Rolando, obispo, amigo especial

<<Por medio de la homilía y el Santo Rosario, con sus manos elevando el Santísimo Sacramento, es irreductible vencedor del maleficio.>>

Inmensamente grato es conversar con una persona que habla de teología, filosofía, historia, ética, y temas mundanos cotidianos, y sobre todo abierta a escuchar opiniones diversas, incluso a convidar a su casa bendecida a quienes identifica claramente como posibles o efectivos ofensores y difamadores. 

Te atiende sonriendo, sin prejuicios abre las puertas, seas no creyente o de otra iglesia, oye pacientemente y emite su criterio sin tratar de imponer su credo sino como referente a considerar en la busca interior del bien propio y de la comunidad.

Con esa calidad de persona aprendes o reafirmas conocimientos y te fortaleces los ánimos para auto superarte y distanciarte del ambiente social de miseria humana promotora de injusticia y violencia, en una sociedad donde no son pocos los hipócritas, los oportunistas, los corruptos, los abominables, y homicidas.

Rolando José, como le nombro por la confianza que me concede, es la persona que he descrito, y aunque no nos hayamos encontrado semanalmente en persona permanece en mí esa amistad que me ha confirmado afable cada vez con un apretón de manos y un abrazo.

Bienvenido, Sergio, siempre he leído tus escritos y me hacés pensar –me dijo muy contento la primera vez que invitó a varios periodistas a la curia para conocerlos a los pocos días que asumió su responsabilidad de obispo de la diócesis de Matagalpa, en abril del 2011.

Desde entonces recibo sus virtudes positivas, ese entusiasmo cuando me alienta y refiere que continúa leyendo mis escritos y me cita de memoria un pasaje del último que he compartido, para que yo compruebe que es cierto lo que me afirma, aunque yo jamás dudaría de su palabra.

Durante la sublevación del 2018 y estos años posteriores he recibido su mensaje reafirmándome su aprecio y respaldo a mi labor de periodista, ofreciéndome su servicio, dándome a entender claramente que estoy en sus oraciones, lo cual he agradecido a quien por sus cualidades es pontífice.

Así él se encuentra en las plegarias de miles de feligreses que comulgan y han departido con el querido obispo Rolando José Álvarez y Lagos quien por medio de la homilía y el Santo Rosario, con sus manos elevando el Santísimo Sacramento, es irreductible vencedor del maleficio.

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Foto de José Antonio Hernández Blandón.
Sergio Simpson
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