Pronunciamiento al Pueblo de Nicaragua, 31 de agosto de 2022

31 de agosto de 202231 de agosto de 2022 Nicaragüenses Libres

Habría que estar en las cabezas de los genocidas de El Carmen para saber si cuando presentaron en público, el 30 de agosto, a varios secuestrados políticos del régimen, lo hacían conscientes de que se conmemoraba el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Sea como fuera, quedó al desnudo la distancia que separa al chayorteguismo de la humanidad y de toda norma de convivencia civilizada. Pero hay otra coincidencia que seguramente no es accidental: a medida que avanza el año electoral en Estados Unidos, los políticos del país del norte buscan posicionarse, lo cual energiza la aplicación de, entre otras, la llamada Ley Renacer. En días recientes, tanto políticos Republicanos como el Departamento de Estado de la Administración Biden han sugerido una aplicación más vigorosa de las atribuciones que la ley les da en el caso de Nicaragua. Renacer tiene como objetivo formal reformas políticas significativas que hagan posible la escenificación de elecciones libres y democráticas. Sabemos, porque sabemos que Ortega-Murillo no puede satisfacer tales condiciones, que no habrá elecciones libres y democráticas a menos que su dictadura caiga. Los políticos que diseñaron la ley no son tan ingenuos como para creer lo contrario, pero se ven obligados, por el marco legal de Estados Unidos, a establecer como objetivo elecciones libres y democráticas, para poder justificar la aplicación de sanciones contra Ortega-Murillo. Los Nicaragüenses Libres apoyamos esta y toda política que socave a la tiranía, que disminuya o cierre el flujo de financiamiento que ha aumentado, hasta la fecha, a pesar de las leyes aprobadas y del poder de veto de Estados Unidos. Esperamos que la lucha de la diáspora y los vientos electorales empujen la política estadounidense en la dirección de su retórica. Es a estos vientos que responde el régimen. Como es típico de Ortega, tensa la cuerda al máximo, pero puede, cuando siente que esta revienta, aflojarla. Lo hace para que la presión disminuya, para engañar al contrario como un hipnotizador. Desafortunadamente para él, su viejo truco no funciona más. Nos ha costado muy caro aprender, pero ya no caeremos más en la trampa.

Para los Nicaragüenses Libres, la respuesta apropiada a estas maniobras debe basarse en la verdad de fondo de la situación: la exhibición de las personas presas políticas, y el rumor de posible amnistía que sale del régimen, no provienen de la buena voluntad de un par de tiranos obcecados: ellos, sencillamente, retroceden ante la amenaza de castigo, conquista de los exiliados nicaragüenses. Si retroceden, nosotros avanzamos. Si la presión los hace retroceder, no es para que les demos tregua. Es nuestra obligación aprovechar que dan un paso atrás, para dar nosotros dos hacia adelante. Tenemos la obligación de exigir que exhiban a TODAS las personas presas políticas, que liberen, no a un grupo, sino a TODOS los que sufren secuestro a manos del régimen ilegítimo. Porque entendemos que la voluntad de la tiranía es absolutista, y si algo cede, es porque la lucha del pueblo, dentro y fuera de Nicaragua, se lo arranca. Es una indicación del poder del pueblo, y del miedo permanente de un régimen caduco y decrépito. NADIE debe caer en la trampa, o hacerse el inocente para interpretar una concesión de los tiranos como “buena voluntad”. Por tanto, NADIE debe aprovechar un paso atrás del régimen para proponer un arreglo con Ortega-Murillo. Cualquier paso atrás que dé la dictadura lo recuperará hacia adelante si no avanzamos, si no intensificamos la lucha interna para derrocarla. Honremos el heroísmo de Monseñor Álvarez y el sufrimiento de todas las personas presas políticas: aprovechemos el momento para organizarnos y luchar por el derrocamiento de la tiranía y la construcción de un poderoso movimiento popular democrático que dé al traste con el sistema de poder autoritario, anacrónico, que solo atraso, injusticia y dictadura nos da.