La próxima aparición de Ortega
Oscar René Vargas
En la comparecencia televisiva del 15 de abril Ortega no pudo presentarse como un líder templado y coherente en una situación de emergencia nacional. La política irresponsable y criminal para enfrentar la pandemia del coronavirus ha golpeado crudamente la dictadura. Toda la soberbia y lujuria simbólica se ha resquebrajado. La quimera del régimen se muestra ahora chata y herida.
En el mes de mayo, Nicaragua enfrentará una “bomba de tiempo” con los crecientes casos de dengue, que repuntan en la temporada de lluvias que inicia en mayo, tomando en cuenta las proyecciones del coronavirus se incrementarán los casos a partir de la segunda semana de mayo; lo que permite pensar que el sistema sería rebasado por la expansión combinada del dengue y el coronavirus.
La sociedad nicaragüense necesita urgentemente buscar nuevos paradigmas civilizatorios, sustentados en la liberta, amparado en el desarrollo sostenibles, un tipo diferente de relación con la naturaleza, acompañado en la democracia, contrario al modelo político, social y económico vigente.
El modelo sociopolítico y económico debe aspirar por alcanzar los objetivos de ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos laborales, ninguna persona sin empleo, ningún niño desnutrido, ningún joven sin educación, ningún anciano sin una venerable vejez. ¿Hablará Ortega sobre esos objetivos?
¿En la comparecencia del 30 de abril hablará Ortega como enfrentar la “bomba de tiempo” sanitaria? o su objetivo será: ¿eximirse de cualquier responsabilidad sobre su propia gestión de cara a la epidemia y distraer la atención pública ante una posible “bomba de tiempo” sanitaria?
Necesitamos un cambio, un cambio real, un cambio en las estructuras. La dictadura Ortega-Murillo es insoportable, los campesinos no lo apoyan, los estudiantes no lo apoyan, los trabajadores no lo apoyan, las mujeres no lo apoyan, el pueblo no lo apoya. La dictadura tiene que caer.