Los indios caitudos que se creen cheles
Es curioso ver cómo algunos compatriotas —que cruzaron ríos, desiertos o aeropuertos con miedo, anhelos y tortillas frías— hoy se pasean en sus “trocononas” made in USA, ondeando banderas republicanas, aplaudiendo redadas y llamando a la deportación… de otros que lucen exactamente como ellos.
Se creen gringos. Pero no entienden inglés.
Se creen defensores de la ley. Pero no conocen la Constitución.
Se creen guardianes de Occidente. Pero no leen ni el reverso de su licencia.
Les dicen “indios caitudos” no por desprecio, sino porque caminan con la cabeza en alto… pero desconectados del suelo que pisan. Y es que tener papeles no te hace ciudadano, como tener una gorra de Trump no te convierte en blanco.
¿Cuántos saben qué es el “due process”?
¿Cuántos saben que Trump violó la orden de la Corte de no deportar a un residente legal?
¿Cuántos saben que si los para ICE, su jeta morena vale más que su voto MAGA?
Pero ahí van: tomándose fotos en los outlets, subiendo TikToks frente a banderas, llamando “ilegales” a los nuevos… sin pensar que ellos también fueron los nuevos una vez. Y que si los ve Trump en una esquina, sin filtro, sin acento maquillado, sin biblia en mano, los manda de regreso en un vuelo privado… directo al Chipote, cortesía del dictador del que huyeron.
No es ignorancia. Es olvido con complejo.
Olvidan que aquí no vinieron por Trump. Vinieron por hambre, guerra o esperanza.
Olvidan que los derechos se defienden en las calles, no en los hashtags de odio.
Olvidan que en esta tierra, ser ciudadano es participar, no repetir lo que dice Fox News.
Entonces, hermanito MAGANicoya:
No te estoy atacando.
Te estoy recordando.
Que hablar inglés no es traicionar tu origen, es abrir los ojos.
Que leer historia no es comunismo, es conciencia.
Que defender a tu gente no es ilegal, es humano.
Y que si hoy callas ante las redadas, mañana no habrá nadie que hable por vos.
Ser indio caitudo está bien. Es dignidad ancestral.
Lo que no está bien es creerse chele en un país donde los cheles que mandan… ni te consideran parte.
Así que bajate del pedestal falso, subite al tren de la conciencia,
y aprendé la historia antes de repetir los errores del imperio.
Porque este país no será libre hasta que entendamos que la libertad no se mendiga —se defiende.
Pero con conciencia, no con cachucha roja.
Douglas R. Lee
Masaya – Chicago