La «infinitud discreta» y su beneficio en el aprendizaje de segundas lenguas

X necesita ir al baño; no obstante, dentro de él, B está sentado en el retrete leyendo una revista. ´Apurate, loco, que ahí uno no va a leer o a filosofar´. Esta expresión, que de pronto variará dependiendo del contexto en el cual se inscriba, sólo se hace multipolar si muda el receptor o las dimensiones mentales y físicas de la codificación en sí. Por tanto, la sustancia del cambio lingüístico radicará siempre en el ser mismo, en su irremediable, excepcional e innata solución de continuidad al convertir abstracciones (ideas) en materiales idiomáticos.

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