Quinto aniversario: ¿Cómo sacar por la fuerza a la dictadura?
<<Aunque los Nicaragüenses Libres respetamos el derecho del pueblo, de cada ciudadano, a la defensa propia, tenemos la convicción de que la estrategia más efectiva, y de menor costo, para sacar por la fuerza a la dictadura no es formar un ejército guerrillero o desatar una guerra civil. ¿Cuál es, entonces? Organizar, paso a paso, un movimiento popular democrático que, EN SU MOMENTO, pueda, ACTUANDO SIMULTÁNEAMENTE EN TODOS LOS BARRIOS, COMARCAS Y PUESTOS DE TRABAJO, paralizar el país, hacerle a la tiranía imposible gobernar.>>
Salimos a las calles hace cinco años, en Granada, León, en Estelí, en Chinandega, Chontales, Sébaco, Jinotega, Río San Juan, Masaya, Managua, en Miami, en San Francisco, en Madrid, en Nueva York, como salíamos, desde antes, en el campo, cuando los nicaragüenses campesinos protestaban contra la entrega de sus tierras y del país. Salimos a las calles porque es nuestro derecho, y salimos a las calles porque será en las calles donde triunfe nuestra causa. Las calles serán nuestras de nuevo, por más que la dictadura se empeñe en cerrarnos el paso.
Nos cierra el paso en las calles y caminos de Nicaragua porque sabe lo que viene en camino, por esas calles y caminos, y sabe que esas calles y caminos son el camino a la libertad, y son el fin de la dictadura, y el comienzo de la justicia.
Por eso, los Nicaragüenses Libres, desde dentro, y desde fuera del territorio nacional, nos dirigimos a nuestros compatriotas, a todos los ciudadanos que hoy hierven de cólera e impotencia, y viven bajo el terror de la tiranía: el día viene, el día vendrá, en que el pueblo nicaragüense va a explotar de nuevo, inundará de nuevo, como un desborde de agua limpia, y arrasará con la opresión y la injusticia.
No nos dejaremos engañar por nadie que diga “no se puede”, ni nos diga “diálogo y elecciones”; y ya sabemos que no existe una solución venida de poderes extranjeros. Los poderes extranjeros cuidan sus intereses. No vamos a pelearnos con ellos, pero entendemos que ningún poder extranjero nos salvará.
La solución está en nuestras manos, y nuestras manos, juntas en el momento justo en un solo puño, harán justicia. Somos los nicaragüenses, los que están dentro del territorio, apoyados por los que han sido desterrados y exilados, quienes vamos a hacerlo, porque es nuestra necesidad, y es nuestro país. Y estamos decididos. Y estamos definidos. Definidos claramente a favor de una estrategia REALISTA, PRÁCTICA.
¿Cuál esa estrategia? Para construirla, lo primero que hay que reconocer, y los Nicaragüenses Libres lo hacemos, es que la dictadura ENCABEZADA por Ortega y Murillo ––óigase bien, ENCABEZADA, porque la dictadura no se reduce a ellos–– NO ABANDONARÁ EL PODER POR LAS BUENAS. ¿Alguno de ustedes puede creer que se irán por las buenas? Y si no es por las buenas, pues tendrá que ser por las malas, por la fuerza. Sobre esto, los Nicaragüenses Libres, queremos advertir al pueblo de otra trampa que tanto la dictadura como ciertos opositores nos tienden (los dos lo hacen): quieren que cuando decimos “por la fuerza” la gente crea que se trata de formar un ejército guerrillero o de lanzarse a una guerra civil. Falso. Aunque los Nicaragüenses Libres respetamos el derecho del pueblo, de cada ciudadano, a la defensa propia, tenemos la convicción de que la estrategia más efectiva, y de menor costo, para sacar por la fuerza a la dictadura, y sobre todo para fundar una república democrática, y que la actual tragedia no se repita nunca, no es formar un ejército guerrillero o desatar una guerra civil.
¿Cuál es, entonces? Organizar, paso a paso, un movimiento popular democrático que, EN SU MOMENTO, pueda, ACTUANDO SIMULTÁNEAMENTE EN TODOS LOS BARRIOS, COMARCAS Y PUESTOS DE TRABAJO, paralizar el país, hacerle a la tiranía imposible gobernar. Hacerle incluso imposible reprimir, porque cuando se vean rodeados por el 90% de la población coordinada, empezarán a desertar unidades enteras del Ejército y de la propia Policía. Porque no todos los soldados y policías son criminales, y por eso llamamos a los nicaragüenses que han entrado al Ejército y la Policía buscando mantener a sus familias, para que estén listos a dar la espalda al régimen. Ustedes no son nuestros enemigos, ustedes también son oprimidos y explotados. Como los trabajadores del Estado, quienes son oprimidos, explotados, y humillados.
Para construir este movimiento, que dará poder al ciudadano, libertad y justicia a todos los nicaragüenses, necesitamos hoy trabajar de manera cuidadosa y sigilosa y crear grupo tras grupo que comparta la propaganda, que vaya haciendo sentir la fuerza de nuestro desprecio al régimen, como en noviembre de 2021. En redes telefónicas, personales, de WhatsApp, en otras redes sociales, el susurro de la información y el mensaje de rebeldía que nos va haciendo fuertes, que nos hace sentirnos acompañados, que nos permite ir preparando el día en que el susurro se volverá un estruendo en la calle, esta vez sin detenernos. Este es el camino. Y este camino es incompatible con el falso camino de “negociaciones y elecciones con la dictadura”, que nunca, nunca, nunca nos llevará a la libertad y la democracia. Lo más que podrían lograr quienes absurdamente insistan en “elecciones” (¡y dicen incluso que “hay que esperar al 2026”!) es más dictadura, con Ortega o sin Ortega. ¿Es eso lo que queremos?
¡No! Y después de sacar por la fuerza a la dictadura, después de que hagamos imposible que manden, porque somos capaces de rodearlos y paralizar el país, ese mismo poder que construimos en la lucha debemos mantenerlo para que la transición no sea falsa, como en 1990, sino que sea una transformación verdadera, que abra un camino de libertad y felicidad para el pueblo, con derechos para todos, privilegios para nadie.
¿Cómo? No puede haber libertad y democracia con la Constitución actual, mejor dicho, con el Sistema de Poder actual que la Constitución legaliza. Toda la lucha del pueblo nicaragüense no es para cambiar nombres en el poder, sino para cambiar el poder. Y para eso, elegiremos, en libertad, una Asamblea Constituyente Democrática, que prepare una propuesta de Constitución Democrática, que disperse el poder, que lo desmilitarice, que lo descentralice, que lo desmonopolice, Y que desmonopolice la economía, que está secuestrada también por 6 grupos familiares. No es expropiar a nadie, es democratizar la oportunidad para todos, para que todos podamos prosperar, y para que los Pellas y otros dejen de adueñarse de todos los privilegios, como el de construir sus edificios de negocios y clasificarlos como turismo para no pagar impuestos. Y cuando la Constituyente apruebe el borrador, el proyecto de Constitución será sometido a referéndum popular. Si se aprueba, a elecciones libres, a renovar el país, a reverdecerlo. Si no, a hacer las correcciones que haya que hacer, para presentarse de nuevo. Hasta que quede el Contrato que el pueblo apruebe, por primera vez en nuestra historia.
Cuando así hagamos, cuando triunfe la voluntad de un pueblo honrado, trabajador, que quiere ser libre, que quiere poder respirar, habremos llegado a la verdadera revolución democrática, la que hará que salgamos, no solo de miseria y opresión, sino de pobreza e injusticia. Vamos hacia allá, vamos hacia un nuevo Sistema de Poder, hacia un Estado de Derecho, y, sobre todo, hacia la Justicia. ¡No a la impunidad! Todos los responsables y culpables tienen que pagar, para que por fin tengamos un país donde la vida sea tan hermosa como el paisaje. ¡Viva Nicaragua pronto libre!
15 de abril de 2023