¿“Tregua” para morir, o lucha por la vida y la libertad?
Róger Alfredo Martínez
¿Le vas a dar tregua a un régimen que en marchas pacíficas nunca nos dio tregua, sino que mandó a asesinar a jóvenes, niños, niñas, trabajadores y estudiantes?
¿Le vas a dar tregua a una dictadura que encarceló sin ninguna lógica jurídica? ¿Vas a conseguirle una tregua que atrase las sanciones y condenas por crímenes de lesa humanidad?
¿Ya le preguntaste a los presos políticos si quieren tregua para salir de la cárcel con una pistola en la cabeza, bajo amenaza de ser capturados de nuevo en cualquier momento?
¿Ya le preguntaste a las madres y familiares de asesinados si le darían a la dictadura una tregua que alargará más su impunidad, y con ello el duelo sin resolver por sus muertos?
¿Ya le preguntaste a los exiliados si quieren seguir sufriendo en otros países uno, dos, tres años o no sé cuantas treguas más?
¿Ya le preguntaste a los familiares de los desaparecidos si quieren que sus muertos sigan enterrados en fosas comunes sin poder darles cristiana sepultura?
No, señor. Yo estoy seguro de que si se les preguntara a los presos políticos si prefieren salir ya por una “tregua”, o esperar a que caiga la dictadura para no dársela, ellos estarían dispuestos al sacrificio con tal de ver caer al régimen. Por eso están allí: por su compromiso con la causa. Y estoy seguro de que los exiliados prefieren aguantar unos meses más con tal de ver caer la dictadura. De todos modos, no hay ninguna garantía de que no caería presos, o serían asesinados, si fueran liberados hoy, con la dictadura todavía en el poder.
¿Darle una tregua al régimen bajo la excusa de la pandemia? El régimen está logrando su objetivo al arriesgar a todo el pueblo, ponerlo al borde del precipicio con un fusil en la sien para lograr esa tregua. Si al ciudadano no lo mata el virus lo matan las balas o lo matan las celdas frías de los penitenciarios o cárceles clandestinas de los criminales en el Carmen. Eso no es vida, ni para los más de 60 presos políticos, ni para todo el país.
Tregua, dicen, para que entre ayuda humanitaria y se suspendan las sanciones al régimen, porque saben lo que se le viene encima al país por el contagio masivo al que él mismo régimen expuso al pueblo. Pero a estas alturas ya no sirve una tregua, a estas alturas solo el pueblo salva al pueblo, como lo hizo en las barricadas, en los tranques, en los puestos médicos improvisados. La solidaridad del pueblo salvará al pueblo, no una tregua.
Al final la tregua significará más asesinatos en el campo, más muertes a manos de paramilitares, más colonos en las reservas miskitas, ampliando la frontera agrícola a punta de sangre y fuego.
¿A quién beneficia la tregua? ¿O a quiénes? A algunos, pero no al pueblo, que no logrará desarmar al secuestrador, a la tregua permitirá que vaya a sentarse a un rincón con el fusil en la mano, listo para volver a levantarse y ponérselo en las costillas para lograr otra tregua “política”
No, señor, es hora de que todos empujemos hacia el mismo fin, que es acabar con la dictadura criminal. Es hora de que pasemos el trago amargo de la lucha final para que, una vez erradicada la narcodictadura, podamos disfrutar el dulce sabor de haber logrado juntos la libertad; para ponernos manos a la obra a limpiar los destrozos y a construir un país nuevo, una república nueva, una cultura nueva.
El pueblo de Nicaragua está dispuesto, y vamos a lograrlo.
¿Vos querés darle tregua a los dictadores carniceros de El Carmen?