Un diálogo con Félix Maradiaga (Sobre la “nueva manera de hacer política”)
FRANCISCO LARIOS–«Convocamos al que está en el exilio y desea regresar» dice la Coalición. ¿En serio? ¿Ustedes creen que era un plan de vacaciones?
FÉLIX MARADIAGA–Hola Francisco Larios. ¿Quién dijo esa barbaridad? ¿Me podrías dar el nombre? Esa no es la posición de la Coalición. Yo he sostenido, y lo repito: aún no hay condiciones para el retorno seguro de los exiliados.
FRANCISCO LARIOS –Félix Maradiaga, es la posición que expresa el comunicado.
FÉLIX MARADIAGA –Francisco Larios, y es un error semántico. Los errores se admiten.
FRANCISCO LARIOS—Félix Maradiaga, vos estás haciendo el ejercicio de aceptar este error, pero esa no es la práctica de tus ahora compañeros de partido. Preguntale a Juan Sebastián Chamorro, por ejemplo, a cuantos críticos políticos va a bloquear, ahora que mercadean “una nueva forma de hacer política”. Debería darle vergüenza, y francamente a ustedes como grupo, que uno de los rostros de la Coalición se mostrara tan cobarde, y a la vez tan prepotente, que no permite que sus ojos se topen ni por accidente con un comentario crítico. No es insólito únicamente porque otro de tus compañeros, Mario Arana, lo hizo antes. No es conducta democrática. En realidad no es siquiera conducta adulta, y a juzgar por el berrinche e irrespeto contra la periodista del 12, tampoco sería accidente individual. Sean congruentes: si hablan de democracia y quieren hablar en nombre de todos no pueden exhibirse así. Postdata: sigo a la espera de entrevista. Abrazos, Fran.
FÉLIX MARADIAGA–Estimado Francisco. Hay muchas cosas qué mejorar y el camino es largo y difícil. No conozco bien las diferencias que has tenido con los señores que mencionás pero espero esas difererencias se superen.
En lo que a mí me corresponde, con mi papel limitado en este esfuerzo, trataré de escuchar con atención todas las voces críticas, pues esas nos ayudan a mejorar. El país necesita de todos y la nación urge de más humildad e inclusión. Te seguiré leyendo con atención.
Abrazos.
FRANCISCO LARIOS–Félix Maradiaga, lo siento mucho, pero estás evadiendo cortésmente un tema en el que lo central no es la cortesía (que sí aprecio y no pienso abandonar, por supuesto).
Pero vamos al tema de fondo: Yo no tengo «diferencias con los señores», porque no tengo negocios con ellos, ni trato personal; no somos amigos, ni somos (al menos de mi parte) enemigos.
Esos «señores», prominentes miembros de tu partido, compañeros tuyos de partido, representantes de tu partido, en diferentes momentos han decidido impedir mi acceso como ciudadano y editor de un medio de comunicación independiente a las cuentas por las cuales difunden propaganda e información en las redes sociales.
Se trata de una conducta visiblemente antidemocrática, arrogante y prepotente, de «castigo» a quien piensa con libertad, a quien no se somete a «la línea del partido».
Pero es también una actitud que dice mucho, y dice mal, de individuos que, como Juan Sebastián Chamorro, se anuncian como luchadores contra la dictadura de Ortega, y manifiestan claras intenciones de posterior liderazgo.
El flamante Director de la Alianza, y ¿quién sabe, candidato a Presidente de Nicaragua?, exhibe una cobardía y una debilidad que ponen en duda su fuerza moral y temperamento para ejercer tales funciones: no es capaz el Sr. Chamorro (como Arana antes que él) de permitir que sus ojos contemplen NI POR ACCIDENTE el comentario crítico de un ciudadano en las redes. ¿Así van a desmantelar una dictadura? ¿Así van a derrocar a Ortega? ¿Así van a ser líderes en una democracia?
En cualquier caso, lo más grave, y de esto no es válido salirse por la tangente con delicadeza ni recurso a la humildad, es que tu partido, Félix, exhibe a Juan Sebastián Chamorro en primera línea, pronunciando las palabras inaugurales: «una nueva forma de hacer política«.
Pero no hay nada de nuevo, y todo de viejo–de tan viejo, rancio– en la actitud de Chamorro.
Y no hay nada en su conducta que pueda ser ajeno a tu responsabilidad como miembro prominente del partido; tu partido no puede lavarse las manos. Porque el mensaje que nos da la Coalición a través del comportamiento del candidato Chamorro–al igual que el de Arana, al igual que el de la Sra. Claudia Neira, en su trato humillante a la periodista del canal 12– es este: «nosotros hablamos, ustedes escuchan y callan; si no callan, o los sacamos del salón o cerramos los oídos». Es un «¡aquí manda el hombre!», una vez más–¡Y ni siquiera han alcanzado el poder político!
Así que te suplico que, en lugar de tu respuesta perfecta en modales y eufemística (porque decir «hay muchas cosas qué mejorar y el camino es largo y difícil» es llamarle «temblorcito» a un terremoto), y en lugar de caer en la otra práctica común de los políticos nicas, el «manejarse», tomés en serio los señalamientos que hago.
Demuestren en los hechos, con actos, que realmente quieren construir algo diferente.
Los ciudadanos tenemos el derecho–yo digo que más bien el deber–de dudar de ustedes. Ustedes deberían sentir la necesidad de convencernos, de persuadirnos. Así funciona el intercambio ciudadanos-políticos en democracia. Parece que ustedes no lo entienden. O cierran las puertas con prepotencia, como Arana y Juan Sebastián, o en puntillas para no hacer mucho ruido, como estás haciendo vos.
Por favor, por Nicaragua, recapaciten. No hagan el progreso hacia la democracia que aseguran perseguir más difícil todavía.
Sean verdaderamente humildes. La humildad no es sumisión, ni es un gesto de debilidad. Es sencillamente sensatez, buen juicio, poner los pies sobre la tierra (el humus), no «agarrar la vara» como se dice.
Así que si de verdad quieren ser sensatos y realistas, humildes, pongan los pies sobre la tierra, donde está el resto de los ciudadanos. Véannos a los ojos y hablen– como es debido– de vos a vos. No dejen que el espejismo de poder que se crea de reunión en reunión los haga pensar que las vocecitas que se escuchan allá abajo, o allá afuera, entre el pueblo, son indignas de escucharse. No vayan por ese camino que es el mismo que nos ha traído hasta aquí. No busquen solo el micrófono fácil del entrevistador amigo. Den la batalla democrática desde hoy. No suden rancio. Ya basta, ya de eso tenemos doscientos años. ¿No es hora ya, Félix?
Abrazos, fuerza.
Fran