Todos somos UNO: Treinta años después
Irlanda Jerez
«Hoy, lejos de mi patria, contra mi voluntad mantengo firme mi compromiso de continuar luchando para que podamos acabar con esta narcodictadura genocida a través de nuestra lucha no violenta. Llevo conmigo el dolor de mi pueblo, sabiendo todas las formas criminales y perversas que el dictador utiliza en contra de nuestro pueblo desarmado. He prometido no callar jamás».
Al pueblo de Nicaragua:
En esa memorable fecha, treinta años atrás del inolvidable 25 de febrero de 1990, la Unión Nacional Opositora (UNO) derrotó al FSLN a través de un proceso electoral.
Siendo niña me tocó vivir la guerra fratricida prodefensora de la libertad, y con la infantil alegría me sentí contagiada por el triunfo de la UNO. Soñaba la nueva Nicaragua, pero concluyo que ni siquiera ha nacido y que, treinta años después, mi amada patria vive un conflicto sociopolítico terrible.
¿Qué motivó al FSLN y su entonces directorio nacional —con el dictador a la cabeza— para adelantar las elecciones?
Este era el panorama:
1. Existía una lucha por la libertad en contra de una revolución traicionada, que obligó a un enfrentamiento armado dentro de Nicaragua y con el escenario mundial de una guerra fría.
2. La contrarrevolución, por medio de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), se convirtió en la guerrilla anticomunista más grande de Centroamérica, combatiendo al Ejército sandinista.
3. Los Estados Unidos de Norteamérica, de alguna manera entre el presidente Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov de la URSS, seden y detienen su asistencia a Nicaragua. Esto obliga al FSLN a sentarse en Sapoá, Costa Rica. Los protagonistas: el Ejército sandinista y nuestros luchadores por la libertad, la contrarrevolución.
4. Se produce un bloqueo económico a Nicaragua; no hay acceso a créditos internacionales; una deuda externa de más de 12 mil millones de dólares; devaluación de la moneda; una hiperinflación (se pasó de 7 x 1 a 1500 x 1); escasez de alimentos, escasez de trabajo; Nicaragua está sumergida en la miseria.
5. Miles de hermanos asesinados (cerca de 100 mil), otros miles desaparecidos, presos políticos y miles en el exilio.
6. Los nueve comandantes con complejo de dioses, y con este mismo dictador a la cabeza, sufren la presión interna del pueblo por un lado y por el otro la presión de la comunidad internacional.
7. El Estado de Nicaragua mal gobernado por el FSLN estaba en bancarrota y, con la contrarrevolución dándole fuertes combates, se siente acorralado y derrotado y no le queda otro camino que adelantar las elecciones.
8. Organismos internacionales intervienen y se firma «Esquipulas II». Se desarma la contrarrevolución y el Ejército sandinista queda armado, con los crímenes cometidos de lesa humanidad y miles en la impunidad. Y todos a vivir en paz.
9. A pesar de las expresiones que años más tarde dijo Tomás Borge, otro jefe de la tenebrosa Dirección de Seguridad del Estado: «Todo puede pasar aquí, menos que el Frente Sandinista pierda el poder. Podemos pagar cualquier precio: digan lo que digan, hagamos lo que tengamos que hacer, el precio más elevado sería perder el poder…», las encuestas y periódicos los posicionaban como los ganadores. Sin embargo, el FSLN perdió las elecciones, aunque nunca hubo paz verdadera en Nicaragua, porque ni el triunfo de la UNO se pudo celebrar.
10. Entre llantos, lamentos y tristezas, dan una conferencia de prensa, con el dictador a la cabeza, y el FSLN acepta la derrota y cede el poder ejecutivo. Nada más.
Esta es parte de nuestra historia escrita con sangre de hermanos, y nos obliga a cada ciudadano con amor, patriotismo y nacionalismo a conocerla para no repetirla.
Hoy, lejos de mi patria, contra mi voluntad mantengo firme mi compromiso de continuar luchando para que podamos acabar con esta narcodictadura genocida a través de nuestra lucha no violenta. Llevo conmigo el dolor de mi pueblo, sabiendo todas las formas criminales y perversas que el dictador utiliza en contra de nuestro pueblo desarmado. He prometido no callar jamás.
Nuestro plan sigue adelante. Debemos ejercer presión enorme, internamente, con estrategias que respondan al desafío de la dictadura; y desde el exterior pedir toda la presión necesaria a la comunidad internacional, con el duro sacrificio que implica recorrer los caminos de la libertad en tierras ajenas.
Todos Somos UNO.
¡Nicaragua será república!
¡Unidos, invencibles!