Pronunciamiento del CU-Nicaragüenses Libres sobre el reclamo de libertad incondicional de las personas presas políticas y la propuesta de un nuevo “diálogo” con la dictadura
El llamado reciente, que hicieron familiares de personas presas políticas en Nicaragua, a un nuevo diálogo con la dictadura Ortega Murillo, coloca sobre la palestra pública la discusión sobre cuál debe ser la ruta para la liberación inmediata e incondicional de quienes hoy permanecen privados de libertad en condiciones de aislamiento y tortura.
Desde el CU-Nicaragüenses Libres nos solidarizamos con el dolor y la desesperación de cada familiar y cada víctima directa de la represión y el terrorismo estatal y acompañamos su lucha y exigencia de libertad. Sin embargo, tenemos la responsabilidad histórica de establecer nuestra posición política sobre el tema.
- No habrá una salida real a la crisis vía “diálogo”, porque no se negocia con genocidas. Como ya quedó demostrado, en los últimos 3 años, los 2 intentos de “negociar” con la dictadura fueron trampa y farsa pues maniataron la rebelión popular, paralizaron la movilización social permanente y cambiaron la correlación de fuerzas en contra de nuestro pueblo, dejando un saldo trágico de más asesinados, exiliados y presos políticos.
- Hasta ahora, cada persona presa política ha sido utilizada como una ficha de cambio para la extorsión y la impunidad. Recordemos las 2 excarcelaciones anteriores. La primera fue el 15 de marzo de 2019 y la segunda el 30 de diciembre del mismo año, que no terminaron realmente ni con las causas inventadas, ni los juicios amañados, menos aún terminaron con la persecución, el asedio y el acoso policial y paramilitar a estas personas ni a sus familias. Por el contrario, algunas personas incluso volvieron a ser secuestradas y encarceladas ilegalmente.
- Llamamos a todas las fuerzas opositoras a no apoyar ningún diálogo con la dictadura, y a que más bien se sumen, POR LA LIBERTAD INCONDICIONAL, INMEDIATA Y PERMANENTE DE TODAS LAS PERSONAS PRESAS POLÍTICAS, a la lucha para DERROCAR al régimen Ortega-Murillo. No debemos permitir a nadie, a ninguna organización, que usurpe el rol político del pueblo como sujeto esencial para el derrocamiento del régimen, y desviar las legítimas demandas de Abril a un cauce diseñado por la dictadura.
- Consideramos que una decisión de tal magnitud tampoco es potestad ni de la comunidad internacional, ni de organismos internacionales donde es evidente que la dictadura tiene aliados que retrasan la aplicación de la Carta Democrática Interamericana; tampoco es potestad de líderes religiosos que abiertamente le hacen el juego al Dictador. Sólo el pueblo de Nicaragua tiene la capacidad de sacarse de encima a los genocidas y sus cómplices históricos, y terminar de una vez por todas con este régimen opresor y represor.
- El nuevo llamado a «dialogar» pone en riesgo el futuro de todo el país, pues su propósito es la impunidad para los culpables de los crímenes de lesa humanidad cometidos desde 2018. Ese diálogo busca engañar al mundo y propinar una derrota política a todos los sectores sociales que continuamos en lucha contra el régimen, tanto en Nicaragua como desde el exterior.
- Respetamos profundamente la decisión de cada familiar de tomar las medidas y acciones que considere necesarias desde su capacidad y sentimientos. Sin embargo, consideramos que la decisión de negociar o no con la dictadura no corresponde sólo a un grupo de víctimas, sino que debe ser responsabilidad de todo el pueblo movilizado y en lucha, porque las consecuencias políticas que puede generar un nuevo “diálogo” con los asesinos ponen en riesgo la libertad de todos y el futuro del país y de nuestra gente.
- Para nosotros, la única salida posible a la crisis pasa por la organización social en todos los niveles con la participación activa de cada sector para impulsar planes de lucha que debiliten al régimen, además de ir creando condiciones para un cambio en la correlación de fuerzas a favor de nuestro pueblo y el derrocamiento de la dictadura.
- Tenemos todas nuestras energías puestas en construir una nueva alternativa para salir de esta crisis, sin repetir los errores y desaciertos pasados. Sólo la movilización social permanente, el debate respetuoso sobre el país que necesitamos y la participación activa del pueblo organizado tiene la clave para derrocar a la tiranía ORMU.
Abrazamos las demandas de Memoria, Verdad, y Justicia como única vía posible para la unificación y pacificación social. El juicio político contra asesinos, torturadores y cómplices debe ser la base para establecer un camino de transición hacia la democracia y la libertad, pues ya en nuestra historia el olvido y la impunidad han sido impuestas por los grupos de poder para preservar todos sus privilegios. Ante esto, queremos decir: ¡NUNCA MÁS!