La Prensa y el Nuevo Diario: el salario del pecado
Francisco Larios
El autor es Doctor en Economía, escritor, y editor de revistaabril.org.
Tendré que ser breve, porque la indignación es mucha, y porque las imágenes son más elocuentes de lo que nunca serán mis palabras. La Prensa y El Nuevo Diario publicaron hace poco, como un suplemento especial, el homenaje de la tiranía al Ejército de Nicaragua, que no solo celebra a una institución acusada de complicidad en el genocidio, sino que hace despliegue del grotesco culto de personalidad al “comandante”. ¿No deja esto en claro la prioridad de quienes controlan La Prensa y El Nuevo Diario? ¿No deja esto en claro que hay un pacto gestándose (o ya preparado, según muchas fuentes) entre el dictador y la oposición “oficial”—es decir, entre Ortega, la Alianza Cívica y los grandes empresarios?
Sobre lo primero, si algo hay que agregar, es que tanto La Prensa como El Nuevo Diario se manchan las manos de sangre. La población debe estar alerta, escéptica más bien, ante los consejos que emanan de las páginas editoriales de estos medios, cuyo respeto a las víctimas de la represión es apenas un espejismo demagógico, y que son capaces de colocar afán de ganancia financiera por encima de las aspiraciones democráticas que dicen defender. Sobre lo segundo: es evidente que tanto La Prensa como El Nuevo Diario han hecho méritos para que la dictadura les abra las compuertas del dinero oficial, miles y miles de dólares en pago a publicidad e imprenta. Pregúntense ustedes: ¿cuándo fue la última vez que tanta generosidad fue a cambio de nada?