No valen caricias para quien es ingrato
Pío Martínez
Siento pena de esos jóvenes que se han arrimado a quienes hasta hace poco eran cómplices de la dictadura (y todo indica que lo siguen siendo aún). Esos jóvenes que antes dieron muestras claras de bravura han sido domesticados y ahora, obedientes como buenos hijos de casa, les hacen los mandados a esa caterva de corruptos que se cobija bajo el nombre engañoso de Alianza Cívica.
Pobres nuestros muchachos pues los ricachones van a hacer con ellos lo mismo que hacen con sus queridas cuando pierden ellas su sex-appeal o los señores de aburren de sus caricias: las echan a la calle y se buscan una nueva, más joven y sexy, más bonita.
Cuando estos jóvenes dejen de ser atractivos para la gente, como ya está ocurriendo, cuando hayan perdido lo que todavía les queda de su capital político, los echarán afuera sin contemplaciones para buscarse otros, más atractivos a la población.
Para quienes la ganancia, el capital, el negocio, son lo más importante, todo es mercancía. Todo. Escuchen si no me creen, las palabras que dicen, los términos que usan, pues aunque traten de ocultarlo su alma -o la falta del ella- queda constantemente al descubierto.
Me pregunto: desde abril del 2018 para acá ¿cuántos jóvenes usaron para luego botarlos como papel higiénico esos corruptores de la Alianza Cívica? ¿Alguien lleva la cuenta?
(Lo que he escrito acá lo he hecho con tristeza, no es para molestar a nuestros valientes jóvenes, digo nada más que lo que me dictan la experiencia y la conciencia).