Pronunciamiento del clero de la diócesis de Estelí

“Ninguna corrección, cuando es aplicada, resulta agradable, más bien duele; pero más
tarde produce en los que fueron corregidos, frutos de paz y de justicia.” (Heb 12,11)

Sres. del Gobierno de Nicaragua:

¿Qué es lo que quieren? ¿Qué es lo que están haciendo? Durante quince días retuvieron ilegalmente en cautiverio, al obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de nuestra Diócesis de Estelí, a varios sacerdotes, y varios laicos. Ahora lo que hicieron fue cambiar el lugar nada más para despejar el tranque que tenían alrededor de la Curia. Y se llevaron al famoso Chipote a nuestros hermanos sacerdotes y a los laicos que acompañaron al Obispo. Contribuyeron al destierro de Monseñor Silvio Báez, del Padre Edwin Román, le han fastidiado la vida al Padre Harvy Padilla, han encarcelado al Padre Manuel de Jesús
García, fabricándole delitos. Encarcelaron a Monseñor Leonardo Urbina, sin probarle ningún delito, no dejaron regresar al país al Padre Idiáquez, le tienen retenido el pasaporte a Monseñor Silvio Fonseca, expulsaron a las hermanas de la Congregación de Santa Teresa de Calcuta, cancelaron la personería jurídica de Cáritas Estelí, confiscaron la Universidad Católica del Trópico Seco, Cancelaron la personería jurídica de la Familia Fabretto. Secuestraron al Padre Oscar Benavides y se lo llevaron a El Chipote. Le han
fastidiado la vida al Padre Uriel Vallejos, al Padre Vicente Martínez y al Padre Sebastián, impidiéndole a sus feligreses celebrar la misa en el templo. Sacaron de la grilla de transmisión al Canal Católico de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, el canal católico San José de la Diócesis de Estelí, el Canal Católico de la Diócesis de Matagalpa, siete radios de la Diócesis de Matagalpa que contribuían a la evangelización. Expulsaron al nuncio apostólico!!!.

Acusan al Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí de “estar intentando organizar grupos violentos, incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población, provocando un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía de la comunidad, con el propósito de desestabilizar al estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.

La incitación al odio y a la violencia, la iniciaron ustedes, cuando el señor Daniel Ortega, en el acto oficial de la celebración del 19 de julio del 2018, acusó públicamente a algunos obispos de ser golpistas, terroristas y, desde entonces, son innumerables las veces en las que ustedes, que debieran dar el ejemplo de civismo y respeto, arrojan todo tipo de improperios, ofensas y difamaciones, ya no sólo a los obispos, sino también a nosotros los sacerdotes. Nuestra naturaleza y misión pastoral pacífica, ha hecho que soportáramos con paciencia, semejantes barbaridades. Tales acusaciones infundadas como la de ser golpistas, porque aquí no hubo ningún golpe de estado, pues los golpes de estado los ejecutan los ejércitos, y aquí el ejército no le ha dado golpe de estado a nadie. Eso existe sólo en la mente de ustedes. Aquí lo que hubo en el 2018, fue una protesta popular, que al final lo que dejó fue una enorme cantidad de jóvenes nicaragüenses asesinados, sin olvidarnos de todos los que murieron en la Operación Limpieza. Miles y miles de hermanos nicaragüenses tuvieron que marcharse de su patria para poder preservar la vida o para no terminar en la cárcel.

Nos acusan de ser tranqueros, cuando bien saben que lo que hicimos fue una labor de mediación evitando muertes innecesarias; auxiliar a los heridos, proteger la vida de hermanos nicaragüenses!. Desde entonces han inyectado odio y, a Dios gracias, nuestro pueblo es noble y no se deja engañar y toda esa campaña de difamación no ha calado en el corazón y la mente de nuestra gente buena y respetuosa de su fe cristiana, de sus servidores los obispos y los sacerdotes.

Ustedes son los que crean la zozobra y el desorden en este país. Como el desorden y la zozobra que crearon en Matagalpa con ese tranque que tuvieron alrededor de la casa episcopal. Afectaron la libre circulación vehicular, el curso normal del comercio, de la gente que trabaja honestamente. Ustedes son los que han manchado y alterado la percepción que tiene el pueblo sobre la Policía, a quien la comparan con la Guardia de los tiempos de Somoza, pues la obligan a ejecutar violaciones a los Derechos Humanos
de la población indefensa; en vez de ser los centinelas de la alegría del pueblo, la han convertido en un brazo represor y violento.

Nuestra misión es evangelizadora, pastoral, pacífica, por naturaleza somos amantes de la paz, una paz que se fundamenta en la verdad, la justicia, la libertad, el amor. Nosotros predicamos el mandamiento del amor que nos dejó Jesús. Nos esforzamos por reconciliar a las personas que ustedes dividen con su manera de proceder. Nosotros predicamos que sí es posible ser hermanos aunque seamos diferentes. Somos fieles al principio de la unidad en la diversidad. La palabra de Dios, nos empuja a ser profetas, y
a defender los Derechos Humanos de las personas. Y a denunciar todo tipo de injusticias. Nosotros no secuestramos a las personas, no tenemos rehenes humanos, no fabricamos delitos para encarcelar a las personas. A nosotros nos duele la migración de nuestros paisanos, la desintegración de las familias.

El Señor les concedió la oportunidad de asumir nuevamente el gobierno y de no repetir los errores de su primera administración. Pero no sólo los han repetido, sino que los han sobrepasado. Es realmente lamentable.

Les hacemos un llamado a la conversión y a dejar de fastidiarnos la vida, ¡déjennos trabajar en paz!. Liberen al Obispo, los sacerdotes y los laicos y El Señor se apiadará de ustedes, si es que se convierten de corazón.

Respeten la Constitución Política de la República! Hacen lo que les da la gana con las leyes, las manipulan, las crean por decreto para encarcelar a los ciudadanos. Y recuerden: Nadie debe estar por encima de la Constitución Política de la República! Eso que ustedes hacen sí es fomentar el desorden y la zozobra en este sufrido país.

Ahora bien, lo que hace el Obispo de Matagalpa, quien no ha cometido ningún delito, es un inocente que tiene la conciencia tranquila; lo hacemos todos los sacerdotes de Nicaragua. Lo que le están haciendo al Obispo Álvarez, el Administrador Apostólico que nos escogió el Papa Francisco, nos lo están haciendo a todos nosotros. Están persiguiendo a la Iglesia por su misión profética, porque es la única que es capaz de
denunciar sus constantes violaciones a los derechos humanos, olvidándose de que cuando persiguen a la Iglesia, en la persona de sus servidores los obispos, los sacerdotes, los laicos, es a Cristo mismo a quien persiguen (cf. He 9,5).

Continuaremos orando para que El Señor les conceda su Espíritu Santo y puedan corregir todas estas barbaridades que están haciendo a nuestra Iglesia Nicaragüense.

Nos sentimos fortalecidos con la cercanía, el dolor y la preocupación de nuestro Papa Francisco, por los sufrimientos de la Iglesia Nicaragüense. Sabemos que estamos siempre presentes en sus oraciones.

Agradecemos a todas las Conferencias Episcopales que se han solidarizado y continúan haciéndolo, con nuestra Iglesia perseguida, en especial con nuestro Administrador Apostólico, Monseñor Rolando José Álvarez Lagos.

Agradecemos a todas las personalidades de todo el mundo que han expresado sus buenos augurios para que esta crisis se resuelva de la mejor manera posible y lo más pronto posible.

Reiteramos nuestra cercanía y nuestro apoyo incondicional, no sólo a nuestro Administrador Apostólico, a los sacerdotes y a los laicos, encarcelados injustamente, sino a los demás obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, que sufren en carne propia los vejámenes que se le han hecho a su hermano en el episcopado.

Fraternalmente,
Clero nativo diocesano de la Diócesis de Estelí, que comprende las Parroquias de los
departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia.

En la memoria de Santa María Reina, a los veintidós días del mes de agosto del año dos
mil veintidós.


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