Una fritanga en Flagler St., y la Gran Mentira
La inmoralidad de la desinformación, la promoción de la ignorancia, de la confusión, todo para construir autoritarismo y minar la democracia en el mundo y dar impulso a aliados del patán aspirante a dictador de Estados Unidos: hoy estaba en una fritanga en Flagler, cerca del Downtown, y en la radio que tienen para “ambiente” los comentaristas hablaban de la traición del ungido como que se tratara de una “pausa humanitaria” para obligar al presidente Zelensky a hacer la paz (traduzco: “la rendición y desaparición de su país”). Luego dijeron, escandalizados, horrorizados, porque son muy gente de familia, de amor filial y de “valores”, que Ucrania manda a pelear a chavalitos de 18 años que “más bien deberían estar pensando en ir al college”. [¡¡!!!] No puedo más que dejar los signos de exclamación. ¿Qué más se puede agregar a una afirmación de tal naturaleza?
En otras (muy cínicas, y bien remuneradas) palabras: el ungido es un apóstol de la paz, preocupado fundamentalmente por la vida de los muchachos ucranianos, para quien la amenaza principal parece ser Zelensky. Ninguna mención, en los “comentarios” de la estación de radio, del insignificante “detallito” de la invasión rusa, ya no digamos de los crímenes de lesa humanidad que han sido documentados, acusaciones que penden sobre Putin. Bueno, es que, si ustedes recuerdan, Ucrania es la invasora, Rusia es la víctima. Y Putin es el demócrata, mientras que Zelensky es un dictador sanguinario, que no quiere, de ninguna manera, que se haga la paz. Y no olvidemos que esta es la explicación del Querido Gran Líder de Estados Unidos, por lo cual, sencillamente es verdad.
A propósito del Putin que he mencionado…Sí, es el mismo, ese Putin, el amigo de nuestro propio Querido Gran Líder de El Carmen…
Parece que esta es la moda del siglo. Abróchense los cinturones.
Francisco Larios
El autor es Doctor en Economía, escritor, y editor de revistaabril.org.