La República Maicera
Leonel Arana
El autor es ciudadano estadounidense y miembro de la iniciativa Nicas por Biden.
A diario vemos cómo los Republicanos hacen trampa electoral tras trampa electoral, y con una impunidad total.
Nos preguntamos cómo hacen para ganar las elecciones después de perderlas como en el 2000 cuando lograron poner en la Presidencia a G.W. Bush parando el conteo de votos en la Florida al ver que iba a perder. Nos preguntamos cómo hacen para impedirles votar a los 780,000 ex presos de Florida anulando la voluntad popular que decidió por medio de un plebiscito, nada menos, que si podían hacerlo. Cómo hacen para cerrar los centros de votación en los barrios de hispanos y negros como están haciendo en Texas y en Georgia, donde está tomando hasta 4 horas votar en forma adelantada a gente que tiene que dejar sus trabajos para votar. Cómo hicieron para que se contaran miles de votos falsos en la elección especial para Gobernador en Georgia hace dos años, poner en la Casa de Gobierno al candidato que perdió y luego rechazar la demanda de los Demócratas a pesar de que el juez del caso aceptó que los votos eran fabricados y mandó a la cárcel a los que los hicieron. Cómo hacen para limitar el número de días en que se puede votar por adelantado, cómo han logrado dificultar la votación por correo haciéndolo lento y poco confiable, cómo hacen para manipular los distritos electorales, el famoso gerrymandering y dejar sin representación a las minorías negras e hispanas y al mismo tiempo aumentar el número de sus propios Congresistas, y en fin cómo hacen para perpetrar toda clase de trampas con impunidad.
Estas preguntas nos llevan a estudiar la situación política actual y meternos un poco en la historia del proceso electoral y las leyes en que está sustentado. Para empezar de los dos grandes partidos en los Estados Unidos el Partido Republicano es el partido minoritario. Un 25 % de los votantes se declaran afiliados a este partido, y un 31 % al Partido Demócrata. Sin embargo, desde el fin de la II Guerra ha habido 7 presidentes Republicanos y 6 Demócratas. Los Republicanos han dominado el Senado y la Cámara más veces que los Demócratas y controlan la gran mayoría de las Legislaturas estatales. ¿Cómo se explica esa contradicción?
Encontramos dos razones principales. La primera es que la Constitución de los Estados Unidos tiene dos facetas, una filosófica que es imperecedera, la que garantiza la libertad y los derechos de sus ciudadanos y una que es administrativa, que era aplicable en el momento para un país que estaba formándose por trece ex colonias, más o menos de igual población entre sí, en el que no existían todavía California, ni Texas, ni Florida, ni Illinois, ni Michigan, ni los otros 32 estados con los que hoy llegamos a 50, pero que es de poca utilidad en el Siglo XXI.
Por ello se establecieron dos mecanismos que con el devenir de los siglos están causando una serie de problemas. Uno es la composición del Senado, en el que a cada colonia se le asignaron dos Senadores, lo que era lo apropiado en el momento, pero que resulta antidemocrático en el año 2020 cuando 39.5 millones de personas en California tienen el mismo número de Senadores que Wyoming que apenas llega al medio millón, por lo cual otros 39.5 millones de ciudadanos, pero residentes en 18 estados despoblados logran sumar 36 Senadores contra los dos de California. El otro es que el voto es indirecto, determinado por el Colegio Electoral por lo que no gana el candidato que gana el voto popular, sino el que gana más votos electorales. Para empeorar más las cosas la composición del Colegio Electoral en cada estado se deriva de la composición se su representación en el Congreso, número de Senadores más número de Congresistas, (los estados despoblados obtienen también más Representantes por población que los grandes) y si la composición del Congreso ya anda mal la del Colegio Electoral anda mal también con el resultado que los estados de poca población tienen no solo mucho más legisladores sino que muchos más votos electorales por persona que los grandes. Ambos mecanismos se prestan a maniobras corruptas que socavan los principios mismos de la Constitución.
La segunda es la corrupción del sistema que han impuesto los Republicanos para conservar el poder siendo menos. Debido a lo citado arriba, los Republicanos casi siempre controlan el Senado, que es el cuerpo responsable legislativo de aprobar a los miembros del Tercer Poder del Estado, el Poder Judicial, y desde esa posición de poder que tienen a priori se han coludido con los presidentes Republicanos para llenar el Poder Judicial con jueces alineados a su propio partido, de hecho, neutralizándolo como un poder independiente. Así vimos que, abusando de su poder, Mitch McConnell, presidente del Senado Republicano se negó a ratificar los jueces nominados por Obama, incluyendo a uno para la Corte Suprema, pero no tuvo reparos en ratificar a más de 300 nominados por Trump, incluyendo a dos miembros de la Corte Suprema, que serían tres si se ratifica a la que Trump está nominando en los últimos meses de su período.
Esa es la raíz, la base de todo el andamiaje de corrupción que han montado los Republicanos ensuciando el proceso electoral, socavando los principios democráticos de la Constitución, convirtiendo a los Estados Unidos en una Corn Republic, que es peor que una Banana Republic y garantizándose ganar las elecciones que pierden.