Postsurrealismo político en Nicaragua
Otto Aguilar
«El único candidato a presidente de Nicaragua que tendría en mí a un compañero de fórmula, y el mejor presidente que ha conocido la historia de Nicaragua, para decirlo en pocas palabras.»
“Retrato de Daniel (Ortega)”
Sergio Ramírez –Confesión de amor, 1991-
Recientemente en un auditorio de Estados Unidos, debatieron viejos y nuevos disidentes de la actual dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua. Al encuentro asistieron dos ex comandantes ex miembros de la Dirección Nacional del FSLN en los años ochenta. Estaba presente el escritor Sergio Ramírez, quien fue vicepresidente durante gran parte de ese periodo.
También estaban otros ex funcionarios del gobierno sandinista, algunas feministas, y además uno de los líderes de los universitarios que se levantaron en protesta contra el régimen de Ortega en abril de 2018. El mismo joven que en el primer diálogo quitó la palabra al dictador para decirle que estaban allí no en una mesa de diálogo, sino que en una mesa de rendición.
Los gestos de este joven, Lesther Alemán, al escuchar a uno de los ex comandantes (ex camaradas del dictador Ortega), dar explicaciones sobre el caso de la represión de los sandinistas a los misquitos en los años ochenta, o el caso de la ausencia de mujeres en esa misma Dirección Nacional del FSLN de aquella revolución, me dicen mucho.
Surrealista, ¿no? Era un debate o reunión en que se abordaron asuntos incómodos (asuntos pendientes para la justicia, que lindan con crímenes de lesa humanidad) por la responsabilidad de esos ex líderes sandinistas, presentes allí.
A estas alturas asumir responsabilidades, culpas (lo cual han hecho algunos de estos ex líderes), es algo tardío, sobre todo cuando estos ex comandantes dirigían los destinos de millones de nicaragüenses; sus vidas y muertes. Tal es el caso de haberles ordenado, con una Ley de Servicio Militar Obligatorio, ir a defender con las armas al gobierno sandinista a inicios de los años ochenta, no importando si esos nicaragüenses eran sandinistas o no.
Bajo esa Ley de Servicio Militar Obligatorio miles de jóvenes perecieron en combates contra la Resistencia financiada por el gobierno estadounidense de Ronald Reagan.
Y por esos crímenes a nadie se llevó a la justicia.
Igual fue incómodo en ese conversatorio, el señalamiento sobre las víctimas de la ya referida «Navidad Roja» (el caso de la represión y masacre de los misquitos). Llamó la atención que uno de los comandantes comentara al respecto, que él no estaba al tanto de eso porque estaba «atendiendo otras responsabilidades», o algo así.
Me pregunto: ¿lo de Dirección Nacional de nueve comandantes era solo una imagen?, ¿una imagen surrealista de nueve comandantes a los cuales se les veía como a uno solo, y en los cuales se confiaba (viéndolos como infalibles) al vitorearles “¡Dirección Nacional, ordene, ordene, ordene!?
Tal ilusión o tal surrealismo del siglo XX le salió muy caro al pueblo de Nicaragua en el siglo XXI, tan así que cuarenta años después ese pueblo sufre las secuelas de aquel surrealismo que ordenaba la inmolación del pueblo.
Y así se acumularon miles de jóvenes inmolados bajo las órdenes de aquellos caciques de penacho rojinegro, los cuales ahora envejecidos (pero vivos a diferencia de los miles de jóvenes que murieron) divagan sobre qué es lo que hicieron mal, y por qué.
7/27/2019