La facha de la facha
<<Así se materializa algo que antaño hubiera resultado imposible; comprar a ojos vistas el manejo del poder.>>
Mis sentidos, estético, deontológico y de humanidad no me han permitido presenciar la celebrada mojiganga del poder.
Hoy, cuando más que nunca algunas enseñanzas shakespearianas contenidas en frases que otrora estremecieron conciencias en el camino de la compraventa regresan y cobran sentido en la realidad, recordamos la más famosa:
“Oro, vil prostituta del lecho más puro de Himeneo… vil prostituta de los hombres…”
Precisamente hoy cuando la inteligencia artificial y los satélites deciden y cuentan, se ha perdido el sentido de conciencia, al menos el disimulo al violentarla.
“Cuando no hay límite a lo que se puede comprar, ¿cuánto cuesta una democracia?” decía el titular de un noticiero europeo.
Pero al mundo pareciera no importarle y pareciera hacerle gracia la descarada compra del millonario a su agasajado, esa remendada y mal maquillada marioneta, que aprovecha su desfachatez (la propia y la otra) y su mentado olfato por el dinero ajeno que supera cualquier principio y circunstancia, el hombre en cuestión, entrenado desde su juventud en esos trances y transas y exacerbado en la, ya no tan incipiente demencia senil, se divierte con su nuevo juguete de niño rico que con cuatro años de promesas y pataletas al fin consiguió.
Así se materializa algo que antaño hubiera resultado imposible; comprar a ojos vistas el manejo del poder, la dicha no disimulada de oprimir el botón rojo de la destrucción y de estampar sin cansancio la grotesca rúbrica de viejo carnicero para destruirlo todo, incluida su propia casa, contagiando el mal al mundo entero; la refleja en sus mediocres y repetidos cantos, en sus gestos de triunfo y superioridad, y en sus decadentes y ridículos bailes.
Antes sabíamos que convivíamos con el demonio camuflado por ahí, pero hoy se ensaña y nos muestra la obscenidad de su rostro. En cuanto a su acompañante, que no esposa, y a las fotos que pululan en las redes sociales, solo nos resta decir que también fue grotesca la facha de la facha.