SELECCIÓN DE POEMAS DEL LIBRO ANTELIOS DE ERWIN SILVA

                        – Los augures de la intriga –

son los que avizoran  el terrible día

y han sentido cerca los belfos de los caballos de Abdera

en la noche en la cabecera

que por un laberinto han perdido el hilo

y salen del enredo volando

cuando la hora de la traición ha llegado

los que han soñado la espada que cumple

o han visto en el vuelo del pájaro ciego

un destino que teje su albur

-verano/voces-

un hombre en la ciudad de Tipasa piensa

que los dioses han partido al exilio

y  realmente nos han abandonado los manes

mientras pasa el viento cortándole

con su vaho hirviente de  mar

quemándose el minotauro los altos de Orán

mineral su perfil cavila que

en tanto nosotros  exilamos la belleza

los griegos tomaban las armas por ella

Helena

    – línea de desastre- 

acercándonos desde la palabra misma

que se dobla y se hunde en el tiempo

sin hora para el aviso del abismo

desastrados ya en la raíz por el hastío

no el destino sino lo que oculta el ser

cuando nos dona su  eclosión de limo

nada nos detiene al ver el fin 

del barco que en el mar de siempre

naufraga triste nauta y maderamen

telos –

 un nombre del acaso somos

tejido recuerdo de luna entre ramas

una danza cabría alrededor

del blanco cuerpo de Elvira

un sentir de río que roe

a  la ciudad en su costado

un sueño en la  raíz estelar del crisantemo

cieno nada el vacío

-regret –

                                                              a :  Ovidio Ortega Reyes

 talvez sea la fiera certidumbre

que al final cela tu camino:

las cosas mueren en su alba

quizás un abatirse los pinos soledosos

en las ruinas  que nadie sospecha

el sentir del que abandona su nombre

a la luz de las encrucijadas

o este que en la senda – niebla atravesando-

no tiene despedida

– elementos- 

                                                                       para Silvia Zúniga .

  1. dulz abeja d´ éter tenue
  2. pájaro que festina loor d´alba y flor
  3. hadautumnal iterativa volverá al polen y su estancia
  4. Oriana & Amadís sin fábula ni talismán de  luna
  5. mujer cintilando en un cielo de clara sofistería
  6. senderos abren desde ti una invitación de espumas
  7. agudas torres ocres donde habitan frente al revenir del oleaje
  8. barca donde balanceándose se aman los dos seres:
  • quilla hacia Andrómeda  –
  1. palabras desoídas – llamados del ciervo en el incendio de  los bosques
  2. fusión de los comienzos – hesperidio áureo- esfera tintineando sol de arracimada luz

–  las  donaciones del ser –

pudiera un resplandor de solares hesperidios

fundarte en la imago 

y el polen en los verdes cabellos de Ariadne

recordarte

doral el breve estío

esperar  el amanecer del joven día con sus luces

y sus aguas 

ver la potencia que hay

cuando aparece el rosa  en el rosa

la muerte que nos grita nuestra nada

sabiéndonos vulnerados

desde el primer vivir

el dios de los hiperbóreos –

    para: Alicia Torres Pérez

mujeres blondas del norte

trajeron el trigo en la tarde doral

y germinaron en sus manos

las espigas – oro en oleaje del estío –

la paz del véspero vertiendo

 y la surgente luna

al fin de los caminos

infeliz fuiste por Delphiné

y te amurallas contra Artemis

a proferir

sobre los días tristes del hombre

-los signos del bosque –

“los signos del bosque”         

                                                         Gilles Deleuze:  Proust y los signos

hollan sus ojos los caminos

penetra el viento aligerando

retorna el ritornelo

a posar en la rama  su solfeo

busca celdilla l´abeja en la geórgica cercana

el sol teje con su danza 

sorprendido el amorío

colombas alzan alas 

izan en mar del aire

allí doblando las yerbas se aspiran

polen anida en los cabellos

de los que se aman 

en el tiempo de la dulcevid

                            – zettel en la proximidad –

                                                             a  Martin Aguilar Guevara

¿ porqué  la flauta de hueso del otoño

no canta lo quisiéramos que cante al son 

y el verde no puede ser rosa en la tarde ?

distinta la mañana hialina con su pájaro debía ser

cuando se  piensa que tocas el piano

un piano se oye iniciando el impromptu 

– epos II –

                                                                A: Erasmo Aguilar Díaz

en la casa de la isla 

los pretendientes se deleitaban

con el canto de las cítaras

mientras el hilo

del tejedesteje urdía

y tensaba saetas la muerte

los antinoos derramaban el vino

– ptix –

girando helicoidal lo calcáreo

torna sobre si encastillándose

contra el azul ondulando rosa adentro & luz vitral

el molusco

hasta la tarde en que lo ve

donde golpea eterno el mar

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