Perú: Un jugador de fútbol, la izquierda y los partidos tradicionales
Saúl Hernández Rosales
Director Creativo de Chaguaramos Consulting Group. Doctor en Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador. Master en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Sorbonne Nouvelle Paris III. Licenciado en Estudios Internacionales por la Universidad Central de Venezuela. Profesor en CLACSO y Editor General de la revista D'Cimarron.
Perú vivió su periodo presidencial más convulso desde que se restituyó la democracia. Pedro Pablo kuczynski asumió la Presidencia en 2016 y renunció en 2018, frente a la amenaza de vacancia moral por parte del congreso. Ese mismo congreso fue clausurado por el sucesor de Pedro Pablo Kuczynski, el vicepresidente Martín Vizcarra en 2019. El nuevo congreso, volvió vacó al Presidente Vizcarra en 2020 (en medio de la pandemia de covid-19) argumentando casos de corrupción. La jefatura de Estado fue asumida por el Presidente del Congreso, Manuel Merino de Lama. Esta sucesión solo duró 6 días debido a intensas jornadas de protesta que dejaron el saldo de dos muertos y un centenar de heridos. Tras la renuncia de Manuel Merino, fue designado el actual Presidente: Francisco Sagasti. En medio de esta vorágine, uno de los partidos más importantes de la historia peruana, el APRA, perdió su inscripción y ni siquiera se postulará este 2021.
Dicho esto, es inevitable asumir que el día de la primera vuelta (11 de abril) podemos tener resultados imprevisibles e inesperados. La campaña está caracterizada por la imposibilidad de mítines y eventos masivos. Los medios y el tratamiento que estos den a los candidatos, será mucho más determinante que en elecciones anteriores, para influir y sugestionar la intención de voto. Las encuestas son tan variadas como los candidatos que se postulan, así que en este análisis usaremos solo una, la del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) porque nos parece la de mayor rigor metodológico.
En la encuesta del IEP, el favorito de los votantes, con 13,3% es el joven ex arquero de Alianza Lima, George Forsyth. Nació en Caracas, fue alcalde de la Victoria-uno de los distritos más populares e informales de Lima- y postula por el partido Victoria Nacional. Ideológicamente es difícil de clasificar. Su partido fue fundado por un ex pastor evangélico, pero él ha manifestado estar de acuerdo con el matrimonio igualitario. Declara ser empresario y aunque se desconoce su gestión en esta área, uno puede intuir que cree en la economía de libre mercado. Hasta ahora, su campaña se ha caracterizado por la no exposición en los programas de opinión. Pequeños eventos, prensa rosa y redes sociales son los canales en los que tiene mayor presencia. Todas las encuestas coinciden en que está en primera vuelta.
La segunda, es la candidata de izquierda Veronika Mendoza con 8,2%. En las elecciones del 2016, quedó en tercera posición. Ha sido congresista y participó en el gobierno de Ollanta Humala. Tiene 40 años, es psicóloga social, tiene la nacionalidad francesa por su madre, estudió en la Sorbona (Paris 3) y habla quechua. Ideológicamente es de izquierda. Apuesta por una nueva Asamblea Nacional Constituyente, no se ruboriza al hablar de expropiaciones pero advierte que está muy lejos del modelo económico y político de Nicolás Maduro. La tendencia regional, ha sido la restitución del ciclo anti-neoliberal (AMLO en México, Alberto Fernández en Argentina, Arce en Bolivia, Arauz en Ecuador) lo que la colocaría seguramente en una segunda vuelta. Sin embargo, la singularidad de esta campaña, podría frenar esa tendencia. Al mismo tiempo, el hecho de ser de izquierda, en un país que tiene muy reciente la memoria del terrorismo, podría inhibir una victoria en segunda, vuelta si su contrincante es un outsider como Forsyth.
El tercero, con muy poca diferencia con Veronika Mendoza (si se considera el tradicional margen de error) es Yhony Lescano, con el 7,1%. El ex parlamentario posiblemente sea el único político de carrera que estaría cerca de entrar en segunda vuelta. Ha sido congresista del tradicional e histórico partido de centro-derecha Acción Popular. Fue adalid de la lucha contra la corrupción durante su gestión como congresista y gozaba de enorme popularidad, hasta que una denuncia por acoso sexual, lo sacó de órbita. Sin embargo, frente a la debacle de los demás referentes del partido de la lampa (Manuel Merino, Víctor Andrés García Belaunde, etc.) vuelve a restituirse su liderazgo. Esta candidatura, para muchos líderes de opinión representa el continuismo, para otros, es la única garantía de estabilidad. A diferencia de la candidata de izquierda, si él pasa a segunda vuelta, es muy probable que amaine el crecimiento de George Forsyth.
Por último, encontramos a Keiko Fujimori con el 6,7% de intención de voto. En 2020, parecía que no llegaba a la contienda, debido a que se encontraba en prisión preventiva. Sin embargo, el año pasado, un tribunal revocó la sentencia. Es la sempiterna candidata en segunda vuelta, que tuvo la mayoría en el congreso en 2016 y por muy poco perdió la presidencia. Parece estar en su peor momento político, pero vista la dispersión del voto y la cantidad de indecisos, puede que se filtre en segunda vuelta. Anunció que indultaría al Padre y parece tener un tono más conciliador que en ocasiones anteriores. Una reconciliación con su hermano pudiera darle el impulso suficiente para la segunda, vuelta pero dificulto que pueda superar la expectativa que genera el futbolista outsider. Ahora bien, si la tendencia cambia y llega contra Veronika Mendoza, podría activar el pánico al comunismo y usarlo a su favor.
La pandemia ha dejado la sensación de que el Estado debe tener un rol de amparo, cuidado y contención, que no ha cumplido. Eso le da una ventaja a la izquierda, que siempre ha profesado la necesidad de la presencia de lo público en la correlación de fuerzas con los privados, pero la tendencia es a la desfragmentación del voto. Sea como sea, tendremos segunda vuelta.