“Se perdió la credibilidad entre la misma juventud”
(Respuesta a Madeline Mendieta)

Salvador Zambrana
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Ahora nadie los respaldará, y posiblemente hasta sus propios mecenas los harán a un lado.

¿Están realmente preparados los jóvenes para asumir ese enorme vacío de liderazgo que existe en general en el país?, se preguntaba la poeta Madeline Mendieta, de la generación #2000.  He aquí mi respuesta a su personal cuestionamiento.

Antes que nada me gustaría responder con estos versos del poeta nicaragüense Tito Castillo:

“Bienaventurado el estudiante que no está en la mesa del diálogo
ni se sienta a negociar con la empresa privada
ni con Marco Rubio ni con Ilena Ros-Lehtinen”. 

Desde ahí se puede observar el descontento de muchos jóvenes y líderes de trincheras que siempre dijeron: “No al Diálogo”. “No podemos sentarnos en una mesa que está manchada de lágrimas y sangre”. Sin embargo, aquellos que fueron elegidos como representantes accedieron a sentarse delante de quienes mandaron la orden de fuego.

Mientras Madelaine Caracas leía la lista de los asesinados a esa fecha –más de sesenta– y Lesther Alemán le gritaba a Ortega: “¡Ríndanse!”, otros desaparecieron para siempre de sus barricadas sin dejar huella. 

El enorme vacío de liderazgo, Madeline, se debe principalmente a ese orbe de exclusividad por parte de los que ahora llaman “Babies Cosep”. Se perdió la credibilidad entre la misma juventud. He aquí unos versos de Carlos Martínez Rivas que podrían servir de comparación a lo que se vive en esas organizaciones como la Alianza Cívica o la Unidad Nacional Azul y Blanco:

“Las aves del cielo tienen sus nidos. Nidos curiosísimos.
Los zorros y las raposas tienen alegres madrigueras donde hacen de todo».

Tantas reuniones en lobby más bien han desencadenado mayores problemáticas que soluciones, como por ejemplo el descontento de la Unidad Azul y Blanco Masaya por el centralismo de decisiones que existe en lo interno de la UNAB. Esto solo es una muestra de lo que nos depara para las elecciones del próximo año.

Es curioso que los jóvenes de AUN ya no sean vistos, en lo personal, como estudiantes, sino como pequeños empresarios. Quieren aprender a jugar un juego –valga el pleonasmo– donde no tienen ninguna posibilidad de ganar. Le dieron la espalda a la juventud que salió desde los tugurios, desde las calles donde ellos alguna vez se criaron. Ahora nadie los respaldará, y posiblemente hasta sus propios mecenas los harán a un lado.Para finalizar quiero volver a “Retrato de Dama con Joven Donante”, poema que te gusta tanto, y refiero estos versos para completar mi respuesta:

“Dice a su juventud, a su divino
tesoro dícele: -Solo espero
que pases para servirme de ti.”