y neutralizar la enfermedad.
Las condiciones son estas:
La primera, que la transmisión esté controlada. La segunda, que los sistemas sanitarios estén en buen estado y sean accesibles para toda la población. La tercera, que se hayan minimizado los brotes en centros sociosanitarios como residencias y otros lugares poblados. La cuarta, que se implanten medidas preventivas en espacios de mucho tránsito de personas, y ha citado específicamente las escuelas, los parados de transporte, etc. La quinta, que esté controlado el riesgo de que aparezcan casos importados (personas que se hayan infectado fuera del país). Sexta, que la sociedad sea plenamente consciente de lo que está en juego y esté comprometida con la lucha contra el virus y por lo tanto debe estar informada.
El sector privado empresarial debe hacer un enorme esfuerzo en procurar las condiciones sanitarias para sus trabajadores y clientes. Dotar de los medios necesarios anti contagio a los trabajadores, organizar y establecer protocolos específicos para evitar el contagio adentro y desde fuera de los centros de trabajo. Esta recomendación está ligada al mandato oficial del gobierno expuesta en párrafos anteriores.
El gobierno debe emprender una reforma presupuestaria tributaria para ejecutarla en un periodo de tiempo prudencial para disponer de los recursos financieros necesarios y del personal idóneo en materia de salubridad, trazabilidad y vacunación de las otras enfermedades virulentas que afectan a niños, mujeres, ancianos y personas en general. La reforma del presupuesto general de la república para el 2020 podría generar alrededor de 68.3 millones de dólares si se reorienten recursos presupuestados no urgentes y se hacen recortes a diversos gastos contenidos en el presupuesto de 2020.