La Poesía de Kelvik Pineda
Reflejo
Aún derrotado
mis ojos lo ven todo
intensidad total.
Aléjenme de los espejos
de su terror enterrándose
en mi retina.
¿Quién hizo la primera mueca?
¿En qué lado del reflejo
golpeó mi cuerpo con el piso húmedo?
Un acto
Despojado de todo
excepto lapicero,
papel y angustia.
En el lugar de un instante
un laberinto en línea recta
avenida fálica
con final vaginal.
Solo viene la sombra
a comerse mis espacios
miserables.
Único acto disponible
nada pasa
nada pasa.
Kafka tiene frío y yo también
En el bosque hirviente
siento la nieve
y el ardor en la piel
puede venir de las páginas del libro
también.
Caracoles muertos en mis pies
moscas gordas, hongos esponjas
agujeros en las hojas que apenas aguantan
sombra en el papel
tinta azul
hojas verdes
hongos rojos
moscas negras
Caracoles muertos
viene una tormenta
y todo va a cambiar.
Esta noche nos bota las hojas
Todas las condenas
conspirando.
Se aparecen al unísono
día repentino
en medio de la noche.
Detalles minúsculos
recorriéndome los sentidos
una mano desconocida
me toca de formas imposibles
No me pudro solo.
Y es esta noche
la que nos bota las hojas,
demasiado tarde para la retirada,
sin verso que nos salve.
Una posibilidad
Después de tanto tiempo
lo único posible es imitar
sin saberlo
con la esperanza canina
de que surja
sin avisar
algo nuevo y
solo mío.
Y entonces dártelo.
DES
Desconexión. Desilusión.
Desecho. Desespero.
Destrucción. Deshacer.
No son ciertas las cosas que he dicho
instantes sumados entre sí, sin otra relación
que el registro que sucede en mi cerebro
burocrático.
Descansar. Desdoblar. Desvestir. Descubrir.
Memoria y anticipación
sin presente.
Instinto oscilante
desgaste.
Nuevas vueltas con espacio para algo distinto,
salir y tocar.
Desapego. Despegar.
Algo menos cansado
más real.
Desenmascarar.
Todo falla
desmoronado.
En el suelo las piezas se reconocen,
desarmadas.
Y se vuelven a unir, adheridas al dolor
desorbitante
de Ser en un mundo que desangra.
Apuñalamiento
En mis manos tengo un cuchillo
de tinta azul en papel caro.
Un cuchillo que solo existe
en tus entrañas
sorprendidas por la brisa.
Movimientos de lombriz
gigante y aletargada.
Baile mortal
entre el filo y lo penetrable
identidad
que se escurre sin consciencia
del ritmo del puñal.
No me incumbe discernir
la secuencia.
Solo existe
en mis entrañas
el ritmo que se impone
azul
en las tuyas.
Poesía Completa
Cuando todos estén muertos
y yo también
y la nada sea todo.
El silencio
haciendo y deshaciendo
sin sumar ni restar.
Dedo con jabón
traspasando la burbuja sin romperla.
La sangre corrida
en el pasado
mapa de una tragedia
voluntaria
colectiva
húmeda
delirante
en constante estado de descomposición.
Antes de estar muertos.
Después de estar muertos.
Vos y yo.
Kelvik Pineda
Kelvik Pineda, nacido en Managua, Nicaragua en 1991; viviendo en Gante, Bélgica. Poeta.
La realidad es una preocupación y una motivación para mi búsqueda artística.
Mis poemas son personales, crudos, pero con la sensibilidad de un ojo atento. Buscando algo
verdaderamente distinto ahí donde la percepción y la interpretación se encuentran.
Mi trabajo lidia con temas de salud mental, la otredad, el trauma, la culpa, la ausencia, la conexión.
Con un estilo que no se apega demasiado a normas para responder a urgencias mentales, priorizando
la inmediatez de las sensaciones para el lector.