Posibles implicaciones de la Nica-Act

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«Muchas empresas preferirán cortar todo tipo de relación con Nicaragua, total no es un mercado tan atractivo, y peor aún que está en crisis»

Quizás muchos se pregunten qué implicaciones tiene la denominada Ley Magnistky o Nica-Act para la vida cotidiana de las personas en Nicaragua. Esta ley trastoca el funcionamiento normal de las transacciones financieras y comerciales de cualquier persona en Nicaragua, desde o hacia cualquier parte del mundo. Desde la exportación o importación de mercancías y las transferencias internacionales hasta el envío de remesas ¿Por qué?

Sencillamente porque esta ley sanciona a los funcionarios públicos y empresas privadas que estén involucradas en actos de corrupción o violación de derechos humanos y a su vez a cualquier persona o empresa que realice transacciones financieras con los implicados en tales crímenes.

El problema radica en que el consorcio de empresas de Albanisa realizó negocios con un gran número de entidades económicas del país y todavía lo sigue haciendo. Por ejemplo, a través de Alba Alimentos compraba una serie de bienes agropecuarios a los productores y los exportaba en sociedad con las industrias más grandes del país.

Actualmente, Alba Generación sigue generando energía que distribuye Unión Fenosa y que todos pagamos en la factura mensual. Igualmente, Alba Petróleo, aunque ya no importa de forma directa, sigue distribuyendo hidrocarburos a través de Petronic.

Después de que fueran sancionados Bancorp y Albanisa, ese capital se ha blanqueado en un sinfín de negocios de todo tipo dispersos en todo el territorio nacional. Pero no solo eso, todos los alcaldes sandinistas involucrados en la represión se han convertido en importantes empresarios locales con fondos públicos.

Entonces habría que preguntarse: ¿cómo hace un empresario extranjero para cerciorarse que no está haciendo transacciones con dinero sucio?. Realmente no hay manera de saberlo a ciencia cierta, ni siquiera para un inversionista nacional. Eso significa que las empresas extranjeras que quieran establecer o mantener relación con Nicaragua tendrán que usar una especie de protección adicional como si se tratara de una enfermedad de transmisión sexual.

Antes de realizar una simple transacción de compra-venta o una transferencia bancaria es necesario investigar la procedencia del artículo o el dinero en cuestión, no vaya a ser y te contagias con las sanciones. 

Los bancos cuentan con una Gerencia de Seguridad y Riesgo Financiero, que generalmente la ocupan comisionados en retiro de la Policía Nacional. Su función es prevenir el blanqueo de capitales. Por eso, cuando realizas una transacción superior a los 10 mil dólares, es necesario llenar un formulario indicando el origen de los fondos, y esto se informa a la Superintendencia de Bancos y al Departamento del Tesoro de los EEUU. Por esa razón ahora es tan difícil abrir una cuenta en el banco, así como recibir un préstamo.

Todos los bancos tienen una lista de personas políticamente expuestas y cuando estas personas o sus familiares cercanos se presentan a realizar una transacción bancaria, el sistema brinda una alerta y el funcionario del banco debe actuar con suma cautela en el caso, y si la operación resulta muy sospechosa puede decidir no hacerla. 

Igual ocurre y ocurrirá cuando el Secretario de Estado de EEUU emite su lista de funcionarios y empresas sancionados, solo que la medida inmediata del banco es el congelamiento de los bienes o la devolución de los mismos para no mantener relación alguna. Pero ahora esos controles deberán ser más estrictos, porque los testaferros pueden burlar tales medidas. A este efecto provocado por las sanciones se le conoce como la muerte civil de las personas.

Quizás para los inversionistas nacionales sea más fácil manejar la situación, aquí casi todo el mundo se conoce y puede prevenirlo cortando relaciones comerciales con personas o empresas de clara afiliación orteguista. Pero los extranjeros tendrían que pagar dinero extra para hacer la investigación correspondiente, eso aumenta los costos y el tiempo de la transacción. Muchas empresas en lugar de usar ese «condón financiero» preferirán mejor cortar todo tipo de relación con Nicaragua, total no es un mercado tan atractivo, y peor aún que está en crisis.

Tal es el caso de las empresas remesadoras y los bancos corresponsales en Estados Unidos. El alto riesgo que implica mantener relaciones con Nicaragua seguramente tendrá un impacto en el costo y tiempo de los servicios y muchos simplemente cortarán los puentes, teniendo que recurrir a la triangulación con países vecinos, lo que provocaría el mismo efecto.