Ucrania y la relación de Occidente con China: ¿quién es rival económico, quién es enemigo militar?
<<China tiene que escoger entre quedarse en la esfera comercial de la Unión Europea más EEUU y Canadá, que suman un PIB de un poco más de 40 billones de dólares (millones de millones) o la de Rusia, que apenas suma 1.6 billones [a la par de Brasil y a un poco más de la mitad de la economía de la India]. La decisión es predecible: no va a escoger quedarse en el campo de Rusia, porque eso le causaría un colapso económico total.>>
Es evidente que el mundo, hoy, no es el mismo de hace dos meses, y que no volverá a ser lo que era antes. Rusia, que antes era considerada un mercado de tamaño medio pero atractivo para Europa y los EEUU, más una fuente gigantesca del dinero negro de los Oligarcas para las economías de Occidente, a través de sus inversiones en Inglaterra ––80 mil millones de dólares que sacaron de Rusia cada año por los últimos 20 años, según el premio Nóbel Paul Krugman y otros economistas –– ya no lo es, sino que es considerada un enemigo declarado, que estaría dedicada a debilitar al Mundo Occidental, a dividirlo y a confundirlo hasta el punto en que pueda destruirlo. Rusia y Occidente, de hecho, han cortado sus lazos comerciales, financieros y culturales. Rusia es hoy un mundo aparte.
Eso tiene un impacto total en todos los campos, en el comercio y la industria, en el transporte, en el sector financiero, en el turismo, en el ecológico, en los gastos de defensa, en las migraciones y en otros más.
Los cambios obligan a Occidente, y en particular los Estados Unidos, a reevaluar la realidad. La pregunta más importante es si Occidente quiere que China quede al otro lado, junto a Rusia, o de este lado, enzarzada con Occidente. Los líderes del Mundo Occidental, con el Presidente Biden a la cabeza, deberán determinar de una vez si China, que ha llegado donde está porque los Estados Unidos llevaron allí sus fábricas por su propia voluntad, no porque alguien los obligara, es un rival comercial y tecnológico con el que se debe competir, o enemigo contra el que debe ir a la guerra. Occidente debe tomar nota que la política exterior de China no es igual a la de Rusia, pues China, que se viene preparando militarmente desde hace años, no se ha lanzado ni parece querer lanzarse a conquistar y subyugar a sus vecinos o atacar a Taiwán, aunque hace dos generaciones metieran sus tropas en el Tíbet y brevemente invadieran [sin avanzar mucho dentro del territorio] a Vietnam, con malos resultados.
China por su parte, tiene que escoger entre quedarse en la esfera comercial de la Unión Europea más EEUU y Canadá, que suman un PIB de un poco más de 40 billones de dólares (millones de millones) o la de Rusia, que apenas suma 1.6 billones [a la par de Brasil y a un poco más de la mitad de la economía de la India]. La decisión es predecible: no va a escoger quedarse en el campo de Rusia, porque eso le causaría un colapso económico total.
Y no es que China haya tenido en sus relaciones con Occidente un comportamiento beatífico: mucho de su avance se debe al robo directo de la tecnología de los Estados Unidos por diversos métodos que van desde el hacking de empresas al robo directo de disquetes con información valiosa cometido por empleados chinos obligados luego a regresar a China, y en varios campos seleccionados por su gobierno, particularmente el de medicamentos modernos, técnicas de producción e Informática o IT. Sin embargo, muchos consideran que ese tipo de asuntos se pueden parar y tratar a nivel de demandas y de tratados y no constituyen una amenaza para la supervivencia de la especie humana como la es la muy recientemente hecha por Putin con respecto al uso de armas nucleares. Por eso, el enfoque es que el Mundo Occidental comercie y compita con China en una relación de mutuo beneficio, sin confundir la competitividad con la animosidad, enfoque que seguramente encontrará oposición en los Estados Unidos de parte de algunos sectores del Partido Republicano allegados al ex Presidente Trump.
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Leonel Arana
El autor es ciudadano estadounidense y miembro de la iniciativa Nicas por Biden.